Cine

Citas Pop (XIX): Drugs & Pain

Drugs are bad

Claire: Me han dicho que se da un alto índice de consumo de drogas entre los médicos. ¿Es eso cierto?

Dr. Mantle: Si

Claire: ¿Tú tomas drogas?

Dr. Mantle: No, excepto para el dolor. El dolor degenera la personalidad. Es algo totalmente innecesario, y yo sufro bastante

Dead Ringers” (dir:David Cronenberg, 1988)

 

“¡Gringos hipócritas!¡Con su industria codiciosa han envenenado el planeta arrancándole el alma!¡Necesitan nuestra droga para resistir al infierno que se han inventado ellos mismos! ¡Sin esnifar, fumar o chutarse, se deprimen a muerte en su mundo de mierda! Nos necesitan, pero no dejan que nos enriquezcamos… ”

 Un narco moribundo en "El Corazón Coronado"
(escrito por Alejandro Jodorowsky)

Symbol

Últimamente se está poniendo muy de moda usar el término “OVNI cinematográfico” para catalogar ciertas películas rarasrarasraras (como diría Papuchi Iglesias, en paz descanse). Pues bien, si hubiera que ilustrar el diccionario con un ejemplo de esos OVNIs, no podríamos encontrar mejor candidata que “Symbol” de Hitoshi Matsumoto.

Symbol

No me voy a poner  aquí a contarla porque nada mejor que la experimenten por ustedes mismos. Solo decir que en ella se desarrollan paralelamente dos historias aparentemente desconectadas entre si. Una en México, en el mundillo de la lucha libre (auténtico fetiche de “lo bizarro”). La otra (y aquí viene lo mejor de la función) en una enorme sala totalmente blanca, con altísimas paredes y sin puerta de salida, donde un señor en pijama se despierta sin saber como ni porqué ha ido a parar allí. Les puedo asegurar que la escena de su despertar es de lo más aterrador (a la vez que cómico) que he visto en los últimos tiempos. Dejen que se la muestre:

[media id=29 width=450 height= 270]

¿Cómo se han quedado? Pues con este arranque imagínense lo que puede venir después. Una obra maestra de lo raruzco, en la que se combinan sin complejos la estética de las instalaciones de arte moderno, la horterada, el slapstick, el México arquetípico y el puro terror existencial.

Symbol 2

No puedo hacer otra cosa que recomendarla con todas mis fuerzas, a la vez que busco por la red la otra peli de Matsumoto, la bastante célebre (también por rara) “Big Man Japan”.

Top30 (XIX): Carretera Perdida

mov_lost_highway

A nivel de popularidad, 2001 fue un buen año para David Lynch. “Mulholland Drive”, ese piloto de TV  rechazado por la ABC, retocado con fondos franceses y reconvertido a película lo puso en el candelero como no estaba desde los ya lejanos tiempos de Twin Peaks. Hasta una nominación al Oscar le concedieron.

davidlynch

Lo que casi nadie sabía (ni sabe) es que “Mulholland Drive” es realmente una nueva versión (o autoplagio, poniéndose malvados) de su anterior película, la bastante desconocida entonces “Carretera Perdida”. La alucinada estructura de ambas, que bascula entre la abstacción y el onirismo, esconde el mismo concepto clave: Una persona que intenta fugarse de su realidad para acabar dándose de narices de nuevo con ella.

