En el ámbito de lo creativo, al concepto de “repetición” lleva las connotaciones negativas de serie. “Repetido = sin novedades” es lo primero que nos viene a la cabeza. Este prejuicio hacia lo repetido puede tener su justificación, pero existen excepciones. Pulula por ahí una rara especie de autores que, a base de repetirse, se han construido pequeños nichos creativos en los que se manejan con maestría absoluta. Se repiten, si. Pero se repiten en la genialidad, y por ello nunca aburren. A continuación dejo dos ejemplos de este fenómeno, dos “repetidores” natos cuyos últimos productos he degustado recientemente.
El primero: Hong Sang-soo. Cineasta coreano de la cotidianeidad, o mejor dicho, de su cotidianeidad. Sus películas siempre se desarrollan en los márgenes contextuales de la docencia universitaria y/o el mundillo del cine independiente. El director recrea en celuloide el mundo que mejor conoce con una honestidad brutal, lleno de gente que se cree más inteligente y menos egoísta de lo que realmente es. Los personajes de Sang-soo suelen entablar largas conversaciones mientras comen (y beben) en acogedores restaurantes o pasean por cotidianos parajes invernales enfundados en sus plumíferos.
[media id=49 width=450 height=290]Sang-soo metaexplicado en “Oki’s Movie” + momento embarazoso
La normalidad del ambiente contrasta con el contenido de las no tan anecdóticas conversaciones, en las que se mezclan las medias verdades, el autoengaño, la manipulación emocional, y de vez en cuando también arrebatos de hiriente sinceridad. En el universo a golpe de zoom de Sang-soo lo sutil suele desembocar en lo cómico, lo ridículo y lo catárquico, como en la vida misma. Su penúltima película, “Oki’s Movie” no se sale del patrón, y aún así resulta tan fresca como las anteriores.
Cambiemos de personaje y medio: Axel Willner, alias The Field ha convertido el loop en el fundamento de toda su producción musical. El título de su último LP “Looping State of Mind” es una redundante declaración de intenciones para los que ya conocíamos su idiosincrasia. Cada tema de The Field se basa en la repetición de patrones sonoros que se entrecruzan y microevolucionan en hipnóticas formas. Cuando hincas el diente a nuevo material suyo, sabes de sobra con lo que te vas a encontrar, pero ello no impedirá que escapes de su mesmerizante influjo.
The Field – "Looping State of Mind"
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