El camino del artista

pol01

Uno de los más sólidos pilares del “malestar en la cultura” en el que estamos atrapados es el devastador binomio expectativas-realidad. Ante un mundo de potencialidad infinita por delante, las poco curtidas mentes de la chavalada se ven abocadas inevitablemente a un proceso de decepción-readaptación también conocido como “crecimiento como persona” que cada un lleva como mejor puede.

pol02

Pienso que esta gestión de la decepción resulta especialmente interesante, y también dolorosa, para aquellos que han tomado la senda del arte. Inspirados por las hazañas de los grandes nombres del medio de expresión que les ha cautivado, pronto se darán cuenta que muchos son los llamados y pocos los elegidos. En ese momento empieza la verdadera aventura, la de enfrentarse al azar, a las  limitaciones propias y a la toma de decisiones.

pol04

Esto todo lo explica de maravilla el prolífico Bastien Vivès en “Polina”. Utilizando como contexto el durísimo mundo de la danza clásica rusa, Vivès cuenta una historia aplicable a cualquier disciplina artística. A título personal, el ballet ni me va ni me viene, sin embargo esta novela gráfica me ha resultado muchísimo más interesante que otras aproximaciones al mismo tema ambientadas en una esfera mucho más de mi agrado como es la del cómic. Muchas veces, cuando los artistas reflexionan sobre sí mismos les sobra pedantería, algo que para nada ocurre en “Polina”.

pol07

Ya en el plano formal, a destacar el trazo ágil y expresionista de Vivès, un autor que, como alguno de sus personajes en el tebeo que nos ocupa, no duda en arriesgarse y probar cosas nuevas en cada proyecto que aborda. En este caso, el uso del bitono y líneas curvas (aparentemente) rápidas vienen como anillo al dedo para representar un arte basado en la belleza del movimiento como la danza en un medio de imágenes estáticas secuenciales como es el cómic. Aplicándose las recomendaciones de uno de sus personajes, hace que lo difícil parezca fácil.