Empezando ya por el mismísimo texto de su contraportada, mucho se ha escrito sobre el melting pot referencial contenido en las páginas de “Cenizas”, lo último de Álvaro Ortiz. Es verdad que el tebeo supone una verdadera delicia para los que nos “formamos” en los 90 y alcanzamos la “madurez (sub)cultural” en los dosmiles: Lynch, los Coen, Tarantino, Guy Ritchie, Clowes, Pixies, ZZ Top, “Friends” y un largo etcétera están presentes de una manera u otra en esta obra.
Pero hay una influencia pienso yo bastante importante para la elaboración de “Cenizas” en la que no se ha incidido lo suficiente: la de Chris Ware. No se si directa, inidirecta o inconscientemente, Ortiz ha tomado una serie de decisiones en cuanto a modularidad de las viñetas y selección de paleta de colores con las que se gana, a mi parecer, el título de autor post-wareano. Aplicando, además, las enseñanzas del maestro de una manera muy diferente a Seth, el otro gran post-wareano al que sigo.
A través de una retícula con una pequeña viñeta cuadrada como elemento “atómico”, Ortiz genera infinidad de diseños de página de gran belleza estética y alta claridad expositiva. Tanto es así que en menos de 200 páginas es capaz de contarnos la historia principal y un buen número de flashbacks y microhistorias complementarias, todo ello sin renunciar a secuencias de carácter, llamémosle, contemplativo ni a las splash pages, viñetones y portadillas que hagan falta. Todo un prodigio de buen hacer “escondido”. Wareano en el mejor y más complejo sentido del término.
Pero mientras que recomendar a Ware a un no-lector de comics resultaría tan descabellado como iniciar a alguien en la lectura de novelas pasándole el “Ulisses” de Joyce, “Cenizas” resulta perfecta para el público general. Utiliza narrativa gráfica compleja, pero “entra” como la seda, con una historia que engancha, unos personajes entrañables y un universo lleno de referentes extratebeísticos. Un gran cómic para los que no leen cómics… y también para los que si los leen. ¡A regalarlo estas navidades!
Postdata 1: tanto “Cenizas” como “Dublinés” de Alfonso Zapico, último Premio Nacional de Cómic, son novelas gráficas “puras”. Tochales que lleva su tiempo hacer, que no salen prepublicados por capítulos en ninguna parte, y por tanto no generan beneficios hasta que están terminados. Ambas disfrutan ya de segundas ediciones y ambas han sido posibles gracias a la beca AlhóndigaKomik, que acaba de caer víctima de los recortes. Una partida cuasi-insignificante para las arcas públicas, pero que daba mucha vidilla al panorama contemporáneo del cómic español. Para saber más al respecto, les recomiendo lean esto.
Postdata 2: Durante la elaboración de “Cenizas”, Ortiz ha ido colgando una serie de eclécticas playlists complementarias al tebeo y dignas de ser escuchadas. Enlaces: I, II, III. Me quedo con la primera, esa inclusión de anbb le “sube el caché” para el que suscribe:
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