Libros

M’Uad Dib

Impresionante micro-incursión de Paul Pope en el universo Dune (click sobre la imagen para ampliar):

M'Uad Div by Paul Pope

El texto original de Frank Herbert:
“It is said of Muad’dib that once when he saw a weed trying to grow between two rocks, he moved one of the rocks. Later, when the weed was seen to be flourishing, he covered it with the remaining rock. ‘That was its fate,’ he explained.”

Top30 (XXII): La Caída

No sé ustedes, pero en lo que a mí respecta, una vez introducido en el mundo laboral me di cuenta que ciertas “prácticas intelectuales” solo son posibles disponiendo de ingentes cantidades de tiempo libre… o sea, haciendo vida de estudiante.

La Caída

En ese saco metería sin duda mi obsesión por el Existencialismo ocurrida a principios de los dosmiles.  Leí un buen montón de novelas, obras de teatro y ensayos pertenecientes a esta corriente filosófica. Ahora, visto con perspectiva, puedo decir que todo lo que realmente me interesa del tema está contenido en una novela: “La Caída” de Albert Camus.

Se dice que Camus fue un excelente novelista, pero un filósofo bastante limitado. Soy de los que pienso que sí era un buen filósofo, pero que expresaba mejor sus ideas sobre una novela que en forma de ensayo, cosa que  los puristas de “lo teórico”  miran con cierto desdén. Las ficciones son más adecuadas para plantear interrogantes sin respuesta clara, o con respuesta ambigua, y en esos terrenos Camus se mueve como pez en el agua. Precisamente en “La Caída” desarrolla, entre otros, un tema clave del pensamiento existencialista: el juicio de “el otro” sobre uno mismo. Este asunto se asocia habitualmente a su colega Jean Paul Sartre, pero en lo que a mi respecta saqué más en limpio de esta novelita que de los tostones sartreanos.

La cosa va de un abogado bienhechor, enchido de satisfacción por su propia bondad y el respeto y admiración que inspira en sus amigos y conocidos. Una fría noche paseando al borde del Sena, le parece escuchar un grito proveniente de un puente. No ve a nadie, pero sospecha que alguien podría haber caído al agua. Para evitar el dilema moral de acudir o no al rescate, que implicaría un gélido y peligroso chapuzón, se hace el tonto y sigue andando sin comprobar nada. En los días posteriores, el (secreto) suceso comienza a obsesionarle cambiando su percepción de la realidad: a lo mejor no era tan querido, ni tan bueno, ni tan poco egoísta, y a lo mejor sus amigos no eran tan amigos… Infierno psicológico montado, con reflexiones tan ambiguas que el lector ha de sacar sus propias conclusiones acerca de la situación.

Respecto al dilema inicial del rescate, yo tengo una respuesta clara, y es la misma que da el personaje de  Woody Allen en “Manhattan”:

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Actualización/Corrección: Tras echarle una ojeada a la novela caigo en la cuenta de que el suceso del puente difiere un poco a como yo lo cuento, el narrador/protagonista no oye un grito sino «una risa que se alejaba» y que «solo podía venir de abajo»… osease, que el teórico accidentado podría ser un suicida. En fin, hace casi una década (ya?!) que leí el libro y mi memoria no es perfecta.

Anteriormente en Top30:

Intro (qué es Top30)
Ulises 31
Los 4 Fantásticos
Secret Wars
Transformers
Batman y los Outsiders
Batmanía
Dragon Ball
Darkseed
Parque Jurásico
John Byrne’s Next Men
Trilogía Nikopol
La fOntana y la sOnda
12 Monos
Pulp Fiction
Wipeout
Brut Comix
La Casta de los Metabarones
Ænima
Carretera Perdida
The Invisibles
Cosecha Cinematográfica del 99

Hervir un Oso

El uso indiscriminado del prefijo “post” en el ámbito del etiquetado (sub)cultural es un asunto que me pone muy muy de los nervios. Entiendo perfectamente cuando me hablan de  la España de postguerra, la depresión post-parto, los X-Men post-Claremont…  Sin embarto tengo serios problemas con cosas como el   post-rock, el post-pop, la post-poesía, o la post-tag más de moda en los últimos tiempos: el post-humor.