[media id=25 width=450]

“Carretera Perdida” fue mi vía de entrada al Universo Lynch. El film no me pareció  fácil en absoluto, vamos, que a la primera no me enteré de nada. Recuerdo haberla visto en el salón de la residencia de estudiantes en la que vivía, lleno a barrote. El público fue cayendo hasta que solo quedamos cuatro o cinco al finalizar la sesión. Acto seguido rebobinamos el VHS y vuelta a empezar. Fue la segunda de muchas veces más en días posteriores. Demostrado: A Lynch lo amas o pasas de él como de la mierda.

lh02

Para el recuerdo queda la frase “Dick Laurent está muerto”, la casa ardiendo “al revés”, los coitus interruptus, las cintas de video, la aparición estelar de Marilyn Manson, la banda sonora de Bowie, Trent Reznor, Barry Adamson el propio Manson y los entonces cuasi-desconocidos Rammstein… Pero si me tengo que quedar con algo es con el muy pasado de rosca primer encuentro entre Fred y el “Hombre Misterioso”, que se le aparecía de vez en cuando para ponerle los pies en la  tierra:

[media id=26 width=450]

Semejante obsesión con una peli resulta desproporcionada desde mi actual punto de vista acerca del “consumo cultural”. Pero no me arrepiento, porque gracias a ella descubrí un montón de “otro cine” fuera de los parámetros más o menos mainstream en los que me movía. Realmente marcó mi vida, al menos cinematográficamente hablando.

Cuando el grupito de lynchófilos analizábamos la película como posesos, nos comíamos el coco separando lo que era real y lo que fantasía del prota. Con los años comprendí mejor la naturaleza de este tipo de films, que hay que concebir como experiencias audiovisuales al margen de las narrativas convencionales  y donde se debe dejar trabajar al inconsciente y la intuición. Vistos así son los más sencillos del mundo.

lh03

En fin, en los doce años posteriores he visto películas igual de buenas o mejores, pero sé que nunca disfrutaré de ninguna con tanta intensidad como lo hice con “Carretera Perdida”.

Anteriormente en Top30:
Intro (qué es Top30)
Ulises 31
Los 4 Fantásticos
Secret Wars
Transformers
Batman y los Outsiders
Batmanía
Dragon Ball
Darkseed
Parque Jurásico
John Byrne’s Next Men
Trilogía Nikopol
La fOntana y la sOnda
12 Monos
Pulp Fiction
Wipeout
Brut Comix
La Casta de los Metabarones
Ænima

Aire

air-001    up_in_the_air_3819

Si tenemos que establecer  un escenario simbólico para estos tiempos hipermodernos, sin duda el elegido sería  el aeropuerto: movilidad laboral, paranoia post-11S, estrés, velocidad, consumismo, comida rápida, turismo low cost , mezcla de culturas (y lenguajes)… en definitiva, tránsito y desubicación.

El mundo del “aire” supone el marco ideal para construir ficciones sobre el “ahora”, quedando bien demostrado esto en trabajos de popes de la realidad inmediata como Olivier Assayas o Paul Greengrass. Sin embargo, cuando se hace mal uso de este contexto, la decepción  resultante también se ve magnificada.

t4

Asi ocurre con Air, un tebeo protagonizado por una auxiliar de vuelo en el que se pretende conjugar la deriva emocional (y romántica)  de la protagonista con una trama de aventuras surrealistas que mezclan terrorismo y espionaje industrial con submundos imaginarios ubicados en las alturas. Buenas intenciones pero mala ejecución. Su guionista, G. Willow Wilson, intenta ser Grant Morrison pero es incapaz de manejar las claves de este tipo de relatos que se internan en el terreno de la sinrazón. Pero es en el apartado gráfico donde de verdad flojea el tebeo, M.K. Peker es un dibujante realmente mediocre, incapaz de trasladar al papel los mundos imaginarios y las escenas oníricas que propone el guión, y del color mejor no hablar. Si la parte visual estuviese en manos de un Frank Quitely o un Cameron Stewart, otro gallo cantaría, y puede que las carencias de guión quedaran eclipsadas.

huston-air-splsh

Menos fantasioso pero igualmente fallido resulta Up in the Air, el nuevo film de Jason Reitman y último hit de lo indie. Al principio la cosa promete, con George Clooney interpretando a un “despedidor profesional” que pasa la mitad de su vida volando, pero según pasan los minutos, el interesante planteamiento se diluye en sensiblería barata que poco tiene que ver con las cuestiones que propone al inicio. Todo demasiado inocente y poco atrevido para un universo tan implacable y despiadado como es el de los E.R.Es en grandes multinacionales. Una auténtica chorradita a medio cocer.

