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Mills & O’Neill

Marshal Law Forum Marshal Law ECC

Nada menos que 22 años han pasado desde que Forum publicara la primera miniserie de Marshal Law en España. En todo ese tiempo no ha habido ninguna reedición de dicho material, pero semejante agravio ha sido resuelto por ECC hace unos días. Puesto que servidor es fan a ultranza del tándem creativo Pat Mills/Kevin O’Neill, quisiera aprovechar la circunstancia para hablarles de estos dos individuos y su obra conjunta.

Mills & O'Neill

Empecemos por Mills. Este señor ha escrito guiones sin parar desde hace 40 años, no conozco ni el 1% de su obra, pero en base a lo que le he leído, me atrevo a decir que unos de sus grandes intereses es el caos, o más concretamente la gestión del caos. Sus personajes más célebres son obsesos del control. El Juez Dredd, Torquemada, Marshal Law o Defoe son individuos que no aceptan el caos como fuerza regidora del cosmos; libran una lucha imposible para establecer lo que, según su visión del mundo, es el orden. Paradójicamente, esa obsesión ciega por alcanzar su objetivo los convierte en monstruos, en máximos contribuyentes a la sinrazón.

Be pure! Be viglant! BEHAVE!

 

Como contrapartida, Mills tiene en cartera una serie de personajes que son muy conscientes de la naturaleza caótica del universo y actúan en consecuencia, en ocasiones erigiéndose como entidades paganas portadoras de la destrucción purificadora. Tenemos en esta categoría a Lord Weird Slough Feg, Slaine (ambos presentados como encarnaciones del Dios Cornudo celta) y sobre todo Nemesis, un terrorista brujo alien de aspecto y costumbres repulsivos,  que lucha por la libertad de los humanos pese a su repugnancia hacia ellos y sin escatimar en víctimas colaterales entre los de dicha especie. Nemesis es un héroe 100% satánico, un héroe que incomoda al lector tanto por su abyecta presencia como por su actitud libertaria, aún  sustentándose en una visión del mundo más cruel (pero menos engañosa) que la humana. Mills actúa también como agente pagano del caos mediante su escritura.

Lord of Flies

Pasamos a O’Neill. En su caso, la palabra clave es “dolor”. El dibujante es ante todo un retratista de cuerpos sufrientes. Sus viñetas están llenas de pieles sudorosas marcadas por cicatrices, deformaciones óseas y músculos hiperdesarrollados y agarrotados. Una crítica habitual hacia su estilo es que dibuja a los personajes demasiado rígidos; yo no lo veo como un defecto, pues más bien denota en ellos una tensión insoportable, una falta absoluta de relajación muscular. Volviendo a Nemesis, su figura tiene claros ecos gigerianos, podría verse como una variante del mítico Alien, pero una variante envenenadísima. Mientras que del célebre xenomorfo conocemos sus gráciles movimientos, su bello lenguaje corporal, de Nemesis sospechamos todo lo contrario: ese tubo espinal exterior que conecta su cabeza con su tronco, la ausencia de una cavidad bucal remotamente parecida a la humana y ese pesado tronco imposiblemente erguido sobre dos patas de caballo nos hace pensar en el warlock  como una chapuza del proceso evolutivo que, contra todo pronóstico, puede moverse.

Nemesis The Warlock - The Poster

Recapitulemos: dolor, sufrimiento, paganismo, caos… Si juntamos a estos dos señores para hacer un tebeo, el resultado no podría ser otro que un delirio sadomasoquista judeocristiano muy jodido. Con mayor o menor nivel de sátira, Marshal Law y Nemesis the Warlock,  airean toda la mierda que llevamos dentro: obsesión ciega, autoengaño, autodesprecio y rabia descargada sobre terceros. En los primeros episodios de Nemesis, Torquemada se convierte accidentalmente en una especie de monstruo ectoplásmico multiforme, justo lo que más odia. Marshal Law caza superhéroes locos, pero tiene que cargar con el hecho de que él también es un superhéroe; su guerra sin fin contra los tipos en mallas es realmente una penitencia para redimirse a si mismo. De hecho, el propio tebeo surge como una genial ocurrencia metalingüística de Mills: él quería trabajar para el mercado americano, pero allí solo le pedían material superheróico, el cual detestaba con toda su alma; al final creó su serie de superhéroes, o mejor dicho su serie de masacrar superhéroes. Marshal Law es para el escritor un castigo a la vez que una forma de catarsis contra lo que odia.

