Ya hace bastante tiempo que le tenía ganas a Los Borgia de Jodorowsky y Manara, y finalmente he podido leer el tomo integral la semana pasada (ya iba siendo hora). Le tenía ganas porque era el primer tebeo de Jodorowsky basado en hechos históricos y me picaba la curiosidad de cómo se manejaría el chileno en esos ambientes. La verdad, muy bien.
Jodo somete al clan Borgia a un proceso de mitificación parecido al que utilizó en sus libros autobiográficos. Se sirve de esa crónica histórica de miseria humana, aberración moral y ambición desmedida para construir una fábula universal sobre la familia que (casi) no tiene que envidiar en épica a La Casta de los Metabarones. Así, los hechos “oficiales” se verán salpicados en el tebeo con geniales hipérboles y ucronías: prácticas mafiosas de intimidación que ríete tú de la cabeza de caballo de El Padrino, incesto a go-go, los diseños de máquinas de guerra de Leonardo Da Vinci llevados al campo de batalla… puro desmelene jodorowskiano.
Todas estas idas de olla han sido canalizadas gráficamente a la perfección por el MAESTRO (así con mayúsculas) Manara. Al genio italiano no le tiembla el pulso con los años y entrega uno de sus mejores trabajos hasta la fecha, que ya es decir. Entre tanta excelencia viñetera, cabe destacar el pequeño juego metalingüístico que se marca, utilizando composiciones típicamente renacentisas que sumergen todavía más al lector en la época en la que se desarrolla la acción.
Sinceramente, como lector compulsivo de tebeos, viendo estas cosas me pregunto si estaré dejando injustamente de lado a estos supermaestros “clásicos” (Manara, Boucq, Schuiten, Hermann…) en favor de las nuevas olas que ocupan casi el 100% de mis lecturas. Un recordatorio de que tiene que haber de todo, y que mientras haya calidad de por medio, lo clásico y lo moderno pueden (y deben) convivir.
Comentarios recientes