¿Qué se supone que significa esto último?¿Una nueva era del no-humor?¿Chistes sin gracia? Lo único que sé es que la categoría es aplicada, muchas veces de forma despectiva, a gente como Wes Anderson, Sacha Baron Coen, Nacho Vigalondo o Joaquín Reyes. Gentes con visiones más o menos diferentes en esto del hacer reír, pero que si algo tienen en común es su capacidad de abrir nuevos caminos, centrándose más en lo que a ellos les hace gracia y menos en como complacer a la mayor masa social posible,   demostrando que incluso los Monthy Python pueden quedar desfasados. No hacen post-humor, hacen HUMOR con mayúsculas cuyo único pecado es parecerse poco a cualquier cosa que haya existido antes.

hervir un oso 

Esto viene a cuento porque acabo de añadir dos nuevos nombres a mi panteón de este tipo de humoristas fieles a si mismos pese a quien pese: Jonathan Millán y Miguel Noguera. Su más reciente obra: “Hervir un Oso”. Sus características:

  1. Parece un tebeo pero no es exactamente un tebeo (¿post-comic?)
  2. Es humor gráfico, pero en muchos casos el texto predomina sobre la ilustración (¿post-viñeta de prensa?¿post-libro?).
  3. Millán y Noguera tiran de lo referencial, pero a su manera, elaborando descabellados mashups: Los Alcántara y las matemáticas de bachillerato, Locke y la ópera, CSI y el queso. (¿post-posmoderno?)
  4. Si Baudrillard acuñó el termino hiperrealidad como una realidad fabricada más real que la realidad misma, lo que hacen estos señores podría definirse como hiperlógica: el hecho de que un fantasma se golpee la cabeza contra una viga supone un fenómeno paranormal dentro de un fenómeno paranormal; si el helio agudiza la voz, basta insuflárselo a un bebé chillón para que su berrinche desaparezca, convertido en ultrasonido; y no les cuento como la matemática pura dice que Antonio Alcántara llegaría a alcanzar la velocidad de la luz en “Cuéntame”, si esta serie siguiese emitiéndose unos años más… (¿post-empirismo?)
  5. Más allá de si cada uno de los 50 capítulos hacen gracia o no, en conjunto, la lectura del (no)tebeo genera la sensación de llevar implícito un subtexto arcano y revelador que se nos escapa. No sé que pasa en muchas de esas páginas, pero desprenden algún tipo de verdad que quizá descifremos dentro de unos miles de años  (¿post-conciencia?).

Si se hacen con el tomo, les auguro unas buenas dosis de satisfacción post-lectura.

Los hombres que no amaban a las mujeres

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Tras más de una década desde que abandoné la lectura de best sellers literarios, vuelvo a la carga con el libro-acontecimiento de la temporada: “Los hombres que no amaban a las mujeres”, primera parte de la archiconocina Trilogía Millennium, obra de difunto periodista sueco Stieg Larsson.

La novela sigue a pies juntillas las directrices básicas de muchos de esos libros que se venden como churros: Unos protagonistas “muy profesionales” en lo suyo construidos a base de psicología de manual, un misterio a resolver que mantiene al lector enganchado, un estilo de escritura que hace pensar que aquello es más un guión cinematográfico que una novela…

Sin embargo, la obra de Larsson cuenta con algunos puntos de interés que la apartan de la tontería generalizada presente en los expositores de “lo más vendido” de librerías y grandes superficies. A saber:

