Sartre

Top30 (XXII): La Caída

No sé ustedes, pero en lo que a mí respecta, una vez introducido en el mundo laboral me di cuenta que ciertas “prácticas intelectuales” solo son posibles disponiendo de ingentes cantidades de tiempo libre… o sea, haciendo vida de estudiante.

La Caída

En ese saco metería sin duda mi obsesión por el Existencialismo ocurrida a principios de los dosmiles.  Leí un buen montón de novelas, obras de teatro y ensayos pertenecientes a esta corriente filosófica. Ahora, visto con perspectiva, puedo decir que todo lo que realmente me interesa del tema está contenido en una novela: “La Caída” de Albert Camus.

Se dice que Camus fue un excelente novelista, pero un filósofo bastante limitado. Soy de los que pienso que sí era un buen filósofo, pero que expresaba mejor sus ideas sobre una novela que en forma de ensayo, cosa que  los puristas de “lo teórico”  miran con cierto desdén. Las ficciones son más adecuadas para plantear interrogantes sin respuesta clara, o con respuesta ambigua, y en esos terrenos Camus se mueve como pez en el agua. Precisamente en “La Caída” desarrolla, entre otros, un tema clave del pensamiento existencialista: el juicio de “el otro” sobre uno mismo. Este asunto se asocia habitualmente a su colega Jean Paul Sartre, pero en lo que a mi respecta saqué más en limpio de esta novelita que de los tostones sartreanos.

La cosa va de un abogado bienhechor, enchido de satisfacción por su propia bondad y el respeto y admiración que inspira en sus amigos y conocidos. Una fría noche paseando al borde del Sena, le parece escuchar un grito proveniente de un puente. No ve a nadie, pero sospecha que alguien podría haber caído al agua. Para evitar el dilema moral de acudir o no al rescate, que implicaría un gélido y peligroso chapuzón, se hace el tonto y sigue andando sin comprobar nada. En los días posteriores, el (secreto) suceso comienza a obsesionarle cambiando su percepción de la realidad: a lo mejor no era tan querido, ni tan bueno, ni tan poco egoísta, y a lo mejor sus amigos no eran tan amigos… Infierno psicológico montado, con reflexiones tan ambiguas que el lector ha de sacar sus propias conclusiones acerca de la situación.

Respecto al dilema inicial del rescate, yo tengo una respuesta clara, y es la misma que da el personaje de  Woody Allen en “Manhattan”:

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Actualización/Corrección: Tras echarle una ojeada a la novela caigo en la cuenta de que el suceso del puente difiere un poco a como yo lo cuento, el narrador/protagonista no oye un grito sino «una risa que se alejaba» y que «solo podía venir de abajo»… osease, que el teórico accidentado podría ser un suicida. En fin, hace casi una década (ya?!) que leí el libro y mi memoria no es perfecta.

Anteriormente en Top30:

Intro (qué es Top30)
Ulises 31
Los 4 Fantásticos
Secret Wars
Transformers
Batman y los Outsiders
Batmanía
Dragon Ball
Darkseed
Parque Jurásico
John Byrne’s Next Men
Trilogía Nikopol
La fOntana y la sOnda
12 Monos
Pulp Fiction
Wipeout
Brut Comix
La Casta de los Metabarones
Ænima
Carretera Perdida
The Invisibles
Cosecha Cinematográfica del 99

The Box

A la hora de escribir el ya clásico post sobre mis películas favoritas del recién finalizado año, se me olvidó completamente una, que si bien no incluiría en el Top 10, si entre lo más destacado de 2009. Se trata de “The Box”, la última de Richard Kelly, el director maldito por excelencia de los 2000. Para compensar el olvido y aprovechando que ya está disponible en “formato doméstico”, nada mejor que dedicarle unas merecidas líneas.

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Hay que admitir que “The Box” no es ni mucho menos una película redonda, pero su imperfección es de las que a mi me gustan: de  aquellas en las que los defectos se ven eclipsados por las virtudes. Creo que la mejor manera de resumir el film es diciendo que Kelly se ha montado él solito un “Lost” de dos horas de duración. Tomando como base el relato corto “Button, Button” de Richard Matheson, el realizador construye  una aventura metafísica donde sus protagonistas tienen que enfrentarse a las consecuencias de sus actos y elecciones en una realidad ajena que se les va abriendo ante sus ojos de maneras cada vez más extrañas e inquietantes.

Si en la ya mítica serie de televisión estos temas se afrontan desde un perspectiva cristiana (fundamentalmente en ciclos de acto-culpa-redención), Kelly opta por el enfoque existencialista. Tras pulsar el botón de la misteriosa caja que da título a la película, la pareja protagonista siente el peso de su acto con la paranoica sensación de estar siendo continuamente observados (y juzgados) por “los otros”, aquellos que Sartre decía son el Infierno. A medida que avanza el relato, éste se vuelve más y más incomprensible, alzándose como una metáfora de la vida: no sabemos quienes somos ni de donde venimos, pero lo que está claro es que todos contribuimos a que el mundo sea como es.

El carácter surreal de la historia se ve adecuadamente reforzado a través de un diseño de producción sobrio-setentero y una fotografía geométrica y borrosa que recuerda la textura lumínica de las viejas Polaroid.  En el apartado de los defectos, el mayor “pero” del film sería su falta de tono en la narración, quizás provocado por los recortes de metraje que Kelly se vio obligado a realizar para facilitar su comercialización. Con todo, y reafirmando la condición de maldito de su director, la película fue un fracaso, pero creanme si les digo que poco a poco adquirirá el estatus de culto que ya tienen “Donnie Darko” y “Southland Tales”.

Tráiler:

“Los Soprano”: Claves (y II)

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El gran David Cronenberg dice que «En la especificidad se encuentra la universalidad». Es decir, si observamos con detenimiento culturas o modos de vida muy distintos a los nuestros, mas allá de la superficie encontraremos fundamentales puntos en común con nuestra forma de actuar. En «Los Soprano» nos adentramos en el mundo de la mafia, lleno de excesos sociópatas, pero en el fondo un reflejo exagerado del dia a dia. Esto es lo que hay:

Ambición
La pasta nunca es suficiente. Los personajes, siempre rodeados de lujo están constantemente quejándose de sus escuetos beneficios y su posición en la organización. Todos están dispuestos a sacrificar su estabilidad y arriesgar sus vidas con tal de subir peldaños. La envidia se presenta en forma de miradas furtivas a relojes, joyas o coches ajenos. Abundan las rencillas por puestos de «capo» vacantes.

El aura de poder de Tony Soprano se impone sobre sus kilos de más y su calvicie a la hora de encontrar ligues.Y si alguna fémina no cae a sus pies, su cabreo es mayúsculo: no puede comprender que alguien pueda resistirse a una forma de vida que, realmente lo tiene esclavizado a él. Las esposas de los gansters no se salvan. Cierran los ojos y callan ante la promiscuidad de sus maridos, con tal mantener un alto nivel de vida.

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Tiranteces

El equilibrio en la «Familia» es delicado. Comentarios, bromas, leves aversiones entre compañeros y conflictos económicos acaban explotando en la cara de los implicados. Las enemistades se gestan poco a poco, siempre en la sombra. Las apariencias son fundamentales para el negocio, abundan los abrazos y besos de Judas. Aguantar la presión desencadena brotes violentos sobre terceras personas, que acaban en la UCI sin saber que han hecho para merecerlo. La salud tambíen se ve resentida: infartos, asma, dolencias estomacales y ataques de ansiedad proliferan entre los protagonistas. Todo el malestar producido por guardar las formas es desperdiciado cuando la gota colma el vaso, todo se va a la mierda y corre la sangre.

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Mentiras y Autoengaño
«Los Soprano» es puro Sartre. Los personajes tienen una visión de si mismos muy lejana a su forma de actuar. Tony cree ser un cabeza de familia que lucha por poner «comida en el plato». Oculta de tal manera sus actividades a su mujer e hijos, que cuando está en casa da la impresión que él mismo se olvida de las extorsiones, asesinatos y recreaciones sexuales que practica cotidianamente. De hecho, si alguien le echa en cara la verdad, su respuesta es extremadamente violenta y con unas negaciones tan convincentes que parece estar creyéndoselas. Recrimina constantemente a su psiquiatra que la terapia no le está ayudando, normal, si solo le cuenta la punta del iceberg.

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Las mujeres lloran muertes de familiares y amigos sin saber que fueron perpetradas por sus maridos. Ellas, más que no saber, no quieren saber, no soportan que sus vidas de lujo se basen en tales atrocidades.

Los padres tratan de apartar a sus hijos del entorno violento que les rodea. Justifican que hacen lo que pueden por ellos enviándolos a colegios caros y universidades de élite. Los chicos se dan cuenta que alcanzar el nivel económico al que están acostumbrados requiere demasiado esfuerzo por la vía legal, mejor seguir el ejemplo de sus viejos.

Los «civiles» no se salvan de la quema. Miran a los miembros de la «Familia» por encima del hombro, sintiendose superiores. Ese desprecio no es suficiente para dejar de chupar del bote: curas y rectores universitarios ofrecen (falso) respeto a cambio de donaciones «desinteresadas». La comunidad italoamericana de New Jersey puede ser machista racista y homófoba, pero al menos no se autoengañan en ese aspecto. La correción política burguesa oculta mucha más mierda y podredumbre de la que los «incivilizados italianinis» enseñan.

Hasta aquí mi pequeño análisis de esta gran serie. Experimentenla ustedes y comprueben si estamos de acuerdo.

5 Cousas

Adheriendome al meme propagado en el blog de Marcus, me dispongo a escribir 5 cosas sobre mi que no había comentado en el blog. Siguiendo el «espiritu intramuros», descubriré cinco realidades (sub)culturalmente incorrectas de mi persona:

  • Siempre preferí a Cíclope antes que Lobezno.
  • En su tiempo, me creí que la mejor banda del mundo era o Blur o Oasis (que pasa…, era joven!)
  • A pesar de citarlo en numerosas ocasiones (que pedante soy), nunca he terminado un libro de Sartre.
  • Pese a que he leido comics de Jodorowsky desde los catorce años, desde que es conocido estoy empezando a renegar de él.
  • Todavía no he visto: «Conan el Barbaro», «Taxi Driver», «Apocalipse Now» y «Alguien Voló sobe el Nido del Cuco»

Ahora les toca a ustedes. Comenten coño!!!