UP IN THE AIR

En fin, a ver si tenemos más suerte con las ficciones aeroportuarias en el futuro cercano.

Animaladas

fantastic-mr-fox-poster 0011-grandville_front_cover

Parece mentira que los animales antropomórficos hayan dado tanto juego en el terreno “adulto”. Desde los cuentos de animales de Kafka hasta el Marquis de Xhonneux y Topor, pasando por el Maus de Spiegelman, todo medio de expresión nos regala de vez en cuando una de estas extrañas joyitas catalogadas en un género normalmente orientado al disfrute de los más pequeños . Últimamente me he encontrado con dos productos recientes que confirman la excelencia de estas rara avis.

Fantastic Mr. Fox

En el terreno cinematográfico tenemos Fantastic Mr. Fox, del irregular pero siempre interesante Wes Anderson. Se trata de una adaptación del cuento homónimo de Roald Dhal, en la que el uso de animación stop motion no impide al director desplegar todos los recursos visuales y narrativos utilizados en el resto de sus películas.  No sé cómo lo hace, pero los primeros planos y los diálogos entre los muñecos protagonistas resultan tan creíbles, intensos y expresivos como si tuviéramos en e escena a los actores fetiche de Anderson (que por otro lado ponen las voces). El carácter animado del film hace posible que esos “momentos Anderson” de comedia triste puedan convivir con escenas repletas de imaginación cuasi-lisérgica que confirman que Anderson funciona mucho mejor cuando añade una buena dosis de fantasía a sus films. 

Grandville - Página 3 (ext.)

En cómic Bryan Talbot realiza su aportación al género con Grandville, un thriller steampunk ambientado en un universo ucrónico donde Francia juega el papel de gran imperio decimonónico en detrimento de Gran Bretaña (alias The Socialist Republic of Britain), colonia recientemente independizada del Imperio Napoleónico gracias al movimiento anarquista. En este contexto, el Inspector Lebrock de Scortland Yard debe viajar a Paris para investigar el asesinato de un diplomático inglés que sabía más de la cuenta acerca de una conspiración pensada por Talbot como analogía a la era post-11S que estamos viviendo en el mundo real.

 Grandville - Página 53 (ext.)

Talbot es un autor cuyo estilo, al menos en este tebeo y a estas fechas,  puede calificarse como “desfasado”, aquejado de ciertas limitaciones técnicas, un uso del color infográfico demasiado cantoso y un “diseño de producción” que tiende a lo hortera. Pero una vez te sumerges en la lectura del libro , da la impresión que todo está como tiene que estar para generar la potente atmósfera british y decimonónica que desprenden sus páginas.

J.J. Grandville - "Metamorphosis"

Una joya contracorriente que además rinde homenaje a dos grandes visionarios del fantástico del siglo XIX: J.J. Grandville, pionero en esto de dibujar animales antropomórficos y Robida, un perfecto equivalente Jules Verne en el terreno de la ilustración.

Robida - "Castillos Flotantes"

Harry Brown

Harry Brown

Visto el cartel de Harry Brown (arriba), con frasecita impactante incluida, da la impresión de que Michael Caine hubiera dejado su (supuesto) retiro como actor para protagonizar uno de esos denostados films de “justicieros vengadores” que proliferaron en los 80. Pues resulta que este es uno de esos casos en los que no se debe juzgar el contenido por la cubierta.

Harry Brown

Porque esta película,  ópera prima del prometedor Daniel Barber, si está protagonizada por un “justiciero vengador”, pero además consigue transmitir como pocas esa  sensación de presente post-apocaliptico que la enlaza de alguna forma, por ejemplo, con los paisajes musicales del sello Hyperdub (Burial, Kode9…).

