Fantagraphics

Pudridero

Pudridero - Johnny Ryan

Por si alguien no se ha enterado todavía, aviso que la brutal “Prison Pit” del irreverente Johnny Ryan, la cual reseñé aquí hace año y medio, ha visto la luz en español bajo el genial nombre de “Pudridero”. Coeditan Entrecomics Cómics y Fulgencio Pimentel entregando un primer volumen de factura impecable que no solo da mil vueltas a la edición de Fantagraphics, sino que sale más barato, pues por 20 bien invertidos euros, el lector se lleva el material contenido en los dos primeros tomos americanos.

Precisamente la majestuosidad de la edición refuerza mi teoría sobre la bipolaridad  contenido/continente que se da en este tebeo. Una bipolaridad tan acusada que induce a reflexión: ¿Hasta qué punto se ha domesticado el consumidor de material “underground”?¿Qué ha pasado en los últimos 20 años para que, material como “Pudridero” sea consumido casi en exclusiva por un lector de corte gafapa “intelectual”, entrado en la treintena, presentado en una edición realmente “de coleccionista”?¿Dónde está la chavalada que leía El Víbora a semiescondidas flipando (sin pizca de ironía) con las burradas que allí salían? ¿Es la cultura del Reggaeton el nuevo y auténtico underground? Cada uno que saque sus propias conclusiones…

Image Comics: 1992-2012

Image - 1992-2012

A estas alturas de año, supongo que todo aficionado al cómic americano que se precie se habrá enterado de que Image Comics está de aniversario. 20 tacos, nada menos.

En lo personal, la efeméride ha supuesto una auténtica sacudida emocional: Yo viví el nacimiento de Image ya como fanboy de pleno derecho, que compraba en librerías especializadas, leía la Comics Scene e intentaba sacar todo el partido que podía a mis (escasos) conocimientos del inglés para “descifrar” algún que otro comic-book de importación que caía en mis manos. En cierto modo, la historia de Image es un reflejo de la historia del tebeo mainstream americano desde que yo soy “consumidor informado” de ese producto, y no podía dejar de dedicarle unas líneas al asunto.

Los fundadores de Image

Los orígenes de Image fueron creativamente discretos: siete dibujantes hot que trabajaban para Marvel no se sentían económicamente valorados por la empresa y deciden fundar la suya propia. Asistidos “profesionalmente” por familiares y amigos en las labores de escritura y edición (mítico Brandon Choi!), sus esperadísimos lanzamientos consistieron básicamente en “versiones propias” de X-Men y/o material “grim and gritty” réplica de lo que ellos creían que hacían Alan Moore o Frank Miller. Horroroso en el sentido más peyorativo del término… pero picamos en masa y ellos cumplieron rápidamente su objetivo de llenarse los bolsillos. Con todo, he de romper una lanza por Erik Larsen y su “Savage Dragon”, la única de las cabeceras “fundacionales” con personalidad propia y hecha desde el corazón (el corazón de un friki, claro); aún hoy Larsen no se ha apeado del carro con casi 200 episodios de la serie a sus espaldas.

Los inicios de Image

Pocos meses después de la puesta en marcha de la compañía, el grueso de los miembros fundadores dejaron los bártulos de dibujo para controlar sus respectivos emporios desde los despachos. Dentro de la editorial madre surgieron subsellos donde subalternos de estilo clónico a Lee, Silvestri y Liefeld producían multitud de tebeos infumables que expandían los universos de ficción “creados” por sus jefes. Contra todo pronóstico, de semejante escenario salieron algunas cosas buenas: ciertos artistas, ahora respetados, tuvieron la libertad suficiente para forjar allí su personalidad gráfica; por otra parte, el déficit de guionistas de calidad que sufría la editorial unido a la inactividad de Alan Moore por enfado con Marvel y DC favoreció una improbable relación entre ambos que dio lugar a un puñado de buenos tebeos. Paralelamente a los movimientos de “los grandes”, la editorial iba acogiendo poco a poco proyectos más indies, como “The Maxx” o “Astro City”.

