Tras décadas en standby, el “Caso Polanski” abre un nuevo y puede que definitivo capítulo. Con su detención en Suiza y solicitud de extradición por parte de los EEUU, el director polaco-francés vuelve a ser carnaza para la polémica con un caso que pone sobre la mesa temas tan proclives al debate como los límites (morales y legales) del llamado “sexo consentido con menores” o la no-equidad (tanto positiva como negativa) de la justicia en función del individuo juzgado.
Si quieren estar un poco al tanto de lo que pasó, más allá de la retrónica simplista dada por la prensa, les recomiendo encarecidamente el documental producido por la HBO “Roman Polanski: Wanted and Desired”. Apoyándose en material audiovisual de la época y declaraciones actuales de algunos de los implicados (Polanski no incluido), el film ofrece una visión del caso que evita lo tendencioso, intentando retratar a los personajes (personas) en todas sus dimensiones.
Especialmente interesantes resultan los perfiles de los protagonistas del caso. Por un lado tenemos a Polanski, un hombre con pasado trágico que saborea las mieles del éxito, edonista, encantador con una personalidad magnética, y que no niega en ningún momento su gusto por las jovencitas. Por otro está el juez Rittenband, un hombre con desmedido afán de protagonismo, obsesionado por llevar casos de celebridades y más interesado en lo que la opinión pública diga de él que en hacer justicia.
Por mi parte, lo expuesto en el documental me ha confirmado dos escalofriantes realidades:
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Los matices, ambigüedades, interpretaciones… en general, la aplicación de la ley en su forma más compleja está reservada a la gente con dinero e influencia. Los demás nos jodemos.
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Dios nos libre de la “justicia” y sus justicieros.
Cierto es que puede haber atenuantes, como el juez con ansias de gloria, unos padres dispuestos a todo para que su hija fuese una estrella…pero emborrachar a una niña de 13 años.
Intentaré ver el documental, tiene buena pinta.
Mas alla del evidente protagonismo que queria tener Rittenband en este caso, Polanski es un pederasta y como tal no ha pagado lo que la ley dictaria para cualquier ciudadano del comun, el hecho de que sea un buen director de cine, no lo exime de nada.