La tarde en cuestión me presenté en el despacho del director. […]Detrás de su cabeza había un póster enorme de una organización humanitaria, ya no recuerdo si Oxfam o UNICEF. Mostraba una tierra árida y resquebrajada donde no quería crecer nada, y abajo a la izquierda aparecía un niño cubierto de harapos que tendía una escuálida mano.
Aquel póster hizo que me pusiera aún más alerta. Probablemente, el director estaba en contra del calentamiento global y la injusticia en general. Quizá no comía carne de mamíferos y era antiamericano o, al menos, anti Bush, una opinión que daba a la gente carta blanca para no pensar nada más. Quien estaba contra Bush era alguien justo, y por tanto podía comportarse en su entorno inmediato como un cabrón.
“La Cena” de Herman Koch
Comentarios recientes