Marshal Law - Kingdom of the Blind v1990 #1 (1990) - página 14

Marshal Law - Kingdom of the Blind v1990 #1 (1990) - página 15

En fin, una pena que andemos tan escasos de ediciones españolas de la obra de estos monstruos del cómic. A ver si el tomo de Marshal Law vende bien, ECC publica lo siguiente y alguna editorial valiente se atreve con Nemesis…

Top30 (II): Los 4 Fantásticos

Mi inmersión en el mundo de Reed, Sue, Johnny y Ben fue escalonada y anacrónica. Conocí a la «Primera Familia» a traves de un tomito de Bruguera dedicado a Spiderman. Allí, nuestro arácnido favorito formaba equipo con Johnny Storm, la Antorcha Humana, refiriendose éste en repetidas ocasiones a sus tres compañeros. Hubo nuevos contactos: visionado de fragmentos de la serie de TV (muy pocos), lectura de tomos Bruguera en casas de familiares y amigos (época Thomas/Buscema)…, ya sabía de que iba la cosa, y cada vez me interesaba más.

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Pero lo que se llevó la palma fue un regalo sorpresa de mi abuela: un tomo en tapa dura de la editoral Montena titulado «El Vástago de los 4 Fantásticos«, que contenía nada menos que el Annual #6 de la serie americana. Stan Lee, ¡¡¡Jack Kirby!!!, la Zona Negativa, Anihilus, el nacimiento de Franklin, ¡Era la hostia!. Posiblemente en la corta historia de mi vida nunca había sido expuesto a tal derroche de imaginación. Enseguida compartí el mágico tebeo con mis amigos y todos quedaron prendados, los 4 Fantásticos serían los protagonistas de nuestros juegos durante una buena temporada. Por mi parte, el interés por esta superfamilia, el Universo Marvel y los cómics en general no desaparecerían jamás.

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Pero mi joven mente aún tuvo que sufrir un segundo y definitivo impacto: la magnífica etapa de John Byrne en la colección, editada aquí por Forum. Como venía siendo habitual, me llegó de manera dispersa y desordenada, pero cada vez que me hacía con un nuevo episodio, aquello era un festín. Gran parte de la mitología que Lee y Kirby concibieran para la serie fue descubierta por mi en versión Byrne: Dr. Muerte, los Inhumanos, ¡¡Galactus!!… el polémico autor era capaz de sacar jugo a los viejos personajes de manera nunca vista, así como de expandir ese fantástico universo con creaciones propias. Byrne nos sorprendia en cada episodio, ya fuera con heroes invitados, con aventuras individuales, cambios de formación (¡Viva Hulka!) o inesperados giros románticos (si, la Antorcha intentó robale la novia a la Cosa). Todos los personajes tuvieron su momento de gloria: Franklin, Herbie, Frankie Raye, John Byrne (imaginense) … hasta el mismísimo edificio Baxter protagonizó una historia!!!.

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Esta serie me hizo consciente por primera vez del concepto de «autoría». El gran B. tenía un estilo muy difente al «estandar Marvel» al que estaba acostumbrado. A partir de entonces, lo primero que miraba al abrir un tebeo con buena pinta, eran los creditos, tomando nota mental del nombre del dibujante.

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Será dificil que estas dos míticas etapas sean superadas algún día, pues gran parte de su magia radica en el desarrollo creativo a largo plazo. Lee y Kirby produjeron 103 episodios consecutivos, Byrne más de 60. Unas etapas tan buenas a la vez que largas no se olvidarán pase el tiempo que pase. Posteriormente, gente como Walt Simonson o el tándem Waid/Wieringo hicieron buenos trabajos pero su brevedad los pondrá siempre en un segundo plano respecto a los anteriormente comentados. Hace poco se anunció que Mark Millar y Bryan Hitch se harán cargo de la serie; por muy buena que sea su etapa, no le auguro más de 12 entregas (a salir irregularmente en un periodo de 2 años).

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Para terminar, quisiera dar mi opinión acerca de las películas. Soy consciente de que fueron pensadas cómo producto de entretenimiento familiar, y desde ese punto de vista no están mal. Lo que me parece mal es que hayan utilizado este enfoque con unos personajes y unas historias tan fundamentales en el desarrolo de la «Era Marvel» y el de los comics en general. Para entretener a los niños hay material de sobra al que echar mano en Marvel, pero la épica, la pasión, la mitología y la imaginación que derrocha esta serie son únicas. Con Punisher, el Motorista Fantasma o Daredevil que hagan lo que quieran, pero, sinceramente, los 4F deberían haber sido tratados al menos tan bien como se ha tratado a los X-Men, Batman, Superman o Hulk.

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P:D.: no se pierdan «Los 4 Fantásticos: El Fin» de Alan Davis. Oro puro

Enlaces de interés:

Galería de portadas originales de Fantastic Four
Kirby Museum
Website de John Byrne (material gráfico a go-go)

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