Póster húngaro para “El Imperio contraataca”, de clara inspiración metalhurlantiana. Pueden ver aquí los del resto de la trilogía.
Ilustración
Postermania (XIII): Weerasethakul x Ware
Encuentro de titanes: Chris Ware ilustrando el póster de la última y laureada película de Apichatpong Weerasethakul, “Uncle Boonme who can recall his past lives”. Dos artistas indispensables para entender el presente (y posiblemente el futuro) de sus respectivos campos de actividad.
Aprovecho el post para contarles que pese a mi ya comentada incapacidad de pasar de la página 30 de “Jimmy Corrigan” (y no es por no intentarlo), me estoy poniendo al día con los Acmes más recientes y allí sí veo el genio que durante tanto tiempo se me ha “escapado”. Pero insisto: “Jimmy Corrigan” se pierde en lo formal, es ahora cuando Ware está poniendo su lenguaje al servicio de la emoción pura.
En cuanto a “Uncle Boonme…”, comentar que Weerasethakul declaró en varias ocasiones que los tebeos populares tailandeses fueron una importante fuente de inspiración para la peli. Se la recomiendo encarecidamente.
Covermania (XIV): Xeno
Portadas de Charles Burns para unas imaginarias (y muy alienígenas) revistas inspiradas en los universos/estados de consciencia paralelos de su última obra, la magnífica “X’ed Out” :
Y a continuación, la portada real para la alucinante edición limitada de “X’ed Out”, remontada a formato cuadrado, en blanco y negro y con los diálogos escritos en lenguaje alien (la quiero!!!):
40 Días en el Desierto B
La situación editorial de Moebius en España es difícil de comprender. Siendo uno de esos pocos casos de autor de cómic cuyo nombre suena al público general, tiene gran cantidad de material inédito por estos lares.
Éste es el caso de “40 days dans le désert B”, publicado hace 10 años en Francia. Un librito apaisado con ilustraciones a página completa aparentemente en secuencia, contando una historia. Una exquisitez gráfica que nos enseña al mejor Moebius, y que pueden disfrutar al completo con imágenes de alta resolución en Caprichos de Cómic. Abajo, unas muestras (click para ampliar):
Postermania (X): The Silent Giants
Menudos carteles de conciertos se curra la gente de The Silent Giants. Un lujazo visual para tan efímeros eventos. Aquí les dejo unos cuantos, pero pueden ver más y a mayor tamaño en su web.
Vía: Cuando haces Pop.
Animaladas
Parece mentira que los animales antropomórficos hayan dado tanto juego en el terreno “adulto”. Desde los cuentos de animales de Kafka hasta el Marquis de Xhonneux y Topor, pasando por el Maus de Spiegelman, todo medio de expresión nos regala de vez en cuando una de estas extrañas joyitas catalogadas en un género normalmente orientado al disfrute de los más pequeños . Últimamente me he encontrado con dos productos recientes que confirman la excelencia de estas rara avis.
En el terreno cinematográfico tenemos Fantastic Mr. Fox, del irregular pero siempre interesante Wes Anderson. Se trata de una adaptación del cuento homónimo de Roald Dhal, en la que el uso de animación stop motion no impide al director desplegar todos los recursos visuales y narrativos utilizados en el resto de sus películas. No sé cómo lo hace, pero los primeros planos y los diálogos entre los muñecos protagonistas resultan tan creíbles, intensos y expresivos como si tuviéramos en e escena a los actores fetiche de Anderson (que por otro lado ponen las voces). El carácter animado del film hace posible que esos “momentos Anderson” de comedia triste puedan convivir con escenas repletas de imaginación cuasi-lisérgica que confirman que Anderson funciona mucho mejor cuando añade una buena dosis de fantasía a sus films.
En cómic Bryan Talbot realiza su aportación al género con Grandville, un thriller steampunk ambientado en un universo ucrónico donde Francia juega el papel de gran imperio decimonónico en detrimento de Gran Bretaña (alias The Socialist Republic of Britain), colonia recientemente independizada del Imperio Napoleónico gracias al movimiento anarquista. En este contexto, el Inspector Lebrock de Scortland Yard debe viajar a Paris para investigar el asesinato de un diplomático inglés que sabía más de la cuenta acerca de una conspiración pensada por Talbot como analogía a la era post-11S que estamos viviendo en el mundo real.
Talbot es un autor cuyo estilo, al menos en este tebeo y a estas fechas, puede calificarse como “desfasado”, aquejado de ciertas limitaciones técnicas, un uso del color infográfico demasiado cantoso y un “diseño de producción” que tiende a lo hortera. Pero una vez te sumerges en la lectura del libro , da la impresión que todo está como tiene que estar para generar la potente atmósfera british y decimonónica que desprenden sus páginas.
Una joya contracorriente que además rinde homenaje a dos grandes visionarios del fantástico del siglo XIX: J.J. Grandville, pionero en esto de dibujar animales antropomórficos y Robida, un perfecto equivalente Jules Verne en el terreno de la ilustración.
Le tocó al Príncipe…
…ser retratado como un zombie en el (indispensable) blog Portraits as Living Deads, en el que Frederick Peeters cuelga casi a diario a un celebrity en ese lamentable estado de animación post-mortem.
Empezó con personajes ya fallecidos, pero últimamente se divierte imaginando muertes de famosos que aún pululan por el mundo de los vivos. El el caso de Felipe ¿Un accidente navegando?.
Covermania (VIII): Beautiful Happiness
Perturbadora portada de Brian Bolland para un recopilatorio punk de 1988, en la que homenajea de una sentada a Francis Bacon, Pink Floyd y el movimiento Hardcore. Descubierta en el magnífico volumen “The Art of Brian Bolland”.
Banda sonora del post:
Pink Floyd – “Comfortably Numb”
[audio:http://webzoom.freewebs.com/bracketrash/Pink%20Floyd%20-%20Comfortably%20Numb.mp3]
Black Flag – “Nervous Breakdown”
[audio:http://www.7inchpunk.com/wp-content/black_flag/01BlackFlagNervousBreakdown.mp3]
Top30 (VIII): Darkseed
Se aproximaban las navidades del año 1992, y tanto mi hermano como yo deseábamos una Super Nintendo con todas nuestras fuerzas. Se lo «dejamos caer» a nuestros padres, pero ellos nos propusieron pillar un PC en lugar de la máquina de Nintendo, pues nos serviría para otras cosas además de jugar. Pese a que con el cambio nos perderíamos el «Street Fighter II» y otros juegazos exclusivos para el Cerebro de la Bestia, no podíamos negar que el trato era razonable, así que nos quedamos con el PC. Un flamante 386-SX con 2 Mb de RAM, 40 Mb de disco duro, diskettera de 3.5″ y MS-DOS 5.0 preinstalado. También «preinstalados» venían unos cuantos juegos, pero el mejor de ellos iba en su paquete original, se trataba de «Darkseed«, desarrollado por Cyberdreams .
«Darkseed» pertenecía al (hasta entonces desconocido para mi) género de las aventuras gráficas, que de aquellas reinaban en el mercado de los «IBM-Compatibles». Cyberdreams era una compañía recién formada que pretendía distinguirse de sus competidoras ofreciendo software de altísima calidad, cuidando al máximo todos los aspectos de la elaboración de un juego. En este primer lanzamiento unen fuerzas con el pintor/ilustrador suizo H.R. Giger, famoso por ser el diseñador del Alien de la peli de Riddley Scott, para crear una aventura de tintes lovecraftianos con una estética basada en la siniestra obra de este genial artista.
El juego nos ponía en la piel de Mike Dawson, un escritor que, tras mudarse a un caserón victoriano en un pequeño y tranquilo pueblo, empieza a sufrir pesadillas en las que es sometido a terribles intervenciones quirúrgicas por parte de unas horribles entidades biomecanoides. Poco a poco se dará cuenta de que esas pesadillas no son únicamente producto de su imaginación, y que él es una pieza fundamental en los planes de esas criaturas para atravesar la barrera que separa nuestro mundo del suyo. Una historia no demasiado original, pero que unida a los (por entonces) alucinantes gráficos del juego y los diseños de Giger, resultaba en una experiencia de juego tremendamente absorbente, y a ratos terrorífica.
En cuanto a jugabilidad, la interfaz era muy intuitiva, pero la dificultad era excesivamente elevada. Al contrario que en las geniales aventuras gráficas de LucasArts, en las que si quedabas bloqueado podías dar vueltas por ahí a ver si se te ocurría algo, en «Darkseed» estaba todo cronometradísimo, y si no realizabas ciertas acciones en el momento adecuado, era imposible seguir. Lo peor de este planteamiento de juego es que realmente no sabías en que momento dejabas de hacer bien las cosas, y podías estar horas perdido por los escenarios sin saber que no había oportunidad de avanzar. Estuve meses enganchado al juego, pero no fui capaz de terminarlo.
Cuestiones videojuegiles aparte, «Darkseed» me convirtió en fan de H.R. Giger. A la primera oportunidad que tuve, vi (y flipé con) «Alien«. El monográfico de Taschen dedicado al artista fue el primer libro de la célebre (y económica) editorial de artbooks que compré (ahora tengo la casa llena). También intenté hacerme con alguno de los míticos volúmenes a gran formato publicados por Galerie Morpheus, como los «Necronomicon«, el «Biomechanics» o el libro de diseños de Alien, pero sus precios, cercanos a las diez mil pesetas de la época me hicieron desistir. Eso si, cuando en el 97 Taschen sacó un segundo tomo más tocho y lujoso dedicado al artista, «www.HRGIGER.com«, ahí estaba yo apoquinando las tres mil y pico pelas que costaba.
Siguiendo esta cadena referencial, en esa época devoré un buen montón de relatos de Lovecraft, así como el volumen completo de «Los Mitos de Cthulhu» editado por Alianza Editorial con un tamaño de letra que dudo hoy sea capaz de leer.
Las aspiraciones de Cyberdreams en cuanto a fusionar los videojuegos con otras formas artísticas creo que fueron bastante productivas en mi persona.
Enlaces de interés:
Descargar Darkseed (Requiere emulador de MS-DOS para jugar)
Web oficial de H.R. Giger
Galería de imágenes de H.R. Giger
Anteriormente en Top30:
Intro (que és Top30)
Ulises 31
Los 4 Fantásticos
Secret Wars
Transformers
Batman y los Outsiders
Batmanía
Dragon Ball
Comentarios recientes