  1. La trama se desarrolla en torno a la resolución de un crimen histórico: recuerdos borrosos, viejas fotografías de personas ya muertas, casas deshabitadas, el presunto criminal dando señales de vida… un conjunto de elementos que provocan, por momentos, la transformación del relato en un tétrico cuento de fantasmas.
  2. Aunque la Biblia tiene su papel en la historia, olvídense de conspiraciones religiosas, de Illuminatis, Templarios y todas esas mandangas. Larsson aborda un tema mucho más fascinante: la podredumbre interior de la supuestamente ejemplar sociedad sueca. El autor destroza la pantalla de tolerancia y  bienestar social de su país para mostrarnos una realidad subterránea de corruptelas político-económicas  y violencia contra las mujeres, tan extendida como oculta tras una densa capa de silencio e hipocresía.
  3. La novela presenta un carácter Eurotrash difícil de encontrar en este tipo de productos. Tanto es así, que a ratos parece tocada por el genio de Miguel Ángel Martín y otros future-shockers: violencia sexual, unos protagonistas extremadamente promiscuos y desinhibidos, sadomasoquismo, nazis, hackers… toda una gozada neo-pulp.
  4. Lisbeth Salander mola.

En resumen, una lectura de verano altamente recomendable (ya estoy terminando la segunda parte de la trilogía). El hecho de que una novela de estas características tome el relevo a las tonterías de Dan Brown y clones, hace pensar que todavía no está todo perdido para la cultura mainstream.

Art Now

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“Algo más sobre un sector de la cultura particularmente representativo de la sociedad de la decepción: el arte actual. Él es el responsable de la decepción que siente una cantidad creciente de espectadores, que piensan que “eso no es arte”, que no vale para nada, que no tiene interés, “sea lo que sea”. Durante siglos y milenios, las obras de arte han sido motivo de admiración y delectación: en la actualidad estamos ya hartos de tantas deconstrucciones, de las instalaciones minimalistas o conceptuales, del videoarte en el que no pasa nada. Anne Cauquelin añade que el deseo de defraudar las expectativas de la opinión dominante es ya una acción voluntaria y deliberada (Petit traité d’art contemporain, 1996). Se advierte la novedad radical de la época: en las sociedades tradicionales, el sistema cultural estaba profundamente integrado o interiorizado (ni rechazo ni desánimo), aunque la vida material era muy difícil; lo que se ve hoy es lo contrario: las satisfacciones materiales son incontables, mientras que las decepciones culturales proliferan.”

Gilles Lipovetsky en “La sociedad de la decepción

Docencia

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«¿Incultos los jóvenes?¿Inculta la sociedad de nuestro tiempo? Una institución docente que sólo estima verdaderamente a quien lee, y desprecia a quien ve la tele o se entretiene con los videojuegos no puede pervivir en esta época. Igualmente, esa enseñanza pública que pone los ojos en blanco ante los libros (sin contar que el 40 por ciento de los maestros españoles no visitan jamás la biblioteca) y no sabe explicar la publicidad, que repite nombres de personalidades de hace una eternidad y no acierta a referirse a los que lideran nuestras vidas, una institución, en fin, que se vanagloria de textos donde aparecen los nombres egregios de centurias atrás y es ciega a la mitología de nuestra época, no sirve. Sencillamente debería cerrar. Habría cerrado ya si fuera una empresa y, de hecho, su único poder deriva, como en los tiempos del mandarinato, del monopolio en la dispensación de títulos casi gratuitos.»

Vicente Verdú en «Yo y Tú, Objetos de Lujo«

Envoltorios Pop

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«Para presentar una obra sustancial en una era superficial, el artista consciente de las condiciones de su tiempo se ve obligado a usar envoltorios ligeros para presentar contenidos profundos.»

Eloy Fernández Porta en «Homo Sampler«

Top30 (IX): Parque Jurásico

Jurassic Park Logo

Independientemente de nuestros gustos literarios actuales, creo que casi todo el mundo, en nuestros inicios, estuvimos enganchados a algún escritor de best-sellers. Stephen King, Tom Clancy, Figueroa… en lo que a mi respecta, devoré en tiempo record la bibliografía de Michael Crichton. Como millones de advenedizos, lo descubrí a través de la archipopular película "Parque Jurásico". Puede que Spielberg haya hecho mejores películas desde que estrenara la adaptación de la novela de Crichton, pero sin lugar a dudas "Parque Jurásico"  fue la última que consiguió fascinar a toda una generación de jóvenes, como antes lo habían hecho "E.T." o la saga Indiana Jones.

