Marc-Antonie Mathieu

3 Segundos

Marc-Antoine Mathieu - 3 Segundos

Si algo tengo absolutamente claro sobre Marc-Antoine Mathieu es que el tío se lo tiene muy creído. Parece que lo suyo son los high concepts gafapastas, tebeos novelas gráficas surgidas a partir de una idea filosófica y/o gráficamente impactante que induce al lector a pensar que en esas páginas se está cociendo algo grande que elevará el medio a cotas nunca alcanzadas previamente… Otra cosa es que realmente lo consiga.

Marc-Antoine Mathieu  -  La 2,333e Dimension Page 00

Con “Dios en Persona” falló estrepitosamente. Aquello fue el colmo de la pedantería, hasta tal punto en mi caso, que en cuanto terminé la tortuosa lectura del volumen me dije “Mathieu, nunca más”. Pese a todo, no me resistí al “superconcepto” de su nuevo libro y piqué con “3 Segundos”, que narra “en plano subjetivo” el viaje de un fotón en dicho lapso temporal (repito, high concept gafapasta). Y la verdad, esta vez la experiencia resultó bastante más satisfactoria.

3 Segundos - Marc-Antoine Mathieu

“3 Segundos” fue concebida como una obra híbrida, para ver la luz simultáneamente en los formatos cómic y animación flash. Quizás por ello flaquea un poco en el aspecto puramente visual: como animación resulta rudimentaria y aburrida, y como tebeo se le notan demasiado los inevitables trucajes en cuanto a ampliación y ensamblado de viñetas necesarios para componer semejante megazoom . Unos trucajes claramente reciclados de la versión flash, en la que dan menos el cante porque el ojo no puede pararse a inspeccionar en detalle cada fotograma.

3 Segundos - Marc-Antoine Mathieu

Pero si dejamos de lado esas espinosas soluciones técnicas,  nos queda un tebeo muy bien pensado y planificado, capaz de contarnos una amplísima historia en tan sólo 3 segundos de rebotes de luz sobre superficies reflectantes. El fotón que, digamos, lleva la cámara se infiltra en un buen número  de escenarios (en ocasiones, repitiendo visita desde otro ángulo)  que el lector tendrá que observar detenidamente para obtener el “cuadro completo” de lo que está pasando. En los tiempos de déficit de atención que corren, más de uno no seguirá el juego, pero el que se meta de lleno en la propuesta sacará provecho del libro más allá de la primera lectura (mejor dicho, visionado).

Con todo, lo más interesante del libro es su forma de captar la concurrencia de los infinitos procesos que conforman la realidad. Cada segundo se está generando tal cantidad de Historia que entender de verdad como funciona el mundo se hace evidentemente inabarcable;  lo que Baudrillard llamó “el desierto de lo real”. Lo único que nos queda para funcionar como seres pensantes es montarnos nuestras propias películas a partir de la minúscula información de la que disponemos individualmente.

En fin, empiezo acusando a Mathieu de gafapasta y termino gafapasteando. Mejor lo dejamos aquí…