With Love

Zomby - With Love

Frecuentemente me asalta la duda con Zomby. Cuando dejo de escuchar su música una temporada me empiezo a preguntar si hay verdaderas razones para que me guste tanto. Pensándolo fríamente, no se intuye en su trabajo una innovación clara sino más bien una recuperación de viejos estilos, entrega temas que parecen bocetos sin finalizar, y las ingentes dosis de autobombo que emite vía Twitter, autoincluyéndose en una suerte de santísima trinidad de South London junto a sus colegas Actress y Burial incitan a pensar en el anónimo productor más como un genio del marketing vírico que de la música. Estas son las dudas que me invaden, pero entonces vuelvo a escuchar su música y todas las sospechas se borran de un plumazo.

Retomo With Love tras una temporada de reposo y me doy cuenta de que el material de Zomby no es para ser recordado, sino escuchado. No es solo una cuestión de técnica “vibracional” (que también), además, su sonido esta dotado de un alma que solo se puede experimentar en su plenitud durante la escucha, cualquier juicio a posteriori no vale. Ocurre lo mismo con otros grandes, como Autechre o Aphex Twin: son auténticos monstruos técnicos, pero esa tecnomaestría  no se come su discurso, es una herramienta al servicio de un flujo de puro sentimiento sónico imposible de retener más allá de la experiencia directa, el cerebro no puede quedarse con “el núcleo duro” de todo eso.  With Love es un disco imperfecto, pero cuyas imperfecciones parecen reducirse a que sus canciones están incompletas. Como si no se tratase de un buen LP terminado, sino de un borrador al 30% de una obra magna de nivel divino.

Acaban de salir dos importantes listas de los mejores discos del año, la de Pitchfork y la de Wire. Me parece un tándem muy representativo del panorama independiente porque son publicaciones bastante disjuntas en cuanto a idiosincrasia y áreas de prestigio, y resulta interesante ver las diferencias entre ambos listados. Respecto a With Love, coinciden: no aparece en ninguno de los dos. Yo digo: Viva la imperfección.

RESEÑAS EXPRESS: ‘Monsters University’, ‘+1’, ‘Room 237’, ‘Gru 2, mi villano favorito’, ‘Snabba Cash II’, ‘Sightseers’, ‘Gran Piano’, ‘Insidious 2’, ‘Kiss of the Damned’, ‘Frances Ha’, ‘Bienvenidos al Fin del Mundo’, ‘Ain’t Them Bodies Saints’, , ‘La Gran Belleza’, ‘Les Salauds’, ‘Machete Kills’, ‘An Adventure in Space and Time’, ‘Extraño en el Lago’, ‘El Consejero’

Les Salauds

Extraño en el Lago

La Gran Belleza

Desde mi Letterbox. Reseñas cortas (y en ciertos casos, poco reflexivas) de películas recientes que he visto recientemente. Marco con asterisco rojo (*) las que pienso son de imprescindible visionado:

Monsters University (Dan Scanlon, 2013)
La tercera en discordia. Tras dos películas que no dieron la talla para venir de dónde venían, Pixar levanta cabeza.

Tampoco nos entusiasmemos, la genialidad de "Los Increíbles", "Wall-E" o "Toy Story 3" le queda lejana. Pero la sensación de que Pixar ha perdido definitivamente la supremacía y que no volverá a entregar otra obra maestra ya no tiene tanta fuerza.

+1 (Dennis Iliadis, 2013)
Una revisión siniestra de la idea sobre la que se construye el mítico clip "Come Into my World". Pero claro, sostener algo así durante hora y media no está al alcance del cualquiera. Fallida de necesidad…

Con todo, hay momentos en los que se intuyen metáforas sobre cosas muy oscuras y angustiosas, cosas del YO.

Room 237 (Rodney Ascher, 2013)
A este tipo de productos solo les pido un poco de capacidad de fabulación, que por un momento inserten una sombra de duda en la mente del espectador. "Room 237" tiene capacidad de fabulación 0.

