Murcia

murcia

Parece mentira lo poco explotada que está la imaginería bizarre ibérica en nuestra cultura pop. Tanto sobar en Lovecraft, el paganismo británico o la cultura psychokiller norteamericana y trabajar tan poco lo que tenemos aquí al lado da algo de penita. Por eso, cuando alguien se atreve a explorar lo autóctono y además lo hace con acierto, no queda otra que aplaudir con fuerza. Éste sin duda es el caso de Magius con su Murcia, un tebeo que ya te gana por su estética, pero no se queda solo en la estética.

Magius - Murcia (1)

Murcia ofrece una visión pulp  del submundo cofrade católico sureño, y lo hace magnificando dos aspectos muy presentes en la realidad cotidiana de ese universo: el ridículo desacomplejado y el terror absoluto. Lo del ridículo es obvio: orgullosos señoritos de familias bien,  disfrazados con conos en la cabeza  y peleados por llevar a cuestas las imágenes de sus “ídolos”. Lo cual nos lleva a lo del terror absoluto: la desasosegante idea de que estas personas manejen nuestros destinos. Porque, no nos engañemos, el núcleo duro del poder patrio viene de ahí; esos ambientes son sus corrillos más exclusivos.

Magius- Murcia (2)

El tebeo está lleno de escenas poderosas y de gran fuerza simbólica (la huerta murciana como enclave sacrificial, el puticlub como recinto sacro…), pero sin duda, donde realmente lo ha clavado Magius es en tratamiento del concepto de sumisión absoluta. En la idea de que, dentro de esos círculos de poder, el lujo y la lujuria desenfrenada se pagan con obediencia ciega, con la anulación completa de la persona como sujeto pensante autónomo. A lo mejor en el mundo real no asesinan a los desobedientes, ni sodomizan a rectores universitarios en ritos inciáticos; no literalmente, pero la metáfora es precisa. La derecha profunda es eso. Su mitología oscura se nos revela con detalladas y coloristas ilustraciones en este magnífico tebeo.