Dolmen

Década 0, Cara B (X): Zhong Guo

Zhong Guo

En las últimas décadas, el maestro Hermann Huppen ha mantenido la sana costumbre de alternar nuevas entregas de sus series largas (Jeremiah, Bois-Maury…) con álbumes autoconclusivos de diversos géneros y temáticas. Allá por 2003 lanza uno de esos one-shots, titulado Zhong Guo. Un, llamémosle, technothriller escrito por su hijo Yves H. y editado en España por Dolmen.

Zhong Guo no cuenta nada realmente nuevo dentro del género, recurre a conceptos mil veces vistos con anterioridad, pero el modo de presentarlos junto con la depuradísima narrativa y puesta en escena de Hermann convierten a esta pieza corta en una joyita a reivindicar. En apenas 50 páginas, los Huppen despliegan un universo futurista y corporativo dominado por la informática, los avances en genética y el advenimiento de las interfaces hombre-máquina con cierto toque de distinción respecto a lo que se solía ver en ficciones similares de la época.

Lo primero inusual, la localización. Frente la predominancia de  “lo japonés”  como paradigma cyberpunk, Zhong Guo se desarrolla en una China futura que compite en igualdad de condiciones con los E.E.U.U. por el puesto de potencia hegemónica mundial. Vale que hoy por hoy eso no suena muy original, pero en los dosmiles precrisis no se tenía ese concepto de China (ni de Rusia, ni de los países árabes exportadores de petróleo) como superpotencia capaz de fagocitar económica y culturalmente a los países occidentales. No se veía en esas potencias hipercapitalistas emergentes la capacidad de, literalmente, comprar el mundo por parcelas tal y como lo están haciendo.

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El halo más o menos visionario del tebeo que nos ocupa no se reduce únicamente a la localización. De alguna manera, su planteamiento estético-narrativo adelanto algunas constantes estilísticas del audiovisual que se está haciendo ahora mismo: arquitecturas diáfanas, esteticismo cromático, pulcritud y mimo en el encuadre de espacios interiores, escenas de acción milimétricamente coreografiadas e integradas a la perfección con el entorno, sutil presencia  de las nuevas tecnologías en el mundo futuro… Una serie de recursos que no son nuevos, pero son muy agradecidos a la (no)textura cristalina del HD, y a los que, gracias a la mejoras tecnológicas de los equipos de grabación y edición, se recurre cada vez más. No digo que Zhong Guo haya sido la fuente de inspiración de cosas como Skyfall, Solo Dios perdona o Black Mirror (por poner tres ejemplos relacionados), pero hay que admitir la audacia de Hermann para adelantarse a lo que sería tendencia 10 años después.

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Zhong Guo está ahora tristemente descatalogado, pero se puede conseguir a buen precio en tiendas de segunda mano. Si lo ven, ya saben, dinero bien gastado.