Gru 2, mi villano favorito (Pierre Coffin y Chris Renaud, 2013)
Ni supera ni mantiene el nivel de la primera parte: guión endeble y abuso de minions. Pese a todo, se deja ver, pero esta vez la balanza se decanta más hacia lo Dreamworks que hacia lo Pixar.

Monsters University

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Snabba Cash II (Babak Najafi, 2013)
Fans de los flashbacks lostianos, llenos de culpables que quieren redimirse pero la gente mala no deja de ponerles la pierna encima en un eterno bucle de quiero y no puedo cristiano, ésta es vuestra película.

Por mi parte, no seré el resacoso dominguero terminal que dice "no vuelvo a salir nunca más". Me conozco, y pese a todo, voy a ver la tercera parte fijo.

Sightseers (Ben Wheatley, 2012) * 
Comedia negra sobre los roles de género y el derrumbe "espiritual" de la clase media, sí. Ritual pagano encriptado y camuflado bajo unas vacaciones en caravana, también. La cabra Weathley siempre tirando al monte, o en su caso, a la ancestral campiña inglesa.

Gran Piano (Eugenio Mira, 2013)
Peli irregular en su conjunto, pero no exenta de dosis de brillantez: excelente banda de sonido (aprovechando muy bien el sistema envolvente de la sala de cine), consolidación de una estética marca de la casa, y sobre todo, esos ramalazos dePalmianos que asoman de vez en cuando entre tanta influencia hitchcockiana.

Machete Kills

Bienvenidos al Fin del Mundo

An Adventure in Space and Time

Insidious 2 (James Wan, 2013)
Continuación en sentido estricto. Todo lo bueno de la primera parte está presente aquí también. Respecto a la evidente pérdida de sorpresa, el equipo de guionistas ha sabido suplirla expandiendo el fascinante universo espectral erigido en la peli original. Imposible acumulación de conceptos que, sin embargo, funcionan como un reloj.

Kiss of the Damned (Xan Cassavetes, 2013)
Entre tanto film vampírico que busca infructuosamente la (casi imposible) innovación dentro del género, resulta refrescante encontrarse con uno que sigue el canon a pies juntillas, sin pretensiones pero contando bien lo que cuenta.

Cabe destacar su estética softcore-romántica a caballo entre los setentas y los noventas y la banda sonora. No me sorprendió nada la aparición de Demdike Stare en los créditos finales, ése era el nivel.

Frances Ha (Noah Baumbach, 2013) *
Tenía pinta de chorrada "made in Brooklyn", pero realmente toca la fibra…

Y Greta Gerwig sensacional again ( ay! ese patosamente bello lenguaje corporal). Me declaro fan número uno.

Room 237

Insidious 2

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Kiss of the Damned

Bienvenidos al Fin del Mundo (Edgar Wright, 2013)
Iba un poco hypeado por los entusiastas comentarios de los que la vieron en Sitges, y quizá por ello me decepcionase un poquillo.

Con todo, he de destacar el sobresaliente trabajo de Simon Pegg y la puesta en escena. Hay pasajes dignos de sci-fi clásica de altos vuelos.

Lo malo: un poco pasada de metraje. Pero pese a todo, descojonar te descojonas mucho.

Ain’t Them Bodies Saints (David Lowery, 2013)
Por lo que veo en su ficha de IMDB, David Lowery es un señor muy versado en los aspectos técnicos del arte cinematográfico. Esta película da fe de su buen hacer, pero lo de jugar a ser Terrence Malick le viene un poco grande por ahora…

Al menos, que le sirva de consuelo haberse quedado con el Affleck bueno.

La Gran Belleza (Paolo Sorrentino, 2013) *
Magnífica continuación apócrifa de "La Dolce Vita".

Jep Gambardella, mi héroe.

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Les Salauds (Claire Denis, 2013) *
Cine, más que negro, blackest ever black.

Y su mazorca de maíz gana por goleada al muslo de pollo de "Killer Joe".

Machete Kills (Robert Rodriguez, 2013)
Entiendo que haya gente a la que este tipo de material no ‘le entre’. Pero que de espectadores de Sitges saliesen comentarios negativos me parece una ABERRACIÓN.

