Adam, un neonazi de «mano fácil» consigue la condicional a cambio de trabajos para la comunidad. Así, se convierte en el ayudante de un cura, Ivan, de personalidad inquebrantablemente positiva, pero con el que no se puede discutir. Completando el grupo de trabajo están un musulmán atracador aspirante a terrorista y un obeso ex-tenista alcoholico con historial de abusos sexuales.
Es probable que la idea que se hagan sobre una película con semejante escenario inicial es, o bien la de un dramón pro-oscar o bien una tonticomedia políticamente incorrecta de los Farrelli. Pues nada de eso; lo que se van a encontrar es una comedia negrísima que ahonda en importantes aspectos de la naturaleza humana. Inteligencia sin renunciar al entretenimiento.
«Adams æbler«, o «Las Manzanas de Adán» (sin estreno en España) ha sido perpetrada por el danés Anders Thomas Jensen, prolífico guionista y director con historial en el movimiento «Dogma 95» (que vicio el mío de sacarlo en el blog). Casualmente Ulrich Thomsen (espléndido interpretando a Adam) y Paprika Steen ya habían trabajado juntos en el primer dogma, «Celebración«.
La historia está estructurada como si de una parábola bíblica se tratase: El párroco le propone a Adam fijarse un objetivo; el skinhead, tomándoselo a coña, manifiesta su intención de hacer una tarta con las manzanas del arbol del jardín. A la vez que extraños sucesos (plagas, accidentes) dificultan a Adam la realización de tal meta, éste se da cuenta de que Ivan es un desgraciado incapaz de ayudar a la gente, cuyo nivel de autoengaño sobrepasa toda lógica. Adam se marca otro objetivo: hacerle entrar en razón (aunque sea a hostias).
Jensen nos invita a reflexionar acerca de hasta que punto es admisible el rechazo de la «realidad» para sobrevivir en este mundo, y también sobre la sádica necesidad que tenemos los humanos de transmitir nuestra frustración a los que nos rodean.
Dense un garbeo por el eMule y llevensela «a la saca». No les defraudará.
La película está llena de matices, es como los hombres de Paco, pero bien hecho.
Y el nazi me cae de puta madre.