Paranoid Park

Podría contar muchas cosas buenas de «Paranoid Park«, lo último de Gus Van Sant, pero para no aburrirles, me voy a centrar en aquello que más me ha llamado la atención: su narrativa basada en la descontextulización.

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Una descontextualización que se aprecia en primer lugar en el apartado sonoro. El film está ambientado en el mundillo skater, sin embargo la banda sonora se sustenta en composiciones de Elliot Smith … ¡y Nino Rota!. Además, el audio muchas veces parece contradecir a las imágenes que acompaña.

La descontextualización continúa en lo visual, pues las bellísimas imágenes del film se solapan con la insoportable angustia que acompaña al protagonista (y al espectador) a lo largo del metraje. También aparece la descontextualización temporal: los hechos se nos muestran desordenados en el tiempo, orbitando todos alrededor de un terrible suceso. Un suceso que cambiará para siempre la vida de Alex, el chaval protagonista. Sin embargo los espectadores no podemos detectar al instante cuales escenas ocurren antes o después del terrible momento, extendiendo así el sentimiento de zozobra y desesperación a los segmentos que lo preceden en el tiempo.

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Todas estas descontextualizaciones se encierran en una: la descontextualización genérica. El film parece un thiller, pero está muy lejos de ser un thriller. El director, mediante estas anomalias narrativas, retuerce los fundamentos del género y se sirve de ellos para mostrarnos lo que realmente le interesa: una intensísima visión de lo que significa ser joven en estos tiempos.

Imprescindible.

Tráiler (aquí en mejor calidad):