Simon Reynolds

Revisionismo: Punk vs. Prog-Rock

I HATE Pink Floyd

[…]el punk nos muestra cómo la historia está construida, narrada, y se asienta en perspectivas triunfantes. Por ejemplo, la versión simplificada de la historia  del punk decía que el rock en los ‘70 era un desierto, un campo vacío y minado, y que entonces llegó el punk, y que los jóvenes punks vencieron a los dinosaurios del rock  progresivo, y que todos fueron felices y que se salvó el rock ‘n’ roll. En realidad, los ‘70 fue una década compleja, rica, diversa y excitante, e incluso 1975, que en el momento  parecía dar la sensación de ser un año absolutamente nulo, un punto muerto en la  historia del rock, estuvo lleno de grandes momentos, de grandes discos, y de muchísima  actividad. Y los dinosaurios del rock progresivo, lejos de ser vencidos y borrados del  planeta por la New Wave y el punk, prosperaron y crecieron en la segunda mitad de los  ‘70 y, de hecho, llegaron lejos en los ‘80, que fueron los años del gran éxito comercial  de Pink Floyd, Genesis, Yes y así. Especialmente en Norteamérica, la New Wave tuvo  muy poco impacto, comercialmente y en la radio. Entonces, depende quién está  escribiendo la historia. Y aunque sea difícil de creer, el punk hegemonizó durante  muchos años la manera en que narrábamos la historia del rock, en el sentido de que casi  todos los críticos y los “intelectuales” del rock se convirtieron de manera automática en  punks. De hecho, muchos de ellos habían estado pidiendo a los gritos una vuelta al rock  primitivo, furioso y “real” de las décadas previas incluso antes de que el punk llegara. Y  ese es otro misterio acerca del punk: que tardó muchísimo en suceder. Si te fijas, tuvo  muchísimos “falsos comienzos”, con grupos como los New York Dolls y The Stooges,  y con el pub-rock británico. Realmente la llegada de los Ramones, de los Sex Pistols o  de The Clash no debería haber sorprendido a nadie.

Simon Reynolds entrevistado en la revista Crisis
(abril-mayo 2011)

Interesante vuelta de tuerca la que plantea Reynolds. El (origen del) punk está hoy día asociado indisolublemente a  “lo callejero”, como la respuesta a una demanda de la  “clase obrera” cansada de los delirios virtuoso-decadente-culturetas del rock progresivo imperante en la época. A lo mejor, los que confirieron al punk ese aura “rompedora e iconoclasta”  fueron los críticos “gafapastas” del momento, y la auténtica música popular fue aquella que evolucionó a partir de la esfera prog. La verdad tiene mil caras.

Década 0, Cara B (II): Come on primates show your teeth!

Come on primates show your teeth

Como bien explica Simon Reynolds en el imprescindible prólogo de “Loops: una historia de la música electrónica” (léanlo, por Dios!), en ese mundillo no está mal visto que los productores aprovechen hallazgos de otros y lo incorporen a sus tracks. Importa más la evolución de los sonidos, llevarlos “más allá”, que conservar la memoria autoral y emitir acusaciones de plagio a diestro y siniestro. Los beats y loops, una vez que salen a la luz e independientemente de como estén protegidos legalmente, se convierten en material de dominio público. Se reutilizan, se cortan, se mezclan, se distorsionan, se deconstruyen… en definitiva se abusa de ellos hasta agotarlos.

Por esta razón, la música electrónica evoluciona muy rápidamente y ciertos estilos que anteayer eran lo más, pasan  de moda en un abrir y cerrar de ojos para dejar sitio a “pastos más verdes” recién descubiertos. No se mueren, permanecen en  standby para volver cuando la gente se olvide de ellos y algún avispado productor o colectivo los haga resurgir. Se podría decir que el breakbeat, o breakcore, o drill n bass, o como quieran llamarlo, está en uno de esos momentos bajos, relegado a un segundo plano frente al imparable ascenso de la bass music. Posiblemente este fin de ciclo haya impedido que John Charles Wilson  alias Frog Pocket disfrute del reconocimiento que merece.

John Charles Wilson, alias Frog Pocket

Su segunda referencia para Planet Mu, “Come on primates show your teeth!” (2007), guarda ciertas similitudes con una de las joyas de la corona del sello, el ya mítico “Rossz csillag alatt született” (2005) de Venetian Snares. Si en aquel el productor canadiense “desintegraba” composiciones de corte clásico inspiradas (o directamente sampleadas) en autores húngaros, haciéndolas colisionar con los ritmos rotos y ultrarrápidos propios del breakcore,  Wilson hace lo propio sustituyendo Hungría por su Escocia natal, sometiendo al mismo tratamiento de shock (aunque un poco más suavemente) pasajes folkies “medievalistas” que remiten a la cultura y tradiciones del país. Esto queda reflejado perfectamente en la portada del disco, donde un wicker man parece estar bailando al son de los frenéticos ritmos “breakcoretas”.

Quizás la track más significativa del LP sea “Dungeon Hills”, en la que una bella melodía basada en cuerdas evoluciona hacia el caos rítmico total en 7 minutos sin desperdicio. Se la dejo insertada arriba, pero pueden escucha el más  temas del disco en youtube.

Tras 5 años de silencio discográfico, Frog Pocket ha vuelto este 2012 con “Frog and the Volcano!”, en el que actualiza su estilo hacia terrenos más “bassisticos”, conservando el deje folkie de sus anterior trabajo. Pueden escucharlo (y comprarlo) aquí.