Robert Rodriguez está entregando serie Z platónica, serie Z idealizada, de la que no tienes que tragarte 90 minutos de p*** mierda para reírte cuatro veces (literalmente). Buenas coñas a manos llenas, uniformemente distribuídas y con mucho subtexto.

An Adventure in Space and Time (Terry McDonough, 2013)
Emocionante historia fundacional de un mito pop y sentido homenaje a las humildes gentes que lo levantaron. Y lo digo desde mi condición de no-fan del célebre Doctor.

Frances Ha

Ain’t Them Bodies Saints

Sightseers

Extraño en el Lago (Alain Guiraudie, 2013) *
Microcosmos geográfico. Macrocosmos pasional.

Se habla de esta peli como la contrapartida masculina de "La Vida de Adele".Más allá de la explicitud de ambas en "lo carnal", las veo bastante diferentes en tono, pero en intensidad dramática están a la par. Sin lugar a dudas, el díptico estrella de 2013.

El Consejero (Riddley Scott, 2013)
Se ve que el McCarthy guionista de cine no tiene el nivel del McCarthy novelista. "El Consejero" está sobrecargada de diálogos demasiado inteligentes para los personajes que los articulan, contando y/o subrayando cosas de las que la narración cinematográfica debería ocuparse por si sola, sin necesidad de prosa extra. Pese a este problema, la negrura mccarthysta está ahí con toda su fuerza, en forma y fondo.

Sin duda irá al abultado saco de filmes irregulares de Riddley Scott, pero en esta ocasión no se trata de un "ni fu ni fa". Material sin pulir pero no falto de negrísima alma.

Beowulf

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Se intuye desde la portada. La esperadísima adaptación de Beowulf, obra de Santiago García y David Rubín, es una novela gráfica en la que impera la dualidad: Beowulf/Grendel, García/Rubín, literatura/cómic, antigüedad/modernidad… Para explicar mejor esa naturaleza dual, recurriré a otros dos tebeos que me vinieron a la cabeza mientras leía el que nos ocupa.

El primero, la adaptación del Génesis bíblico por parte de Robert Crumb. Allí se nos presentaba una pieza de proto-literatura trasladada a otro medio de expresión, pero absolutamente libre de variaciones que la pudieran aproximar al modo de pensar actual. Ese primitivismo literario e ideológico como núcleo de un artefacto cultural moderno  produce un intenso shock en el lector, un shock altamente revelador. La adaptación de Beowulf  de García/Rubín no llega a tales extremos de literalidad respecto a la fuente, pero se mantiene muy fiel a la misma, evitando añadidos revisionistas que la pongan más en contacto con el presente. Ojo, no pretendo ir aquí de experto en literatura inglesa antigua, sobra decir que no he leído el poema original ni tengo capacidad para ello. Simplemente infiero esta naturaleza “primitivista” de la lectura de la obra y su comparación con otras adaptaciones más dadas al revisionismo como la también excelente película de Robert Zemeckis. En todo caso ese shock cultural está ahí, como en el Génesis de Crumb.

La segunda obra relacionada sería We3, de Grant Morrison y Frank Quitely. Se trata de un tebeo altamente experimental en su narrativa, que viene cargado de conceptos que invitan a la reflexión, pero estas ideas se articulan, sobre todo, a través de impresionantes secuencias de acción excelentemente narradas y coregrafiadas. En ese tebeo, además, los protagonistas son animales, y los autores ponen especial empeño en que el lector experimente la historia desde su punto de vista. Ni que decir tiene que las escenas de acción en Beowulf son largas y espectaculares; era de esperar visto lo visto en El Héroe. Pero a diferencia de la anterior obra de Rubín, ahora todo es  estética y narrativamente más concentrado, poniendo  énfasis en un pequeño número de elementos que quedan perfectamente (y cuando hace falta, espectacularmente) definidos: recreación de ambientes desnudos de lo no esencial,  la idiosincrasia psico-física de Grendel y demás monstruos en contraposición a la de Beowulf, la visceralidad de las batallas…

A parte de todo esto, el tebeo hace gala de recursos narrativos avanzados que fluyen con naturalidad, que multiplican la densidad informativa sin resultar engorrosos. A nivel plástico la cosa tampoco se queda corta: en ocasiones las planchas toman apariencia de pinturas abstractas “neocárnicas”, fusionando las sensibilidades de Jackson Pollock o Francis Bacon con los aquelarres de carne imaginados por Clive Barker, H. R. Giger o David Cronenberg.