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Uno de los pilares más importantes de la  fórmula Spielberg es precisamente  la búsqueda de un tema capaz de ejercer fascinación universal, y …¿A quién no le han fascinado los dinosaurios en algún momento de su vida?. Esos bichos son un auténtico arquetipo moderno, y creo que su capacidad para asombrar a niños y mayores se debe a que son los únicos monstruos que realmente existieron. Resulta intrigante para un niño ver como dragones, fantasmas o extraterrestres son eliminados de su cosmovisión por la cruda realidad, y sin embargo  los dinosaurios aparecen en los libros de texto y sus restos  se exponen en los museos. ¿Son estos  monstruos una puerta abierta al mundo de maravillas que se nos arrebató en la  infancia?.

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Los dinosaurios molan, pero estaban muy vistos. Spielberg sabía que para reflotar el mito habría que darle un nuevo enfoque. Esa reinvención se fundamentó en dos aspectos, el primero, un habitual en los megahits del director: los efectos visuales.  Tras los revolucionarios avances en infografía presentados por James Cameron en "Abyss" y "Terminator 2", pudimos ver por  vez primera criaturas orgánicas en movimiento generadas por ordenador. Fueron en total 6 minutos de tomas digitales, pero esos 6 minutos estaban a años luz de lo que se había visto con anterioridad en cualquier otro sitio, demostraron que el futuro del cine pasaba inevitablemente por los ordenadores, y su influencia en los modos de producción cinematográfica posteriores ha sido brutal.

El segundo gran acierto del film fue el contexto elegido para situar la acción. Crichton, apoyándose en los últimos avances de la ingeniería genética, imaginó una método convincente de traer dinosaurios a nuestra época. Los paraísos perdidos de otras dinoficciones fueron sustituidos por una isla/complejo científico/parque de atracciones en la que un rico empresario "jugaba a ser Dios" en pos de ofrecer la experiencia de entretenimiento definitiva. Ese tétrico ambiente de "tecnología al servicio del entreteniento" funcionó de maravilla: vallas electrificadas, salas de control y laboratorios hi-tech se mezclaban con el omnipresente logo "Jurassic Park", visitas guiadas, restaurantes y tiendas de souvenirs. Un entorno perfectamente ordenado que solo hacía presagiar la llegada del caos.

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El caos, de hecho fue el segundo leit motif científico de "Parque Jurásico". Las nociones de teoría del caos y complejidad enunciadas por el Dr. Ian Malcom fueron suficientes para popularizar mundialmente los fractales o el "efecto mariposa". Aunque secundarios en la película, estos temas cobraban mucha más importancia en la novela, donde Crichton podia explayarse a gusto con sus explicaciones. Hay que admitir que, idependientemente de su calidad literaria, los libros de este autor resultan muy interesantes desde el punto de vista de la divulgación científica. En este sentido, además del que nos ocupa, me gustó mucho "Esfera" en el que exponía de una forma bastante rigurosa las hipótesis acerca de existencia de vida extraterrestre y de las posibilidades de establecer contacto con civilizaciones provenientes de otras estrellas.

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Sirva pues este post como homenaje a Michael Crichton,  recientemente fallecido. Un escritor que pese a sus limitaciones, era capaz de enseñar deleitando, que no es poco.

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Los 4 Fantásticos
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Batmanía
Dragon Ball
Darkseed

Top 5 de las 5 (XX): Libros que no pude terminar

5. «La Máquina Blanda» de William S. Burroughs
«El Almuerzo Desnudo» me encantó, así que fuí a buscar más Burroughs… y salí escaldado. «La Máquina Blanda» lleva al límite los experimentos narrativos de su anterior novela, pero sin la misma garra conceptual, quedandose en un ejercicio vanguardista con muy poca sustancia.

