Me estoy dando cuenta de que, a nivel de gustos musicales, cada vez soy más extremista. Rehuyo de las medias tintas, y valoro menos la calidad musical de una banda o artista que su capacidad de, en algún aspecto, destacar sobre el resto. Como resultado de utilizar este criterio, la música simple me gusta cada vez más simple, la compleja, realmente compleja, la pegadiza, que se agarre como una lapa a mis neuronas… Así, se dio el caso de que los discos más escuchados por mí este verano pertenecen a esferas musicales muy distantes entre si, pero igualmente radicales. Fueron "Dos Rombos", de Lorena C (del que ya hablé aquí) y el que nos ocupa, "Test Pattern", de Ryoji Ikeda.
Las referencias del sello Raster-Noton no se pueden calificar como aptas para todos los oídos. Se trata de música microelectrónica (pero muy micro) cuyo interés radica en la exploración rítmica, el uso de frecuencias poco comunes (tanto en la música como en la realidad) y la tensión sonora provocada por los cambios de velocidad en los beats. Ikeda lleva al límite estos conceptos ya de por si extremistas. El resultado: un sonido absorbente capaz de hacer perder al oyente la noción de la realidad… a costa de sus oídos. Hay quien dice que escuchar estas cosas entrena al oído para percibir un mayor rango de frecuencias. En lo que a mi respecta, más bien limito las escuchas por temor a daños irreparables en los tímpanos; aún así ya llevo unas cuantas.
Pruebenlo:
Test Pattern #0010:
[audio:http://www.resounder.org/media/2008/08/02-test-pattern-0010.mp3]
Test Pattern #0100:
[audio:http://www.resounder.org/media/2008/08/04-test-pattern-0100.mp3]
Hablando de música electrónica, me he escuchado los cuarenta cortes del Ghost I-IV de los Nine Inch Nails y aún no he decidido si es una obra maestra o una tomadura de pelo. ¿Alguna sugerencia?