Harry Brown2

Harry Brown se erige como el reverso oscuro de Gran Torino. Si en aquella surgía una esperanza fundada en el sacrificio y las enseñanzas del viejo hacia el joven, en esta solo queda la supervivencia ante una juventud nihilista y sin posibilidad de redención. Su protagonista hace gala de una idiosincrasia conservadora (rozando el tatcherismo), pero tan bien llevada que hace que nos pongamos de su lado. Todo un logro.

A todo esto, Michael Caine grande, again.

Tráiler:

Banda sonora del post: Kode9 & The Spaceape – “Victims
[audio:http://caseywinters.googlepages.com/02Victims.mp3]

Un Profeta

Miedo le estoy cogiendo a ciertas películas europeas  multi-premiadas y multi-aclamadas, y más miedo aún si son nominadas a los Oscar. Tanta unanimidad da que sospechar… Quizás esté afectado todavía por la decepción que para mi supuso La Cinta Blanca, un film laureado allí donde se presenta (el Oscar se lo lleva fijo), pero que sin embargo descubre a un Haneke domesticado,  excesivamente explicativo y que mira más al pasado que al “ahora”.

image

Con este condicionamiento no me esperaba demasiado de Un Profeta (Jacques Audiard), una cinta en ciertos aspectos hermana de la anteriormente mencionada: ambas cosechadoras de elogios, ganadoras de premios gordos en Cannes y nominadas al Oscar a mejor película extranjera. Me alegro de poder afirmar que mis prejuicios estuvieron totalmente errados.

up01

Porque Un Profeta está llena de rabia, nervio, agilidad y actualidad. Un “polar” de los buenos, ambientado en la mayor parte de su metraje en una cárcel de la Francia multiétnica que se dio a conocer al mundo con los famosos disturbios de hace unos años. Una historia criminal ambigua a más no poder, que sigue las andanzas de  Malik El Djebena (encarnado espléndidamente por Tahar Rahim), un joven de origen árabe que a través de un escalofriante rito iniciático (a su pesar) se convierte en lacayo de un cabecilla de la mafia corsa, que dirige sus negocios desde dentro de los barrotes.

La trayectoria de Malik constituyen un reflejo de la vida misma en toda su complejidad, condicionada por las relaciones de poder, los odios enterrados, la resignación, la autoafirmación y el gozo que se puede encontrar en las pequeñas cosas.

up03

No puedo decir a ciencia cierta si lo que  presencié en las dos horas y media de metraje  fue un proceso de renacimiento y afirmación o por el contrario uno  de autodestrucción total. Lo que si me quedó claro es que la peli está de puta madre.

Tráiler:

The Box

A la hora de escribir el ya clásico post sobre mis películas favoritas del recién finalizado año, se me olvidó completamente una, que si bien no incluiría en el Top 10, si entre lo más destacado de 2009. Se trata de “The Box”, la última de Richard Kelly, el director maldito por excelencia de los 2000. Para compensar el olvido y aprovechando que ya está disponible en “formato doméstico”, nada mejor que dedicarle unas merecidas líneas.

the-box

Hay que admitir que “The Box” no es ni mucho menos una película redonda, pero su imperfección es de las que a mi me gustan: de  aquellas en las que los defectos se ven eclipsados por las virtudes. Creo que la mejor manera de resumir el film es diciendo que Kelly se ha montado él solito un “Lost” de dos horas de duración. Tomando como base el relato corto “Button, Button” de Richard Matheson, el realizador construye  una aventura metafísica donde sus protagonistas tienen que enfrentarse a las consecuencias de sus actos y elecciones en una realidad ajena que se les va abriendo ante sus ojos de maneras cada vez más extrañas e inquietantes.

