David Lynch

Dobles

Enemy The Double

Asombrosamente oportuno el que dos películas que tratan el tema del doble coincidan en la misma temporada cinéfila. Un hecho “sincrónico” que aporta un extra de fascinación a las ya de por sí fascinantes Enemy (Denis Villeneuve, 2013) y The Double (Richard Ayoade, 2013). Como buen sistema binario doppelganger, ambas presentan insólitas similitudes (más o menos) superficiales, pero se desarrollan bajo idiosincrasias muy diferentes.

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Tanto The Double como Enemy ostentan orígenes literarios. Adaptan respectivamente (y tomándose bastantes licencias, al parecer) El Doble de Dostoievski y El Hombre Duplicado de Saramago. No he leído ninguna de las dos novelas, pero sé que sus autores pueden conectase a través de lo kafkiano: Dostoievski como claro precursor y más que posible fuente de inspiración del célebre escritor checo; Saramago como uno de los escritores contemporáneos que más ha tomado de la obra de Kafka. Lo kafkiano está muy presente en ambas películas: El individuo aplastado por su entorno, integrado en una maquinaria que no puede comprender. Los personajes interpretados por Jake Gyllenhaal y Jesse Eisenberg se mueven en espacios urbanos que parecen extenderse hasta el infinito y viven en enormes edificios/colmena que despojan de personalidad a sus habitantes. Para reforzar el efecto despersonalizador, ambos directores han optado por una fotografía saturada y dominada por los tonos ocres. En definitiva, los dos films parten de un entorno base similar.

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Dentro de esos parámetros ambientales, Villeneuve tira por el criptothriller. Ya puestos a mencionar referentes ilustres, hay mucho del Lynch de Carretera Perdida en Enemy, pero también del Cronenberg de Vinieron de de dentro de… . Dos claves: la narración como estado mental apartado de la literalidad y lo iincognoscible representado por una mezcla de hormigón y carne negra (y hasta ahí puedo leer). No caigan en la trampa, no intenten buscar un sentido a la película más allá del simbólico, de lo contrario acabarán frustrados. Lo que se pone en juego en Enemy es el concepto de identidad, ¿Qué es? ¿Qué valor tiene? La idea del intercambio, de poder ser otro sin que nadie se de cuenta de ello… ¿atrayente o aterradora?. Gyllenhaal interpreta su doble papel sirviéndose ante todo de la fisicidad, la gesticulación, la mirada; hay poco diálogo en Enemy, pero mucha intensidad física.

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En el caso de The Double, el enfoque elegido por Ayoade es el de tragicomedia surrealista. La acción se desarrolla en un universo deliberadamente extraño, en una especie de régimen dictatorial retrofuturista. Eisenberg interpreta (al principio) a un arquetípico funcionario alienado, totalmente aplastado por la maquinaria del sistema y por sus obligaciones familiares. Sin saberse muy bien de dónde, a este trasunto de Gregor Samsa le sale un compañero de trabajo físicamente idéntico, pero dotado de una malicia y unas aptitudes sociales inexistentes en la “versión original”.

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The Double orbita alrededor de la angustiosa idea de que para alcanzar tus metas has de renunciar a tu propia identidad, que a lo mejor dichos objetivos vitales son incompatibles con tu persona, y para llegar a ellos has de dejar tus principios y tu forma de ser a un lado. Pese a su tono cómico, resulta más terrorífica que Enemy. Lo que en la de Villeneuve era fascinación e incertidumbre se convierte aquí en sentimientos de  frustración, usurpación e injusticia. Ayoade roza con los dedos los mejores momentos del triunvirato Kaufmann/Jonze/Gondry, haciendo gala de un sentido del humor jodidamente amargo. Por su parte, Eisenberg lo borda en su tarea de diferenciar ambos papeles, con la complicación añadida de que ambos personajes visten y van peinados exactamente igual. Una de sus mejores herramientas para conseguirlo es su capacidad verbalizadora, que tanto le sirve para hablar con torpeza como para soltar largas parrafadas a la velocidad del rayo.

