Palomar

High Soft Lisp

High Soft Lisp - Gilbert Hernandez

Le tenía un poco perdida la pista al universo “palormariano” de Gilbert “Beto” Hernandez. He leído bastante material suyo en los últimos años, pero todo él ajeno al microcosmos generado a partir de las ya míticas historias de “Sopa de Gran Pena”. No he tenido noticias de Luba y compañía desde la ya lejana “Rio Veneno”… hasta ahora. En un ejercicio de elipsis lectora me reengancho a la saga con “High Soft Lisp", el último recopilatorio americano que, siendo sincero, adquirí por pura influencia de su portada, un irresistible arrebato pop de fluorescente atractivo.

Love & Rockets v2 #15 - página 29

El contenido del volumen me resulta curioso a la vez que consecuente con la trayectoria, llamémosle paralela, de Gilbert en el último decenio. A través de Rosalba “Fritz” Martínez, medio hermana de Luba el autor mezcla el desarrollo de personajes bigger than life de Palomar con los experimentos bizarros, a medio camino entre la serie B y lo linchyano, a los que nos tiene acostumbrados últimamente.

Love & Rockets v2 #7 - página 30

Fritz: psicoanalista, actriz en películas de serie Z, tetas grandes, fijación sexual con las pistolas, habla con un ligero ceceo. Mark Herrera: exitoso gurú de la autoayuda, obsesionado con un misterioso animal acuático nunca fotografiado, seis turbulentos matrimonios a sus espaldas, le excita compartir su pareja con terceros, casado con Fritz durante tres años. Imagínense los retazos de vida que puede construir Beto en base a estos personajes.

Love & Rockets v2 #13 - página 12

Beto aprovecha la condición de actriz de cine de derribo de su protagonista para aventurarse en los terrenos de la metaficción. Ya son varias las novelas gráficas e historias cortas en su haber que “adaptan”  las películas protagonizadas por Fritz a lo largo de sus trayectoria vital. Una derivación con pocos precedentes dentro de cualquier medido de expresión, y en cualquier caso nunca llevada tan lejos.

Love and Rockets - New Stories #3 - página 18

Siempre he sido más de Jaime que de Beto, aún cuando muchos consideraban al segundo el mejor de los Hernandez. El tiempo ha puesto a Jaime en su sitio, como auténtico superdiós del comic, dejando a Beto en la sombra, como un experimentador irregular incapaz de alcanzar la intensidad emocional y vitalista de su hermano. Quizá sea cierto, pero no quita que el ahora “hermano feo” sea un autor superlativo, con una capacidad de generar extrañeza y crear personajes “vivos” mucho mayor que la del 90% de los autores que pululan por el mundillo. Sin tiempo que perder, me lanzo a la lectura del tochal “Luba”, recientemente editado por La Cúpula. A rellenar huecos.