Gran cosecha discográfica la de este septiembre que dejamos atrás. Aún a falta de darles unas cuantas escuchas más, ahí van mis escuetas impresiones de estas cinco joyitas:
Primitive and Deadly, de Earth
Dylan Carlson vuelve con el que quizás sea su trabajo más accesible: sin drones, con unos bucles instrumentales bastante comedidos viniendo de él y… poniendo voces!. Un LP que pienso podrá gustar a gente habituada al rock clásico sin estridencias, pero que mantiene la esencia de su autor.
Punish, Honey, de Vessel
Parece mentira que, con sus 25 años, Seb Gainsborough haya tocado ya tantos palos musicales y lo haya hecho con tanto acierto. Si aún queda algún pureta por ahí que piense que los músicos de laptop no son músicos, puede quedar aliviado al saber que, en esta ocasión, el de Bristol ha utilizado todo tipo de cacharrería metálica como base para crear los temas de este nuevo LP. Le ha quedado una cosa bastante violenta y ruidosa pero con espacio para lo sutil. Sigo atentísimo a todo lo que haga el chaval.
Dude Incredible, de Shellac
Escuchando lo nuevo de Shellac, experimentando la contundencia de los temas a la primera escucha, maravillándome con lo certero de los frenazos-arranques en medio de la faena, tomo plena consciencia de su método de trabajo: Ir acumulando canciones nuevas sin prisa pero sin pausa, machacarlas bien machacadas durante años en directo y, una vez dominadas, una vez limadas, una vez asimiladas a nivel intuitivo, al estudio de grabación con ellas. Un método de trabajo que es un puto lujo. Un método de trabajo que, habiendo talento detrás, genera discos cojonudos sí o sí.
Syro, de Aphex Twin
Pese a lo poco que ha hablado en estos últimos años de cuasi-inactividad pública, Richard D. James ha sido un bocas: que si tenía ya 10 discos totalmente preparados para lanzar cuando él quisiera, que si acumulaba también cientos de temas sueltos, que si produjo música extraordinaria y totalmente diferente a lo que había hecho antes que solo muestra a sus amigos… Syro no parece confirmar semejantes declaraciones. Es continuismo aphextwiniano puro y duro, y en primeras escuchas no detecto ningún hit rotundo que vaya a engrosar el canon de su autor. Ahora dice que esto es un “cierre de etapa”, que el material tuerceculos vendrá después. A ver si es verdad…
Con todo, estamos hablando de Aphex Twin, y un Aphex Twin “estándar” suena mejor que el 80% del espectro musical planetario. Más allá de los ritmos sincopados, de los breaks rotos, de los puzzles de ritmos analógicos, con Syro, RDJ revalida su capacidad de crear bellísimas melodías que suenan exactamente como él quiere que suenen, o sea, a gloria.
Tomorrow’s Modern Boxes, de Thom Yorke
Es evidente que a Thom Yorke le gusta la “electrónica avanzada” más que a un tonto un lápiz, que sus aventuras en solitario han ido orientadas a hacerse un nombre en ese campo. Los resultados hasta ahora han sido tibios, todo demasiado forzado, como sin rumbo y sin pegada. Me atrevo a decir que con este disco sorpresa por fin ha conseguido centrarse, creando un puñado de canciones con alma, repletas de bellos pasajes sonoros. Al final tanto empeño ha dado sus frutos, y, por primera vez, estoy más interesado por lo siguiente de Yorke que por lo siguiente de Radiohead.
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