En conclusión, de entre todas las dualidades presentes en este Beowulf, la más relevante es su fusión de literatura primitiva y cómic de vanguardia. Lograr que el cruce de ambos universos funcione bien no está al alcance de cualquiera, pero este par de “figuras” lo han conseguido con nota.

Tokio Año Cero

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El fracking es una técnica de perforación basada en inyectar una mezcla de agua, arena y productos químicos a altísimas presiones sobre pequeñas grietas preexistentes en el lecho rocoso. Es un sistema extremadamente violento para el subsuelo, deshace las entrañas de la tierra de una forma rápida, punzante y sistemática. Pero sus efectos no se quedan en la mera destrucción física de la roca; la pequeña proporción de químicos inyectada para favorecer la perforación es altamente tóxica y deja el terreno envenenado para siempre.

Pues bien, podría decirse que la prosa de David Peace es puro fracking para el cerebro. Terminada Tokio Año Cero, me doy cuenta de que las negras sacudidas que me proporcionó su lectura no se quedarán en experiencias momentáneas, con toda probabilidad permanecerán grabadas  en el fondo de mi memoria.

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Todos hemos oído y/o leído sobre la miseria y calamidades que sufrió el pueblo japonés tras su derrota en la II Guerra Mundial, pero con esta novela, Peace nos obliga a “vivirlas” en una experiencia lectora extremadamente inmersiva. Más allá del hambre, más allá de las epidemias, más allá de la corrupción, Peace nos hace partícipes del terrible status quo de humillación y autodesprecio  instaurado por dicha derrota y la posterior ocupación aliada.

El crimen a resolver por el inspector Minami es puro mcguffin. El propio Minami sirve como infernal vehículo donde Peace encierra al lector. A base de frases cortas y onomatopeyas mecánicamente repetidas inserta el veneno en nuestro cerebro. El odio a los vencedores. La obligada y cobarde sumisión hacia los vencedores. El sentimiento de miseria total frente a los lujos y privilegios de los vencedores. Las “ofrendas de carne” que han de hacerse a los vencedores para evitar que “usen” a las mujeres de los vencidos. En definitiva, la subyugación absoluta del pueblo japonés ante unos hijos de puta que el mundo ve como héroes. Respecto al crimen, basado en sucesos reales, el propio Peace declaró que había elegido ese porque se ajustaba a las necesidades de lo que quería contar, enlazaba directamente con la situación del país. Tenía mucho donde escoger.

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En definitiva, todas las bondades (o según se mire, maldades) del estilo Peace me han sido confirmadas con esta primera lectura  que no será la última. No sé si recomendarla o no, pues se trata de un plato amargo no apto para todos los paladares. Si el calor extremo y los piojos les producen repulsa, no la lean; sentirán ambas cosas en sus carnes.

“Expertos”

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Querida Nadezhda,

Me llevé una sorpresa muy agradable cuando llegó tu carta. El retraso me hizo temer que las autoridades impedirían nuestra comunicación. Me sentí honorado, halagado, incluso, de haber aparecido en tu sueño.

Tienes razón al cuestionar la idea de que los “expertos” cercanos al poder sean competentes para tomar decisiones. Los expertos son, por definición, sirvientes de aquellos que están en el poder: no piensan realmente, simplemente aplican su conocimiento a los problemas definidos por aquellos que están en el poder.

Lo de arriba es un fragmento de la correspondencia mantenida entre Nadezhda Tolokonnikova (“Pussy Riot” encarcelada)  y Slavoj Zizek (autor del texto citado) . Pueden leer la secuencia epistolar completa en este artículo de Playground.

