Warp

When machines exceed human intelligence

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Les propongo un juego mental: Evoquen en sus cerebros el concepto de “Hip Hop”. Del conjunto de imágenes y sensaciones recuperadas vayan desechando los graffitis, los videoclips, el vestuario XXL, y demás parafernalia estética hasta quedarse solo con la música. Ahora eliminen la aportación del vocalista: la protesta, la “actidud”, las rimas,  las letras… Tras esto, imagínense  que cierto individuo coge “lo que queda” y comienza a diseccionarlo hasta obtener las esencias rítmicas del género, para después jugar con ellas y confeccionar sonidos cuya autoría se le pudiera atribuir a HAL-9000 u otra inteligencia artificial del mismo palo. 

Pues ese individuo existe, se llama Mark Pritchard, y bajo el pseudónimo de Harmonic 313, se ha puesto en el papel de una computadora que hace Hip Hop, dejando los resultados de tal ejercicio en el LP de adecuado título “When machines exceed human intelligence”.  Desde que cayó en mis manos, no dejo de escucharlo.

Aquí unas muestras:

Harmonic 313 – “Cyclotron” (extracto)
[audio:http://www.piccadillyrecords.com/mp3/Harmonic%20313%20-%20Cyclotron.mp3]

Harmonic 313 – “Dirtbox
[audio:http://rraurl.uol.com.br/media/musica/harmonic313_radar/Dirtbox_Harmonic_313.mp3]

Y no dejen de visitar su (robotizado) website.

Windowlicker

La célebre creación de Aphex Twin y Chris Cunningham está de actualidad. Parece ser que a MTV Europe le ha caído un multón de doscientasypicomil libras por emitir el clip en horario familiar.

Aprovechando la ocasión, aquí les dejo el susodicho video. Una magistral parodia del «rollo Hip-Hop» más mainstream, en la que se fusionan como nunca antes se ha había hecho los dos grandes leit motivs del muntillo: el autoculto («soy rico y molo mucho») y las tias cañón:

[Aviso a impacientes: Saltense la primera mitad para ir directos a la «chicha»]

Turning Dragon

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En la cultura de masas, cualquier artista de que haya sacado una obra redonda, pese a los grandes beneficios que ésta le hubiera reportado a todos los niveles, tiene que afrontar una nada sencilla cuestión : ¿Cómo continúo?.

Observando el panorama musical se pueden encontrar dos ejemplos recientes y antagónicos sobre como resolver la papeleta. Por un lado tenemos el caso de Franz Ferdinand, que tras debutar de manera sobresaliente con su LP homónimo, no tardaron nada en sacar el siguiente con la mismas pautas estilísticas que el primero. De esta forma aprovecharon el hype formado a su alrededor, pero tuvieron que sufrir las odiosas comparaciones entre ambos trabajos. Con independencia de su calidad, lo cierto es que su segundo disco no contaba con uno de los puntos fuertes de su debut, el factor sorpresa, y eso les pasó factura. De manera totalmente opuesta actuaron Radiohead tras el boom de «OK Computer«. Su siguiente LP, «Kid A«, tardó en salir casi cuatro años, y tenía poco que ver con su ilustre antecesor. Los de Oxford, para bien o para mal, se sirvieron del éxito para explorar otras realidades sonoras.

El caso de Clark puede verse como una superposición de los anteriores. «Body Riddle» (2006) fue un discazo, y cada vez más gente se está dando cuenta de ello. No creo que fuese casualidad que el artista cambiara su nombre artístico (de Chris Clark a Clark a secas) con la salida de éste disco, sabía lo que tenía entre manos. Unos meses después apareció «Ted«, el EP de rigor que suele sacar Warp como continuación temprana a LPs exitosos de la casa. Y ahora, a principios de 2008, a poco más de un año de la salida de «Body Riddle», el señor Clark nos sorprende con «Turning Dragon«, un nuevo larga duración que, a pesar de su cercanía temporal a su magna obra anterior, se aleja bastante de ella en lo musical. Si aquella destacaba por sus simples melodias, inmersas en un bello y complejo crisol sonoro (ver más arriba el tubo de «Herr Bar«, su primer single), en «Turning Dragon», dicho contexto sonoro se pone casi por completo al servicio del ritmo, tomando un cariz mucho más violento, jugeteando incluso con el rave.

