G. Willow Wilson

Aire

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Si tenemos que establecer  un escenario simbólico para estos tiempos hipermodernos, sin duda el elegido sería  el aeropuerto: movilidad laboral, paranoia post-11S, estrés, velocidad, consumismo, comida rápida, turismo low cost , mezcla de culturas (y lenguajes)… en definitiva, tránsito y desubicación.

El mundo del “aire” supone el marco ideal para construir ficciones sobre el “ahora”, quedando bien demostrado esto en trabajos de popes de la realidad inmediata como Olivier Assayas o Paul Greengrass. Sin embargo, cuando se hace mal uso de este contexto, la decepción  resultante también se ve magnificada.

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Asi ocurre con Air, un tebeo protagonizado por una auxiliar de vuelo en el que se pretende conjugar la deriva emocional (y romántica)  de la protagonista con una trama de aventuras surrealistas que mezclan terrorismo y espionaje industrial con submundos imaginarios ubicados en las alturas. Buenas intenciones pero mala ejecución. Su guionista, G. Willow Wilson, intenta ser Grant Morrison pero es incapaz de manejar las claves de este tipo de relatos que se internan en el terreno de la sinrazón. Pero es en el apartado gráfico donde de verdad flojea el tebeo, M.K. Peker es un dibujante realmente mediocre, incapaz de trasladar al papel los mundos imaginarios y las escenas oníricas que propone el guión, y del color mejor no hablar. Si la parte visual estuviese en manos de un Frank Quitely o un Cameron Stewart, otro gallo cantaría, y puede que las carencias de guión quedaran eclipsadas.

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Menos fantasioso pero igualmente fallido resulta Up in the Air, el nuevo film de Jason Reitman y último hit de lo indie. Al principio la cosa promete, con George Clooney interpretando a un “despedidor profesional” que pasa la mitad de su vida volando, pero según pasan los minutos, el interesante planteamiento se diluye en sensiblería barata que poco tiene que ver con las cuestiones que propone al inicio. Todo demasiado inocente y poco atrevido para un universo tan implacable y despiadado como es el de los E.R.Es en grandes multinacionales. Una auténtica chorradita a medio cocer.

UP IN THE AIR

En fin, a ver si tenemos más suerte con las ficciones aeroportuarias en el futuro cercano.