Siguiendo el hilo de la cita, recomiendo vean esta reflexión de Repronto, que viene muy al caso:

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Cine en primer plano

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No soy muy amigo de los primeros planos en cine. Conozco su indispensable función como “aproximadores emocionales”, pero en cuanto su presencia se extiende más allá de lo justo y necesario, me empiezo a mosquear. Últimamente he visto un par de films compuestos en un 90% por primeros planos, y contra todo pronóstico, me han encantado. Dos propuestas que evocan sensaciones como mínimo disjuntas, pero de elevadísima intensidad en ambos casos. Les cuento:

Más allá de sus  comentadísimas escenas sexuales explícitas, La Vida de Adèle es, antes que nada, el rostro de su actriz protagonista, Adèle Exarchopoulos. El suyo es un semblante que expresa una descomunal hambre de vida y traspasa la frontera de la pantalla mejor que el mejor 3D que Peter Jackson o James Cameron puedan ofrecer. Desde la butaca puedes sentir el olor y el calor que desprende la chica, que lo da todo a una cámara pegada a su cara durante casi tres horas.

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En lo que toca a su director y guionista, Abdellatif Kechiche, decir que también ha puesto toda la carne en el asador para obtener una película de una naturalidad pasmosa. Antes que un film sobre “joven que encuentra su sexualidad” (que también), se trata de una intensa crónica emocional  del primer amor verdadero. Inteligentemente, Kechiche deja bastante en off los conflictos más duros que suponemos Adele ha pasado para afirmarse en su condición sexual  y se centra en retratar con toda la fuerza posible la gama de sensaciones de un “enganche duro”, de los que dejan marca imborrable sobre los que lo viven: desde la voracidad inicial, pasando por el desencanto hasta el tremendo dolor de la ruptura. Respecto al tema de la voracidad, de ese apetito desbordante de Adèle (en todos los sentidos), el director da un golpe maestro utilizando la comida como recurso narrativo. En La Vida de Adele se come mucho, y todo tiene una pinta buenísima; literalmente sales del cine con hambre. Puede parecer un chiste, pero establecer ese nexo entre las acepciones de ‘apetito’ ayuda mucho a  obtener esa naturalidad extrema de la que hablaba antes.

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No me extraña que la Palma de Oro recibida en Cannes fuese explicitamente concedida al director  y las protagonistas; quizá el aporte de Léa Seydoux sea menor que los de Kechiche y Exarchopoulos, pero el nivel de compromiso de los tres convierte a las actrices en co-autoras de pleno derecho.

Pasamos ahora a terrenos más turbios y desasosegantes. En Keane (2004, Lodge Kerrigan) es Damian Lewis el que chupa cámara interpretando a un hombre con problemas mentales, obsesionado con la supuesta desaparición de su hija de 7 años en una estación de autobuses. Digo ‘supuesta’ porque  no se suministran datos suficientes al espectador como para saber si el secuestro es real; todo podría formar parte de los delirios paranoicos de William Keane. A lo mejor, su derrumbe psíquico no se debe a ese suceso traumático y relativamente insólito. A lo mejor, Keane simplemente es un hombre sacudido por la vida, en paro, divorciado, subsistiendo con una pensión por invalidez parcial y gastándose lo poco que tiene en alcohol y coca para abstraerse de su realidad, de paso que agrava su esquizofrenia. Keane podría ser el futuro de cualquiera de nosotros.

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Kerrigan y Lewis nos internan de tal manera en la mente de Keane que llegado a un punto estás reproduciendo en tu cabeza los procesos mentales del personaje. Llegado a un punto, cuando Keane entabla amistad con sus vecinas, una mujer y su hija pequeña en situación borderline similar a la suya, solo piensas en todo va a acabar mal. Las buenas intenciones de Keane hacia ellas y la proyección paterno-filial que establece con la pequeña, en vez de producir una sensación de bienestar en el espectador, genera tensión pura.

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En resumen: dos películas muy diferentes, pero ambas sostenidas por el talento interpretativo de sus protagonistas. Dos películas que demuestran que, por muy cutre que parezca, filmar caras también es cine puro.

“Energía”

El uso popular del concepto de “energía” es un tema que me trae bastante loco. Entiendo que puede utilizarse correctamente en dos acepciones: bien como magnitud física o bien como recurso metafórico. Pero hemos llegado a un punto en que dichas opciones de uso se han fusionado para generar un monstruo semántico que vale para todo, que ofrece herramientas de sinrazón para respaldar argumentos absurdos. 

Parece que el genial Alberto González Vázquez (alias Querido Antonio) es consciente de dicha problemática y la ha llevado a su terreno en este descacharrante vídeo, estrenado ayer en Torres y Reyes. En nombre de la cordura (y el descojone), difundan la palabra!:

Década 0, Cara B (IX): Les Invisibles

Les Invisibles

Repetir eso de que detrás de un crítico de cine siempre hay un director frustrado sería incurrir en uno de los grandes tópicos del gremio cinematográfico. Aún así, no se puede negar que ambas profesiones están fuertemente ligadas. La historia del noveno arte nos ha dejado una buena ristra de excelente críticos-directores. una realidad que, lejos de tratarse de un fenómeno puntual (viene a la cabeza la mítica y primigenia troupe Cahiers-Nouvelle Vague), se revalida constantemente con nuevos valores. Ahí están (entre otros), generando cine sigloveintiunero, gente como Olivier Assayas, Daniel Monzón, el recién llegado Jordi Costa o el que nos ocupa: Thierry Jousse.

Jousse, además de escribir sobre cine, también le da bastante a la crítica musical, y en Les Invisibles, su ópera prima estrenada en 2005, deja patente su tremendo interés ya no solo por la música, sino por el sonido en sentido amplio: por su registro, su manipulación y por cómo lo percibimos y asimilamos.

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El film propone una convergencia obsesiva audio-pasional: Bruno, un productor de música electrónica,  concierta (chat telefónico mediante) encuentros sexuales con una desconocida  bajo la condición impuesta por parte de ella de que las luces de la habitación del hotel han de permanecer siempre apagadas para que las  identidades de ambos se mantengan en el anonimato. Bruno cumple la regla, pero graba clandestinamente las citas e incorpora fragmentos de esos audios en sus cacofónicas composiciones musicales. Cuando su misteriosa amante deja de acudir a las citas, dichas grabaciones se convierten en ecos fantasmales, en catalizadores de un deseo imposible de satisfacer y de la inevitable búsqueda obsesiva del objeto de deseo.

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Jousse, como buen conocedor de la contemporaneidad cinematográfica de sus país, tira de interesantes referentes “domésticos”. En primer lugar, la influencia de Assayas es evidente al situar la acción en el frenético entorno de la producción de cultura de masas (concretamente en el negocio discográfico) exponiendo las tensiones entre la parte artística y la parte económica del cotarro, y cómo el trabajo en ambos campos se ve condicionado por las relaciones personales (de tendencia envenenada) entre los agentes implicados.

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La segunda gran referencia francesa estaría en eso que se ha dado en llamar “cinematografía de los cuerpos”, practicada por gente como Claire Denis o Bruno Dumont. De alguna manera el sonido, el tacto y la piel constituyen una masa  sensitiva que contrarresta la oscuridad en la que se desarrolla la relación entre Bruno y su misteriosa compañera.

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Cabe destacar también la sombra estilística de dos autores americanos probablemente más valorados en Francia que en su propio país: David Lynch y Brian De Palma. Del segundo no puedo dejar de recomendar Impacto, de la que Les Invisibles es deudora en todo lo referente a integrar la grabación y manipulación del sonido en un contexto de thriller.

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Aunque lo entregado por Jousse no rezuma la misma fuerza que sus excelsos referentes, Les Invisibles se puede calificar como mínimo de notable. Con todo, el film no ha trascendido fuera de un círculo extremadamente minoritario, no ha sido estrenado comercialmente en en España ni tan siquiera en formato doméstico y su puntuación en la IMDB es de 4.8.

Battling Boy

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Buen chascazo el que me llevé cuando, con mi copia formato paperback de Battling Boy de camino, me entero que esta esperadísima novela gráfica de Paul Pope fue comercializada también en tapa dura. Si lo hubiese sabido, no dudaría en soltar unos eurillos de más para tener tan (presumiblemente) excelsa obra en su mejor versión física… PERO tras su lectura, cambio de idea y pienso que ha llegado ha mis manos en el formato idóneo para su mayor disfrute. Las explicaciones, a continuación…

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Antes que nada, Battling  Boy es la demostración palpable de que Paul Pope se lo pasa de maravilla haciendo lo que hace, sin importarle demasiado el “qué dirán” una vez el producto salga a la luz. Con este tebeo no pretende contar nada transcendental que reafirme la “adultez” de la novela gráfica, sino ofrecer al lector unas escenas de hostias como Dios manda. Y cuando hablo de lector no me refiero al cultivado consumidor habitual de novela gráfica, la vocación de Battling Boy es absolutamente popular y su lectura está indicada para todas las edades.

Battling Boy y sus super-camisetas

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De hecho, el referente más cercano a la idiosincrasia del tebeo lo tenemos en las series de dibujos animados estilo Ben 10:un niño que, un poco por casualidad y apoyado por un carismático séquito de secundarios, encabeza la última línea de defensa contra las fuerzas del mal, sirviéndose de una gama de superpoderes intercambiables y fácilmente traducible a línea de merchandise en el mundo real. Así es a grandes rasgos Battling Boy, con la brutal diferencia de que el superchaval creado por Pope no tiene el amparo de ninguna multinacional del entretenimiento y sus aventuras están siendo elaboradas con un cariño y una dedicación que para sí quisieran otras ficciones supuestamente serias.

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Este desapego hacia “lo transcendente” se extiende también a la edición: el tomo es muy pequeño, y su pequeñez no tiene nada de sofisticado, de “bella miniatura”, simplemente tiene aspecto de fumetti, de tochal de pequeño formato concebido para estar un mes en los quioscos; pero este pseudo-fumetti contiene cuatro años de duro trabajo de un gran artista. Y no es la primera vez que Pope “degrada” su trabajo a propósito. En su día también sometió las planchas de 100% a un proceso de ensuciado para simular el efecto de haber sido impresas en papel de pulpa. Por eso decía que la tapa blanda le sienta bien al volumen, lo conceptualiza mejor como pieza pop de consumo masivo, pero de calidad suprema.

Battling Boy, casi un Pocket de Ases

Paul Pope - 100%

Resulta triste pensar que, muy probablemente, este cómic no disfrutará de la difusión suficiente para llegar al público infantil. O lo que es peor, aún llegando, que no sea de interés de la chavalada, abocada cada vez más al mínimo común denominador cultural y con crecientes problemas de analfabetismo funcional. Me encanta Battling Boy, pero si lo hubiera pillado de niño en un quiosco, hubiera sido uno de mis tesoros más preciados.

bb

Reseñas Express: ‘Paraíso: Fe’, ‘Kick-Ass 2’, ‘The Bling Ring’, ‘I spit on your grave 2’, ‘Tú eres el siguiente’, ‘To the Wonder’, ‘Journey to the West: Conquering the Demons’, ‘After Earth’, ‘Las Brujas de Zugarramurdi’, ‘Drug War’, ‘Camille Claudel 1915’, ‘El Llanero Solitario’, ‘The Canyons’, ‘Estado de Regresión’

The Canyons

Paraíso Fe

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Journey into the West Conquering Demons

Nueva ristra de reseñas rápidas (o directamente comentarios formato tuit) sacadas de mi Letterboxd:

Paraíso: Fe (Ulrich Seidl, 2012)
Abordando un tema, de entrada, menos atrayente que su predecesora de trilogía, Seidl lo ha vuelto a conseguir.

…Y esto puede sonar chungo dado el material, pero hubo como diez minutos de peli en los que me estuve descojonando a mandíbula suelta.


Kick-Ass 2
(Jeff Wadlow, 2013)
Cero pretensiones, buenas hostias y un sentido del humor brutaco que no desmerece en absoluto al original millariano (en ocasiones, incluso lo mejora) ¿Qué más se puede pedir?


The Bling Ring
(Sofía Coppola, 2013)

Una vez más, Sofia Coppola retratista suprema de la pijez. Una vez más, dando en el clavo.

Un mensaje a futuros espectadores: menos fijarse en Emma Watson haciendo de golfa y más en el personaje del chaval. Ese nuevo tipo de espécimen macho (que no macho a secas) signo de los tiempos, cuya actitud, a los que pasamos de los 30, nos resulta totalmente ajena.


I spit on your grave 2
(Steve R. Monroe, 2013)
El tal Steven R. Monroe se está montando una saga exploitation rape & revenge nivel japo.


Tú eres el siguiente
(Adam Wingard, 2013)

Rollito máscaras OK. Malrrollito familiar OK. Mantenimiento del interés a lo largo del metraje OK. Apartado sonoro SuperOK.

Y ante todo, un ejemplar proceso narrativo de cambio, no sé si de género, pero sí de tono.


To the Wonder
(Terrence Malick, 2013)

Malick, mientras sigas filmando como filmas, puedes contarme todas las mierdas que te apetezca.


Journey to the West: Conquering the Demons
(Stephen Chow,Derek Kwok Chi-Kin, 2013)
Lo último de Stephen Chow. Superproducción de estratosférica taquilla en China. Recupera un género tradicional actualizándolo a las nuevas generaciones y a las nuevas tecnologías… y lo hace con mucha gracia, buenos actores, buenos gags y buenas escenas de acción en las que prima la imaginación en lugar de la hipersofisticación sin alma de los megablockbusters occidentales.

Bruckheimer y acólitos, aprended.

Camille Claudel 1915

To the Wonder

You're Next

After Earth (M. Night Shyamalan, 2013)
Una lágrima por Shyamalan: ni rastro del genial director de los primeros dosmiles.

Todo muy mal, pero donde más la caga es en las actuaciones de los Smith y en una supuestamente exuberante naturaleza virgen que realmente ha sido fabricada con mucho atrezzo y mucha composición infográfica. A Malick le darían arcadas.


Las Brujas de Zugarramurdi (Álex de la Iglesia, 2013)

"Anticristo" de Von Trier versión cafre y gamberra. O sea, "Anticristo" versión BIEN.


Drug War
(Johnnie To, 2013)

Peli de ver con el culo apretado desde el minuto uno hasta los créditos finales. Aviso.


Camille Claudel 1915
(Bruno Dumont, 2013)
Tour de force binochiano, one more time.

Por lo demás, Dumont compone un alegato feminista en el sentido menos panfletario del término que te deja muy de bajón.


El Llanero Solitario
(Gore Verbinski, 2013)

No surprises: plantilla "Piratas del Caribe" aplicada al western. Por favor, no intenten convertir esta cosa en algo "de culto" porque no hay quien se lo trague.

He dicho…

Y sí, ya he visto la lista provisional best of 2013 de Tarantino, pero me da igual.

El Llanero Solitario

After Earth

The Canyons (Paul Schrader, 2013)
Los Angeles como escenario fundamental del apocalipsis contemporáneo. Trabaja un poco bien eso y te saldrá una película disfrutable.

The Canyons es disfrutable, pero no se esperen la genialidad que los nombres de Paul Schrader y Bret Easton Ellis incitan a presagiar.


Estado de Regresión
(Álex Mendibil, 2013)

Tras ver esta miniatura paranoica de bajísimo presupuesto, la (quimérica) idea de Álex Mendibil dirigiendo la versión cinematográfica de "The Invisibles" de Grant Morrison resulta extremadamente cautivadora.

 

PD: Estado de regresión forma parte de la iniciativa #littlesecretfilm por Calle 13, y puede verse de gratis. La dejo aquí abajo, vale la pena: