Soy de los que opinan que una película se disfruta más cuanto menos contaminado esté el espectador de datos y comentarios previos acerca de ella. Si después uno quiere saber más, que busque en Internet o que se mire los extras del DVD, pero siempre a posteriori, porque la (des)información previa nubla el criterio propio de manera considerable. Aunque para todo hay excepciones, y “Monsters” es una de ellas.
Del film de Gareth Edwards es muy importante saber una cosa a priori: que se hizo con “cuatro duros” y, por lo tanto, salvo pequeños (y evidentes) detalles de atrezzo y retoque digital, las localizaciones que en él aparecen son reales. La “Zona Infectada” y contorno, parasitada por una especie alienígena de monstruos gigantes y por ello sometida a continuos asedios por parte del ejercito, es en realidad un conjunto de apocalípticamente bellos parajes pertenecientes a Costa Rica, Guatemala, Belice y México.
Este dato aporta una nueva dimensión a la película. Por una parte, hace sospechar que se trata tanto de un producto de ciencia ficción como de un documental encubierto, como si la historia fuese una excusa del realizador para arrastrar al espectador a la butaca y así hacerle partícipe de aquello que su mirada ha conseguido captar en tierras latinoamericanas. Por otro lado juega con la metáfora de la guerra contra los aliens para poner en evidencia realidades mundanas: los pulpos gigantes son falsos, pero las formas de vida, el estado de las viviendas, las fronteras cerradas… todo eso es verdad.
Con lo dicho, queda claro que Edwards ha creado un producto ciertamente particular, en el que ha sabido encajar piezas tan dispares como la ciencia ficción, el documentalismo “ambient”, y la reflexión social. En cuanto a este último tema, la cosa no se reduce a las problemáticas de los países en desarrollo y zonas afectadas por la guerra, también el primer mundo y sus contradicciones están muy presentes. La pareja protagonista, norteamericanos unidos por el azar y obligados a atravesar la zona infectada para regresar a sus hogares, emprenden el viaje más por imposición que por voluntad propia, porque ese mundo confortable y seguro es también un pozo de obligaciones, responsabilidades e insatisfacciones…
No me enrollo más, para no “contaminarles” demasiado. Eso si, les dejo el tema principal de la espléndida banda sonora de la peli, compuesta por Jon Hopkins, de las que contribuyeron a que 2010 fuese un buen año en lo que se refiere a scores fílmicos:
Jon Hopkins – Monsters Theme by Jon Hopkins
Tráiler:
Una muy buena película con momentos «Herzogianos» que viene a ser toda una bofetada en la cara de Hollywood y propuestas vacuas como Avatar.
Si es verdad que Gareth Edwards va a hacer Godzilla solo le pido que intente meter una mínima cantidad de chicha (aunque lo dudo).
La peli se hizo con cuatro duros ya que la otra mitad del presupuesto fue a parar a los integrantes del festival de Sitges que le otorgaron el premio a los mejores efectos especiales.
Diego: Lo de Godzilla da miedo. Cada dos por tres hay un intento de relanzamiento que no cuaja bien. Auque el de Ryûhei Kitamura me resultó gracioso.
Pablo: Para mí que el premio fue menos por la calidad que por reconocimiento a la «heroica» labor de Gareth Edwards, que los hizo el solito con un PC corriente.
Gustoume o detalle de que todo o relacionado cos aliens é meramente contextual,xa que ó remate da película levas a sensación de que o porqué,o cando ou o como dos aliens non é tan importante como a viaxe tan rara que teñen os protagonistas.
Gustoume.
Lo desconocía por completo David. Los criterios para otorgar un premio los valora uno como quiere; en este caso se premiaron las horas de Photoshop, etc. por encima de lo integrados que estén los FX en la peli.
Aún así me sorprende dado el carácter secundario que tenían los «monsters» del diablo.