Joann Sfar

Década 0, Cara B (VIII): Nouvelle BD y Superhéroes

Urani & Cycloman

Allá por el año 2000 y alrededores, en la esfera del cómic no podríamos encontrar dos términos más antagónicos que Nouvelle BD y Superhéroes. Dos géneros, o corrientes, o como les quieran llamar que se erigían como tótems inequívocos de lo gafapasta y lo friki respectivamente, cuando gafapasta aún se escuchaba muy muy poco y friki se escribía freakie y solo era usado extensivamente dentro de los círculos freakies.

A pesar de esa intensa guerra declarada (a nivel foros de internet y blogs, sobre todo) entre los acérrimos de lo uno y de lo otro, lo cierto  es que a nivel artístico existían puntos de contacto suficientes entre ambos universos como para que se diesen intersecciones. Sí, hubo algún que otro libro de  nouvelle BD con superhéroes. Les cuento de dos que cayeron en mis manos por aquella época.

Cycloman 01

El primero, “Cycloman”, es obra de Charles Berberian (guión) y Gregory Mardon (dibujo) y vino presentado en formato novela gráfica con todas las de la ley: tocho de casi doscientas páginas, autoconclusivo y muy libre a nivel autoral. “Cycloman”  bebe de fuentes diversas y heterogéneas, podríamos definirlo como un “El Gran Héroe Americano” + “Iron Man” + “Mazinger Z”, con unas pizcas de metalenguaje alanmooreano (ligerillo, no se crean), todo ello cocinado sobre una base de costumbrismo marca Berberian. Muy agradable de leer, y sobre todo, de mirar. Pese a que hablamos de uno de sus primeros trabajos, Mardon ya se manejaba con la soltura de dibujante curtido, demostrando que podía lidiar sin problemas con todos los ambientes que la historia demandaba, desde una tarde de compras en las calles de París hasta el surgimiento de un gigantesco monstruo de las entrañas del fondo oceánico. Desde entonces no dejé de seguir a este excelente dibujante.

Cycloman 02

Cycloman 03

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El otro tebeo en cuestión es “Urani”, realizado a cuatro manos por David B. y Joann Sfar. A cuatro manos con todas sus consecuencias: el resultado final recuerda a esos tebeos hechos a medias por niños entusiasmados en el que uno elabora una página mientras otro va empezando con la siguiente, en un continuo “dibújame tú esto que no me sale”, “esto otro queda mejor con tal detalle, ya te lo completo yo”, “en este viñetón yo hago esto y tú esto otro”, etc. Un álbum que destila magia, vamos.

Urani Vol. 1

Si en el de Berberian y Mardon lo superheróico surgía de un sustrato costumbrista, en “Urani” es un elemento fantástico más en el deliberadamente fantasioso escenario en el que se desarrolla la historia. Urani es la ciudad imaginaria por autonomasia, tiene espías, dioses, genios del crimen, científicos locos, gansters, animales antropomórficos y, como no, superhéroes: la enigmática y poderosa Europa, que a lo largo de la historia, irá descubriendo detalles de su borroso pasado.

Urani p06

Urani p08

Urani p30

Este primer álbum termina en “continuará” rotundo, dejándolo todo abierto. Pero como tantos otros caprichos de Sfar y compañía, nunca verá continuación. Es lo que tiene la libertad-libertinaje de la nouvelle BD: los autores dejaban tirado al lector a la primera de cambio. Si la autoría del álbum se desarrolló con la mágica mentalidad de unos niños de primaria, la planificación y la constancia para continuar la historia fue también propia de esa edad.

“Cycloman” fue editado en España por Ediciones De Ponent y supongo que todavía se podrá encontrar en buenas librerías especializadas. “Urani” creo que no, la edición que poseo es portuguesa (llegaba bastante material de nuestros vecinos a selectas librerías gallegas) y vista su condición inconclusa, no creo que vea la luz jamás.

Dos Biopics

Si hay un género cinematográfico que confiere a las películas adscritas a él cierta sospecha de truño, ése es el biopic. Las películas biográficas son extremadamente complicadas desde el punto de vista del realizador, éste tiene que enfrentarse a un montón de elecciones acerca de la proximidad con la realidad y  el personaje,   en las que cualquier opción puede ser cuestionada. Recientemente vi dos de estos biopics con unos planteamientos y resultados tan antagónicos que merece la pena reseñar.

Gainsbourg (vida de un héroe)

En el lado “regulero” tenemos “Gainsbourg (vida de un héroe)”, ópera prima de el eminente historietista Joann Sfar.  Viniendo de quien viene la autoría del film no nos puede extrañar la opción estilística escogida: fantasía desbocada, tanto en la puesta en escena como en los sucesos relatados. Sfar decide retratar a Serge Gainsbourg como el héroe romántico que parece haber creado esas canciones que todos conocemos. No se priva en tomar todas las licencias poético-visuales que suele utilizar en su obra gráfica… Nada que objetar en principio, lo malo es que no fue capaz de comprender que no estaba haciendo un tebeo sino una película, dónde los personajes son de “imagen real” y el ritmo viene impuesto por el metraje avanzando inexorablemente, no por un lector que decide cuando pasar página y cuanto se quiere parar a mirar tal o cual viñeta. El resultado: falto de ritmo con unos actores pretendiendo sin éxito convertirse en personajes dibujados. Una muestra palpable de lo alejados que están los lenguajes de cine y cómic.

Gainsbourg (vida de un héroe)

En el otro extremo se sitúa “Carlos”, de Olivier Assayas, producto audiovisual presentado simultáneamente como miniserie de televisión y película de 5 horazas.  Assayas nos cuenta los años de actividad del célebre terrorista Ilich Ramírez Sánchez (alias Chacal, alias Carlos) y lo hace con un pulso y una convicción en su planteamiento, que te da la impresión de que lo que estás viendo en la pantalla es tal cual lo que pasó. Pese a la considerable carga política presente en la vida de Carlos, en el film no hay posicionamientos ideológicos, solo hechos, los hechos en toda su complejidad, para que cada uno se saque sus propias conclusiones. Pero no se crean que se trata de un tostón filo-documental, “Carlos” tiene mucho nervio, tanto que somete al espectador a un brutal grado de inmersión en esa forma de vida de clandestinidad, riesgos, asesinatos y traiciones en las que vivió el venezolano.

Carlos

Tratándose de Assayas, no podían faltar en la peli las referencias al “ahora” más inmediato. Estando el film ambientado en las tres últimas décadas del siglo XX, el presente se manifiesta por pura comparación. Tengamos en cuenta que los personajes pretendían construir un futuro que ahora es presente. Una pasada de biopic (por extraño que suene).

Carlos

Para terminar, solo dejar claro que no pretendo aquí ensalzar la opción “realista” frente a la fantasiosa en el género de las biografías, simplemente reseñar dos productos que solo se pueden representar a si mismos. Como curiosidad, mencionar que si algo tienen en común ambos, son los bellezones que interpretan a las compañeras sentimentales de los protagonistas, no sabe uno con cual quedarse… o si:

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