Infiltrados (y los remakes)

El fenomeno «Remake» que invade Hollywood desde hace más de 10 años, es generalmente interpretado como consecuencia de una falta de originalidad en la industria del cine norteamericano. Yo más bien lo veo como el resultado de una falta de asunción de riesgos. Los costes de producción de cualquier película mainstream norteamericana son altísimos, principalmente por culpa de los sueldos de las «estrellas», esto hace que las productoras se piensen mucho a que productos dar luz verde. En este escenario, adquieren mayor probabilidad de realización los que hayan demostrado su eficacia comercial en el pasado o en otros mercados.

Algunos remakes son una reproducción (cuasi)exacta del film original, a veces incluso repitiendo director («Psicosis»,»El Grito», «El Vigilante Nocturno»). En otros se cuenta la historia del original desde otro punto de vista narrativo. Aquí entrarían «La Matanza de Texas» y «Amanecer de los Muertos» (ambas de 2004), que cambian la propuesta «camara en mano» de los originales de los setenta por una realización más pulcra, con iluminación y diseño de producción muy cuidados y uso de steadycam a discreción.

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En un tercer grupo estarían los remakes en los que se utiliza el material original como esqueleto para que el (re)realizador exponga sus propios temas. En (la horrible) «Vanilla Sky», Cameron Crowe se apropia del sci-fi-thriller de Amenábar «Abre los Ojos» para contarnos cosas sobre la popularidad y la musica pop. Cronenberg, con «La Mosca» (1986) transforma uno de los innumerables «series B» de monstruos de los 50 en un tratado sobre la degradación de la carne, la enfermedad y la muerte. En este grupo encajaría perfectamente «Infiltrados» de Martin Scorsese.

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Inspirado en el thriller hongkonés «Infernal Affairs» (2002), «Infiltrados» puede verse como una continuación natural de «Gangs of New York». En esta última se nos muestra uno de los muchos episodios que conforman la génesis violenta de los actuales Estados Unidos de América. Las resonancias de este nacimiento doloroso del país todavía se sienten en el teoricamente civilizado siglo XXI. En una sociedad tan obsesionada por prosperar económicamente, queda poco tiempo para establecer un modelo de convivencia. Conceptos como lealtad y confianza son siempre una trampa en este ambiente ambición desmedida.

Este escenario social encaja perfectamente con el argumento recuperado de «Infernal Affairs», en el que la policía y un jefe mafioso consiguen instalarse un topo reciprocamente. Ante la papeleta de aparentar lo que no se es, las reacciones son diversas: uno de los topos se acomoda en su nueva personalidad y aprovecha para realizar sus fantasías arribistas, el otro se ve superado por las circunstancias, internandose entre la paranoia y la disociación de personalidad. En el fondo ellos son los puntales visibles de una forma de actuar que se expande entre muchos de los personajes del film, porque, al fin y al cabo, en semejante marco social, sobrevivir, mentir y utilizar se están convirtiendo en sinónimos.

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La realización sigue la linea de los últimos «Scorseses», una buena factura en general con algun que otro lucimiento , como por ejemplo una secuencia con montaje en paralelo de una acción en presente y dos flashbacks simultaneos. Destaca también el tratamiento de las escenas violentas, rápidas y desagradables, sin lirismo ni coreografías.

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Actuaciones: Como la vi doblada, mi opinión puede ser poco fiable, pero DiCaprio no me convence demasiado, Nicholson en su linea histrionica y Matt Damon vuelve a ser Ripley. Los secundarios bien en general, destacando a Mark Wahlberg y Alec Baldwin con unos dialogos que permiten su lucimiento.

Trailer en inglés
Trailer en español (descarga muy lenta)