[audio:http://www.warprecords.com/clark/turningdragon/clark_turningdragon_samplerpt1.mp3]

Si «Body Riddle» me enamoró a la primera escucha, el nuevo disco, en principio, me produjo un fuerte sentimiento de rechazo. Aún así le di una segunda oportunidad (joder!, el otro era muy bueno) y la cosa cambió. Pienso que el sonido «Body Riddle», como demostró el EP «Ted», podía dar mucho más de si (al menos otros dos discos), veo dificil que «Turning Dragon» me llegue a gustar más que aquél, pero solo puedo alabar la integridad artística de Clark al abandonar tan pronto su mina de oro particular para abrir nuevos caminos en su obra . Seguiré atentamente su futuro musical, seguro que traerá gratas sorpresas.

[audio:http://www.warprecords.com/clark/turningdragon/clark_turningdragon_samplerpt2.mp3]

Nota: Los audios del post son pistas/sample de «Turning Dragon» creadas por el propio Clark que encadenan pequeños fragmentos de cada una de sus temas.

Nota 2: No achaquen la excesiva pixelación del videoclip de más arriba a una mala transcodificación, se trata de un efecto hecho a posta por su realizador, James Healy.

Tekkonkinkreet

En España ya nos podemos dar por vencidos en lo que se refiere a estrenos cinematográficos de animación japonesa: Miyazaki en un número limitado de salas y… para de contar. Sin embargo, este año se han lanzado directamente en DVD, y con bastante rapidez varias joyitas recientes de este género. La última, «Tekkonkinkreet» (TK).

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Producido por el interesantísimo Studio 4ºC, y dirigid0 por el norteamericano Michael Arias, el film es una adaptación del manga homónimo de Taiyo Matsumoto. En él se nos cuentan las aventuras de dos niños huerfanos y vagabundos, Blanco y Negro, que campan a sus anchas por el Distrito del Tesoro, un entorno urbano de arquitectura «mestiza» en la que están presentes elementos mediterraneos, hindúes y chinos. Éste lugar se presenta como una especie de Neverland urbano, que bandas infantiles con imposibles capacidades acrobáticas han convertido en su particular campo de juegos.

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Mientras que Negro sabe lo que significa vivir en la calle, Blanco es pura inocencia. Negro intentará protegerlo de la cruel realidad a toda costa, pero esta actitud se verá complicada cuando una pandilla de gangsters adultos y sus socios empresarios intentan convertir el Distrito del Tesoro en un gigantesco parque de atracciones, eliminando para ello a todo aquel que se interponga en su camino.

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Al igual que la anterior producción del Studio 4ºC, la genial «Mindgame«, TK es un derroche de color y surrealismo. Últimamente está de moda calificar a ciertos productos visualmente espectaculares como «eye candy», pues se podría decir que TK es la madre de todos los eye candy. Solo por su brillantez estética vale la pena verla. Pero las bondades del film no terminan ahí; una historia cargada de simbolismo (a veces excesivamente evidente) y reforzada por la atmósfera surrealista nos habla de cosas que han cobrado gran inportancia en este principio de siglo, como la acelerada pérdida de inocencia y de los valores en la infancia, provocada por un capitalismo voraz y deshumanizante, capaz empobrecer y bestializar a una sociedad que no se queja mientras se mantenga entretenida.

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Como guinda del pastel, destacar la excelente banda sonora compuesta por la pareja electrónica Plaid, uno de los pilares fundamentales del sello Warp. La combinacion sonora y visual que conforma uno de los primeros planos de la película, a vista de pájaro, es una obra de arte por si sola.

Tráiler: