Abdellatif Kechiche

Vénus Noire

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Noche del 29 de noviembre de 2013. Tras una temporada alejada de los platós, Rosa Benito (la cuñadísima de Rocío Jurado) reaparece en Sálvame Deluxe para contar lo que le había pasado, lo que le obligó a dejar la tele durante varios meses. Poca broma: un intento de suicidio. En un momento de soledad, invadida por la idea de que con sus participaciones en Sálvame había dañado enormemente a su familia, se zampa una caja de lexatines. Tras la confesión, Jorge Javier Vázquez lee en voz alta el informe médico del ingreso de Rosa. Allí se deja constancia de que días después del suceso la paciente persiste en sus ideas suicidas y no se arrepiente  de su fallido intento.

Rosa Benito en Sálvame Deluxe

Partiendo de la base de que todo esto es cierto (personalmente, me lo creo), hay una cosa que me intriga y me perturba: ¿Cómo se ha pactado la célebre reaparición? ¿Cómo una persona, tras tocar fondo, decide regresar al que, según sus propias palabras, había sido el escenario de su proceso de autodestrucción? ¿Hasta qué punto vale la pena económicamente meterse de nuevo en la boca del lobo a sabiendas de lo que puede volver a pasar? En definitiva ¿Cuánto vale la dignidad de un ser humano?

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Es difícil “visualizar”  estas dinámicas del mundo del espectáculo, siempre ocultas tras la cortina. Por eso resulta especialmente interesante una película como Vénus Noire, donde  Abdellatif Kechiche  nos cuenta la trágica historia de Saartjie Baartmann, alias “la Venus Hotentote”. El director de La vida de Adéle, en vez de poner el foco sobre la idiosincrasia racista de la época (que, evidentemente,  también toca), centra el relato sobre conceptos que siguen igual de vigentes en nuestros tiempos: explotación comercial, humillación consentida, la satisfacción de los bajos instintos de la audiencia, y también, el comerciar con la dignidad propia como un acto de libertad personal.

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El discurso de la película es emitido de manera brillante, pues además de esas escenas entre bambalinas llenas de diálogos ambiguos, obligaciones contractuales e intereses económicos, el grueso de su metraje está ocupado por  largas escenas en las que se representan las “performances” de Saartjie al completo, con sus progresivas variaciones de repertorio y público. De esta manera, la acción trasciende la pantalla. El espectador de la película se convierte en un miembro más de la embrutecida platea decimonónica, hasta el punto de que, en determinados momentos, es imposible no sentirse fascinado por los movimientos de ésta Venus Negra (¿Es eso a lo que Dave Cooper llama ripple?). Del mismo modo, salvando las distancias, podemos identificar a Saartjie y su socio blanco con  Yahima Torres (la intérprete principal) y  Kechiche. Viendo este film uno se da cuenta que eso de “exprimir” a sus actrices para que lo den todo ante la cámara viene de antes de La Vida de Adéle y de los mediáticos follones con Léa Seydoux. Vénus Noire, es una clara prueba de que el director se conoce a sí mismo, una obra que porta cierta carga autocrítica.

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Consideraciones “meta” aparte, otro punto de gran interés en la película es la presentación de eso que llamamos metafóricamente “mínimo común denominador” como un fenómeno totalmente transversal. La Venus se expone al populacho, a la aristocracia, a los artistas y a los hombres de ciencia; pero en esencia, todos quieren lo mismo de ella. En el fondo todo se reduce a un espectáculo circense. Y curiosamente, cuanto más “elevado” es el público, mayor cantidad de morbo demanda; como si las buenas maneras diesen derecho a pedir y obtener todo.

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Visto lo visto, mientras siga habiendo actrices que acepten los desafíos de Kechike, ahí estaré para disfrutar de los resultados…  y entremedias, algún Sálvame Deluxe también me tragaré.

Lo Mejor de 2013: Cine

Lo Mejor de 20013 - Cine (intramuros.es)

Top 10

10 En Otro País En Otro País (Hong Sang-Soo, 2012)
Por fin se estrena de forma oficial en España una película de Hong Sang-Soo. Debut muy bien escogido además, con el director coreano introduciendo a Isabelle Huppert en una de sus particulares historias de universos paralelos. Que sea el primero de muchos.
9 The Lords of Salem The Lords of Salem (Rob Zombie, 2012) 
Puedes haberte hecho ateo, puedes pasarte el día echando pestes de tu ex credo y sus ministros, pero Rob Zombie te recuerda que la semilla ha quedado ahí, y no te libraras de ella tan fácilmente. Cine satánico de verdad.
8 Tabú Tabú (Miguel Gomes, 2012)
Vuelta a los orígenes del cine desde una óptica radicalmente moderna. Metalenguaje y experimentación narrativa no como ejercicio intelectual(oide), sino como instrumento para recuperar la magia primigenia del noveno arte.
7 CartelCine Django vBlanca.ai Django Desencadenado (Quentin Tarantino, 2012)
Tarantino de nuevo jugando al despiste, reciclando títulos míticos para después hacer lo que le da la gana. No puedo más que maravillarme de esa combinación de absoluta libertad creativa y vocación de cine popular. Lo que él consigue está al alcance de muy pocos.
6 The Master The Master (Paul Thomas Anderson, 2012)
La hipnosis no funciona con todo el mundo, si no eres receptivo te parece una pérdida de tiempo. Si lo eres, caes en trance. Lo mismo pasa con esta película. Yo soy de los que caí.
5 bluray Después de Mayo (Olivier Assayas, 2012)
Mayo del 68: el gran mito de la contracultura. Olivier Assayas: un hombre que lo  vivió y participó en lo que vino después. Revelador testimonio rico en matices y libre de maniqueísmos.
4 Trilogía Paraíso Trilogía Paraíso (Ulrich Seidl, 2012-2013)
A Seidl se le fue de las manos el metraje y convirtió un único film en una trilogía. Brutal compendio de la embrutecida sociedad civilizada (valga la redundancia y la incongruencia).
3 La Vida de Adelle La Vida de Adele (Abdellatif Kechiche, 2013)
Probablemente la película más comentada del año junto con Nymphomaniac. Se ve que tira lo que tira, pero La Vida de Adele es mucho más que 10 minutos de sexo lésbico bien filmado, MUCHÍSIMO MÁS.
2 Más Allá de las Colinas Más Allá de las Colinas (Cristian Mungiu, 2012) 
Mungiu vuelve a sacar su magia. De un terrible hecho real de esos cuya sinopsis te quitan las ganas de ver cualquier adaptación fílmica, obtiene una película amena y asimilable pese a su dureza. Arte que imita a la vida. Arte total.
1 Érase una vez en Anatolia Érase una vez en Anatolia (Nuri Bilge Ceylan, 2011)
Aviso a feministas recalcitrantes: esta película no pasa ni de lejos el test de Bechdel. Con todo, si quieren conocer las interioridades de “lo masculino”, difícil encontrar un film que las exprese de una manera tan íntima y certera. Ah, y cambiando de tercio, película de obligado visionado para funcionarios.

 

También me gustaron:
12 Años de Esclavitud (Steve McQueen, 2013)
Amor (Michael Haneke, 2012)
Camille Claudel 1915 (Bruno Dumont, 2013)
Cruce de Caminos (Derek Cianfrance, 2013)
Estado de Regresión
(Álex Mendíbil, 2013)
Insidious 2 (James Wan, 2013)
La Caza (Thomas Vinterberg, 2012)
La Espuma de los Días (Michel Gondry, 2013) 
La Gran Belleza (Paolo Sorrentino, 2013)
La Lava en los Labios (Jordi Costa, 2013)
Mi Loco Erasmus (Carlo Padial, 2013)
Mud (Jeff Nichols, 2013)
Pacific Rim (Guillermo Del Toro, 2013)
Piccolo Grande Amore (Jordi Costa, 2013)
Prisioneros (Denis Villeneuve, 2013)
Solo Dios perdona (Nicolas Winding Refn, 2013)
The Bling Ring (Sofia Coppola, 2013)
To the Wonder (Terrence Malick, 2013)
Turistas (Ben Wheatley, 2013)
Undo Infinito (Álex Mendíbil, 2013)
Uranes (Chema García Ibarra, 2013)

Todavía no he podido ver, pero intuyo que me gustarán:
Gente en Sitios (Juan Cavestany, 2013)  
Nymphomaniac Parte I (Lars Von Trier, 2013)
The Act of Killing (Joshua Oppenheimer, 2012) 

Perlas “invisibles” (aún no estrenadas aquí, pero “disponibles”):
A Field in England (Ben Wheatley, 2013)
Drug War (Johnnie To, 2013)
Extraño en el Lago (Alain Guiraudie, 2013)
Frances Ha (Noah Baumbach, 2013)
Lesson of the Evil (Takashi Miike, 2013)
Les Salauds (Claire Denis, 2013)
Passion (Brian De Palma, 2013)
The day he arrives (Hong Sang-Soo, 2011)
Venus Noire (Abdellatif Kechiche, 2010)

Menciones especiales/comentarios/anotaciones:
#littlesecretfilm:
Talento y ganas son hoy por hoy los únicos requisitos indispensables para hacer una buena película. Los medios técnicos y económicos son importantes, pero a la vista de lo que se ha hecho bajo el hashtag #littlesecretfilm, cada vez menos.

Letterboxd: Magnífica herramienta cinéfila que, además de poner en orden tu historial peliculero, genera en el usuario un sentimiento de comunidad que otros servicios web más longevos nunca consiguieron transmitir. Apúntense, que cuantos más, mejor.

Primer plano: En  La Vida de Adele y The Master se ha hecho muy buen uso de él, y con estilos casi antagónicos.

Cine “gay” en la cresta de la ola: La Vida de Adele y Extraño en el Lago, la sesión doble imprescindible de 2013.

Nicolas Winding Refn, ¡Ole tus cojones!:
Con Drive podrías haber comenzado un reinado mainstream-friendly, aprovechar el tirón para cimentar una carrera económicamente sólida sin renunciar a lo autoral. En vez de eso, nos vienes con Solo Dios perdona. VALIENTE.

Adèle Exarchopoulos: MUY FAN.

Quiero ver en 2014: 
[REC] Apocalipsis (Jaume Balagueró, 2014)
A propósito de Llewyn Davis (Hnos. Coen, 2013)
A Touch of Sin (Jia Zhang Ke, 2013)
Blind Detective (Johnnie To, 2013)
El Amanecer del Planeta de los Simios (Matt Reeves, 2014)
Enemy (Denis Villeneuve, 2013)
Godzilla (Gareth Edwards, 2014)
Her (Spike Jonze, 2013)
Interstellar (Christopher Nolan, 2014)
Jupiter Ascending (Hnos. Wachowski, 2014)
Jodorowsky’s Dune (Frank Pavich, 2013)
Knight of Cups (Terrence Malick, 2014) 
La bella y la Bestia (Christophe Gans, 2014)
La Danza de la Realidad (Alejandro Jodorowsky, 2013)
La Vénus à la fourrure (Roman Polanski, 2013)
Lego, La Película (Phil Lord, Chris Miller y Chris McKay, 2014)
L’étrange couleur des larmes de ton corps (Hélène Cattet y Bruno Forzani, 2013)
Maps to the Stars (David Cronenberg, 2014) 
Midnight Special (Jeff Nichols, 2014)
Nobody’s Daughter Haewon (Hong Sang-Soo, 2013)
Nymphomaniac (Lars Von Trier, 2013-2014)
Only Lovers Left Alive (Jim Jarmusch, 2013)
Open Windows (Nacho Vigalondo, 2014) 
The Congress (Ari Forman, 2013)
The Host 2 (Park Myeong-Chan, 2014) 
The Wind Rises (Hayao Miyazaki, 2012)
Sin City: A dame to kill for (Robert Rodríguez, 2014)  
Stray Dogs (Tsai Ming-liang, 2013) 
Un episodio en la vida de un chatarrero (Danis Tanovic, 2013)
Under the Skin (Jonathan Glazer, 2013) 
Wrong Cops (Quentin Dupieux, 2013)
X-Men: Días del Futuro Pasado (Bryan Singer, 2014)

…Y una cosa más: Siempre confecciono el Top 10 en base al conjunto de películas estrenadas comercialmente en España durante el año que finaliza. Esto genera el inconveniente de que entran “a concurso” gran cantidad de películas estrenadas internacionalmente en años anteriores, a la vez que deja fuera otras tantas del año en curso que sí he podido ver pero aún no se han estrenado por aquí . Cada año pienso en eliminar la obstrucción del estreno comercial, pero eso acabaría provocando(me) más confusión entre lo que entra y lo que no. Para curarme en salud, he aquí un top alternativo compuesto solo por películas estrenadas internacionalmente en 2013, del que todavía me queda mucho por ver:

Top 10 SOLO 2013
1. La Vida de Adele
2. Les Salauds
3. Extraño en el Lago
4. Paraíso: Esperanza
5. La Gran Belleza
6. Camille Claudel 1915
7. 12 Años de Esclavitud
8. Solo Dios Perdona
9. Passion
10. Frances Ha

Anteriormente:
Lo Mejor de 2006: Cine
Lo Mejor de 2007: Cine
Lo Mejor de 2008: Cine
Lo Mejor de 2009: Cine
Lo Mejor de 2010: Cine
Lo Mejor de 2011: Cine
Lo Mejor de 2012: Cine

Cine en primer plano

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No soy muy amigo de los primeros planos en cine. Conozco su indispensable función como “aproximadores emocionales”, pero en cuanto su presencia se extiende más allá de lo justo y necesario, me empiezo a mosquear. Últimamente he visto un par de films compuestos en un 90% por primeros planos, y contra todo pronóstico, me han encantado. Dos propuestas que evocan sensaciones como mínimo disjuntas, pero de elevadísima intensidad en ambos casos. Les cuento:

Más allá de sus  comentadísimas escenas sexuales explícitas, La Vida de Adèle es, antes que nada, el rostro de su actriz protagonista, Adèle Exarchopoulos. El suyo es un semblante que expresa una descomunal hambre de vida y traspasa la frontera de la pantalla mejor que el mejor 3D que Peter Jackson o James Cameron puedan ofrecer. Desde la butaca puedes sentir el olor y el calor que desprende la chica, que lo da todo a una cámara pegada a su cara durante casi tres horas.

La Vida de Adele (1)

La vida de Adele (2)

La vida de Adele (4)

La vida de Adele - Trailer Internacional (HD) 169

En lo que toca a su director y guionista, Abdellatif Kechiche, decir que también ha puesto toda la carne en el asador para obtener una película de una naturalidad pasmosa. Antes que un film sobre “joven que encuentra su sexualidad” (que también), se trata de una intensa crónica emocional  del primer amor verdadero. Inteligentemente, Kechiche deja bastante en off los conflictos más duros que suponemos Adele ha pasado para afirmarse en su condición sexual  y se centra en retratar con toda la fuerza posible la gama de sensaciones de un “enganche duro”, de los que dejan marca imborrable sobre los que lo viven: desde la voracidad inicial, pasando por el desencanto hasta el tremendo dolor de la ruptura. Respecto al tema de la voracidad, de ese apetito desbordante de Adèle (en todos los sentidos), el director da un golpe maestro utilizando la comida como recurso narrativo. En La Vida de Adele se come mucho, y todo tiene una pinta buenísima; literalmente sales del cine con hambre. Puede parecer un chiste, pero establecer ese nexo entre las acepciones de ‘apetito’ ayuda mucho a  obtener esa naturalidad extrema de la que hablaba antes.

La vida de Adele (6)

No me extraña que la Palma de Oro recibida en Cannes fuese explicitamente concedida al director  y las protagonistas; quizá el aporte de Léa Seydoux sea menor que los de Kechiche y Exarchopoulos, pero el nivel de compromiso de los tres convierte a las actrices en co-autoras de pleno derecho.

Pasamos ahora a terrenos más turbios y desasosegantes. En Keane (2004, Lodge Kerrigan) es Damian Lewis el que chupa cámara interpretando a un hombre con problemas mentales, obsesionado con la supuesta desaparición de su hija de 7 años en una estación de autobuses. Digo ‘supuesta’ porque  no se suministran datos suficientes al espectador como para saber si el secuestro es real; todo podría formar parte de los delirios paranoicos de William Keane. A lo mejor, su derrumbe psíquico no se debe a ese suceso traumático y relativamente insólito. A lo mejor, Keane simplemente es un hombre sacudido por la vida, en paro, divorciado, subsistiendo con una pensión por invalidez parcial y gastándose lo poco que tiene en alcohol y coca para abstraerse de su realidad, de paso que agrava su esquizofrenia. Keane podría ser el futuro de cualquiera de nosotros.

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Keane (3)

Keane (4)

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Kerrigan y Lewis nos internan de tal manera en la mente de Keane que llegado a un punto estás reproduciendo en tu cabeza los procesos mentales del personaje. Llegado a un punto, cuando Keane entabla amistad con sus vecinas, una mujer y su hija pequeña en situación borderline similar a la suya, solo piensas en todo va a acabar mal. Las buenas intenciones de Keane hacia ellas y la proyección paterno-filial que establece con la pequeña, en vez de producir una sensación de bienestar en el espectador, genera tensión pura.

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En resumen: dos películas muy diferentes, pero ambas sostenidas por el talento interpretativo de sus protagonistas. Dos películas que demuestran que, por muy cutre que parezca, filmar caras también es cine puro.