Si en la ya mítica serie de televisión estos temas se afrontan desde un perspectiva cristiana (fundamentalmente en ciclos de acto-culpa-redención), Kelly opta por el enfoque existencialista. Tras pulsar el botón de la misteriosa caja que da título a la película, la pareja protagonista siente el peso de su acto con la paranoica sensación de estar siendo continuamente observados (y juzgados) por “los otros”, aquellos que Sartre decía son el Infierno. A medida que avanza el relato, éste se vuelve más y más incomprensible, alzándose como una metáfora de la vida: no sabemos quienes somos ni de donde venimos, pero lo que está claro es que todos contribuimos a que el mundo sea como es.

El carácter surreal de la historia se ve adecuadamente reforzado a través de un diseño de producción sobrio-setentero y una fotografía geométrica y borrosa que recuerda la textura lumínica de las viejas Polaroid.  En el apartado de los defectos, el mayor “pero” del film sería su falta de tono en la narración, quizás provocado por los recortes de metraje que Kelly se vio obligado a realizar para facilitar su comercialización. Con todo, y reafirmando la condición de maldito de su director, la película fue un fracaso, pero creanme si les digo que poco a poco adquirirá el estatus de culto que ya tienen “Donnie Darko” y “Southland Tales”.

Tráiler:

Human Target: La Serie de TV

Hay cosas en el mundo del Show Bussiness que nunca alcanzaré a comprender. Una de ellas es por qué las productoras audiovisuales se empeñan en comprar una licencia y sacar un producto basado en la misma, cuando dicho producto presenta tales diferencias con la versión original que no solo se podría prescindir del requisito legal de la compra de derechos, sino que esa vínculo resultaría incluso contraproducente para la supuesta “adaptación”. Un buen y reciente ejemplo del tema sería la versión televisiva de “Human Target”.

human_target_1_g

Pongámonos en situación: “Human Target” es un serial de cómic creado por Len Wein y Carmine Infantino en los 70. Su protagonista, Christopher Chance es un guardaespaldas y maestro del disfraz especializado en neutralizar amenazas poniéndose él mismo como cebo, suplantando la identidad de sus clientes. Hace unos años, el (por épocas) genial Peter Milligan, acompañado de un puñado de notables dibujantes, reformuló el personaje para el sello Vertigo, aportando no pocos elementos de interés. En esta nueva versión, Chance se encuentra al filo del desequilibrio mental, convertido por deformación profesional en una especie de “pizarra en blanco” incapaz de diferenciar su personalidad de la de aquellos a los que suplanta.  Milligan tampoco pierde ocasión para dar una visión tremendamente lúcida de la actualidad a través de las vidas de los clientes de Chance. El resultado: una alucinada combinación de doppelgangers, cirugía plástica, sectas, Hollywood, famosos, paranoia post-11S, y tantas otras cosas molonas.

ht1

Hace unos días, la cadena FOX estrenó la serie de TV basada en “Human Target”. Es un decir, porque en lo único que se parece al tebeo es en el nombre y profesión del protagonista. El Chance televisivo no se disfraza de sus clientes, como mucho se infiltra de incógnito en su entorno; carece de problemas disociativos, a cambio de una acusada adicción al peligro; y lo que es peor, sus casos poco tienen que ver con el tejido sociocultural de esta nuestra era hipermoderna, más bien se trata de misiones estilo 007 en su versión más exagerada, llenas de situaciones de imposible resolución que ponen al protagonista al borde de la muerte.

Visto lo visto, las versiones tebeística y televisiva se alejan tanto una de la otra que si la segunda fuese lanzada con otro nombre pocos la conectarían con su supuesta versión original. Si la intención era dar promoción extra a la serie, la licencia sirve de poca ayuda en este caso, pues no se trata de un tebeo demasiado popular, lo único que genera son incómodas comparaciones entre ambos productos (como ésta) por parte de los que si lo conocíamos.

En fin, otra oportunidad perdida (sin necesidad)  para adaptar un buen tebeo.