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4. «El Juego de Gerald» de Stephen King
Venía de regalo veraniego con nosequé revista, nunca había leido a King, piqué… y resultó decepcionante. La novela goza de un planteamiento inicial excelente, pero a las 80 páginas ya no le queda mucho más que ofrecer… y restaban 300!!! No voy a juzgar a un escritor de tan extensa bibliografía por una sola obra, pero si me quieren convencer de que lea otro libro suyo, quiero oir argumentos de peso.

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3. «Camposanto» de Íker Jiménez
Lo compré confiando en las dotes de Íker Jiménez como contador de historias. Hay que admitir que en sus programas de radio y TV es capaz de crear una atmósfera tétrica y misteriosa a partir un material de base muy pobre. Leyendo el libro me doy cuenta de que, sin apoyo audiovisual, esa habilidad narradora se queda en nada.

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2. «Las Crónicas de Cornelius, Vol. 2» de Michael Moorcock
Universos paralelos, entropía, apocalipsis pop, postmodernidad, agentes secretos, escritura automática… Las aventuras de Jerry Cornelius son alucinantes. Estando a punto de terminar la 3ª novela, incluida en el segundo volumen recopilatorio, entro en época de exámenes y me olvido. Ahora quiero terminarlo, pero empezar otra vez desde el principio algo que ya leí se me hace cargante. Respecto a la finalización de este libro, me mantengo en un estado de indecisión constante.

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1. «Ulises» de James Joyce
Para muchos críticos sesudos se trata de la mejor novela del siglo XX. Yo estaba viviendo una etapa extremadamente pedante, y me puse con ella. A la altura de la página 300 me di cuenta de que este libro puede ser muy bueno… siempre y cuando lo leas en inglés, y conociendo el contexto sociocultural del Dublin de principios de siglo XX. Los complejos juegos de lenguaje de Joyce se pierden con la traducción y te los tienen que explicar en enormes pies de página que te cortan el rollo de mala manera. En la intro de la edición de Tusquets se habla de una edición inglesa en dos volúmenes, el segundo de ¡¡¡1000 páginas de anotaciones!!!. Si un británico, que por proximidad comprenderá mucho mejor el contexto de la historia, necesita semejante cosa para una lectura en condiciones ¿que nos queda a los que la tenemos que leer traducida y desde una óptica cultural muy distinta? No se equivoquen, si alguien les dice que leyó «Ulises» en estas condiciones y le encantó, miente o es un pedante autoengañado (o las dos cosas).

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Estos señores tampoco pudieron terminar ciertos libros. Sepan cuales son:

Albertini: http://mantequillaconazucar.wordpress.com
Kalimero: http://kalimerozone.blogspot.com
Zark & Wiki: http://proyecto75232.wordpress.com
Wittenbergman: http://flaigrod.blogspot.com

El Demonio en el Cine

La colección Intempestivas de Valdemar es oro puro. El último volumen de esta auténtica enciclopedia subterranea  se titula  El  Demonio en el Cine, Máscara y Espectáculo, fue editado en asociación con el Festival de Sitges, y supone quizás el más ambicioso ensayo sobre El Maligno en el 9º arte que se haya publicado en España (y parte del extranjero).

El libro se divide en 20 episodios, cada uno escrito por un erudito en el tema (Pilar Pedraza, Jesús Palacios, Angel Sala…), y clasificados en 3 partes: Elementos Culturales y Mitológicos, La Pantalla Satánica y Temas y Obsesiones. El primero de ellos quizás sea para mi el más interesante, pues hace un análisis de la figura del Demonio (versión occidental) a lo largo de la historia,  profusamente ilustrado con pinturas y esculturas de distintas épocas y lugares.

Sobre las otras dos partes, que le voy a decir… casi 600 páginas de cine satánico para leer, acompañado de sugerentes fotogramas de las cintas comentadas. El que sea capaz de nombrar una película del género que no salga en este libro merece un premio. Todos los subgéneros están representados, y según vayan pasándo páginas les entrará la imperiosa necesidad de ver tal o cual film allí referenciado. Alimento para el eMule

Si les fascina el Mal y el Cine a partes iguales, éste es su libro.