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Los años siguientes fueron económicamente turbulentos para Image y la industria del comic-book en general. Estalló la burbuja especulativa, Marvel entró en bancarrota y por diferente motivos, dos de los grandes pilares de la compañía como eran Rob Liefeld y Jim Lee abandonan el barco llevándose sus respectivos subsellos a otra parte. Los motores McFarlane Productions y Top Cow (Silvestri) seguían funcionando, pero la masa de títulos “autónomos” de autores (nuevos y consagrados) que elegían Image como editorial crecía y crecía. Surgió la paradoja: Image nació para que los autores se independizaran de las majors, pero en ese punto de su historia, se convirtió en la principal cantera de Marvel y DC. Ciertos autores de carácter emprendedor utilizaban sus creator owned series para llamar la atención y agenciarse una plaza dentro del staff creativo de los X-Men, Batman o lo que saliese… y desde que Quesada tomara las riendas de Marvel a principios de siglo XXI, renovando y reflotando la compañía,  las oportunidades se multiplicaron. Estar en Image “cundía”, pero no al mismo nivel que cundió a sus fundadores: podías hacerte un nombre en el mundillo del cómic, pero difícilmente ibas a hacerte rico montándote tu propia franquicia.

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El mundo da muchas vueltas, y el estatus editorial de Image comienza a cambiar según avanza el siglo. En 2003 un encumbradísimo Mark Millar, que lo estaba petando con sus excelentes Ultimates en Marvel, elige a Top Cow/Image para lanzar “Wanted”, el más potente de una batería de títulos de creación propia con los que inicia la marca Millarwold, totalmente orientada a generar franquicias explotables cinematográficamente; en poco más de tres años, “Wanted” se estrena en cines. Por otra parte, el ahora célebre Robert Kirkman, obtiene su promoción a Marvel con resultados bastante discretos: sus tebeos para la Casa de las Ideas no convencen demasiado, sin embargo sus series Image “Invincible” y sobre todo “The Walking Dead” crecen en popularidad, convenciendo a crítica y público. Mientras tanto, la masa de títulos indies sin pretensiones comerciales extratebeísticas aumentaba en cantidad, calidad y bizarrez: Mike Allred migra a Image su universo Madman; Joe Casey, fuera de la primera plana y económicamente liberado gracias a su condición de cocreador de Ben 10, da allí salida a sus experimentos tebeísticos, siempre acompañando de interesantes dibujantes de heterogéneos estilos; Brandon GrahamShaky Kane o James Stokoe contribuyen con material “raruno” que a nadie extrañaría ver editado por Fantagraphics.

Nadie prestó demasiada atención a los movimientos de Millar, pero el exitazo de la adaptación televisiva de “The Walking Dead” (en antena desde 2010) hizo cambiar de idea a más de uno respecto al tema de las franquicias viables. Un número cada vez mayor de autores asentadísimos (y respetadísimos) en el mainstream superheroico dan a conocer sus planes de “salida ordenada" de títulos importantes a los que han dedicado años para centrarse en proyectos propios: Ed Brubaker, Brian K. Vaughan, Brian Hitch, Grant Morrison han estrenado o están a punto de estrenar serie en Image.

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En 20 años, Image ha evolucionado de una Marvel tróspida para mayor gloria (pecuniaria) de sus fundadores a un espacio donde ebullición creativa y explotación económica  conviven en armonía. No hay mejor metáfora para entender la situación actual del la compañía que el (enésimo) relanzamiento de los Extreme Studios liefeldianos: el gran Rob! ha puesto un puñado de sus series “históricas” en manos de autores independientes para que hagan con ellas lo que les dé la gana… y la cosa está saliendo bastante bien en todos los aspectos.

Prophet 1993 vs Prophet 2012

Para terminar, quiero dejar constancia que Image constituye como el 80% del material “de grapa” que consumo actualmente. En lo que a mi respecta, que sigan en esta línea. IMAGE VA BIEN.

Desnudo en el Siglo 35

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Fascinado me tiene el tebeo/serie de animación de Dash Shaw Unclothed Man in the 35th Century A.D”. Les cuento: va de un señor del futuro afiliado a una organización anti-robótica. Para demostrar la supremacía del hombre frente a las máquinas,  sus superiores le encomiendan la misión de hacerse pasar por un robot-modelo en clases de dibujo al natural. En maratonianas sesiones debe mantenerse totalmente quieto, libre de sudor, espasmos, parpadeos y erecciones,  para que ninguno de los asistentes se dé cuenta de que se trata de una persona, quedando así patente que lo puede hacer tan bien como sus enemigos sintéticos.

¿No es ésta la alucinada metáfora definitiva sobre nuestro tiempo? ¿No nos obliga la sociedad a comportarnos como máquinas para demostrar nuestra valía como personas? ¿Le estoy dando pábulo a una ida de olla del señor Shaw? ¿Soy un robot?…