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Dicho esto, solo me queda soltar el chascarrillo inevitable : Estas pelis conforman la sesión doble más interesante de la temporada. Vean las dos y opinen cual es su favorita. Mi voto es para The Double.

Década 0, Cara B (IX): Les Invisibles

Les Invisibles

Repetir eso de que detrás de un crítico de cine siempre hay un director frustrado sería incurrir en uno de los grandes tópicos del gremio cinematográfico. Aún así, no se puede negar que ambas profesiones están fuertemente ligadas. La historia del noveno arte nos ha dejado una buena ristra de excelente críticos-directores. una realidad que, lejos de tratarse de un fenómeno puntual (viene a la cabeza la mítica y primigenia troupe Cahiers-Nouvelle Vague), se revalida constantemente con nuevos valores. Ahí están (entre otros), generando cine sigloveintiunero, gente como Olivier Assayas, Daniel Monzón, el recién llegado Jordi Costa o el que nos ocupa: Thierry Jousse.

Jousse, además de escribir sobre cine, también le da bastante a la crítica musical, y en Les Invisibles, su ópera prima estrenada en 2005, deja patente su tremendo interés ya no solo por la música, sino por el sonido en sentido amplio: por su registro, su manipulación y por cómo lo percibimos y asimilamos.

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El film propone una convergencia obsesiva audio-pasional: Bruno, un productor de música electrónica,  concierta (chat telefónico mediante) encuentros sexuales con una desconocida  bajo la condición impuesta por parte de ella de que las luces de la habitación del hotel han de permanecer siempre apagadas para que las  identidades de ambos se mantengan en el anonimato. Bruno cumple la regla, pero graba clandestinamente las citas e incorpora fragmentos de esos audios en sus cacofónicas composiciones musicales. Cuando su misteriosa amante deja de acudir a las citas, dichas grabaciones se convierten en ecos fantasmales, en catalizadores de un deseo imposible de satisfacer y de la inevitable búsqueda obsesiva del objeto de deseo.

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Jousse, como buen conocedor de la contemporaneidad cinematográfica de sus país, tira de interesantes referentes “domésticos”. En primer lugar, la influencia de Assayas es evidente al situar la acción en el frenético entorno de la producción de cultura de masas (concretamente en el negocio discográfico) exponiendo las tensiones entre la parte artística y la parte económica del cotarro, y cómo el trabajo en ambos campos se ve condicionado por las relaciones personales (de tendencia envenenada) entre los agentes implicados.

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La segunda gran referencia francesa estaría en eso que se ha dado en llamar “cinematografía de los cuerpos”, practicada por gente como Claire Denis o Bruno Dumont. De alguna manera el sonido, el tacto y la piel constituyen una masa  sensitiva que contrarresta la oscuridad en la que se desarrolla la relación entre Bruno y su misteriosa compañera.

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Cabe destacar también la sombra estilística de dos autores americanos probablemente más valorados en Francia que en su propio país: David Lynch y Brian De Palma. Del segundo no puedo dejar de recomendar Impacto, de la que Les Invisibles es deudora en todo lo referente a integrar la grabación y manipulación del sonido en un contexto de thriller.

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Aunque lo entregado por Jousse no rezuma la misma fuerza que sus excelsos referentes, Les Invisibles se puede calificar como mínimo de notable. Con todo, el film no ha trascendido fuera de un círculo extremadamente minoritario, no ha sido estrenado comercialmente en en España ni tan siquiera en formato doméstico y su puntuación en la IMDB es de 4.8.

Postermania (XXIV)

Casi cinco meses desde el último Postemania. Evidentemente, mi tumblr ha tomado el testigo para estos temas. De todas formas, para seguir la tradición posterófila de este blog, dejo una batería de “buena mierda” recopilada en los últimos meses:

David Rubín ilustra el cartel de la actuación de !!! en el festival Rock en Seine. Acertado concepto:

David Rubín - !!!

 

Ídem para Lola Lorente con el suyo para Nine Inch Nails:

Lola Lorente - NIN

 

Pasamos al siempre interesante mundo de las versiones niponas de carteles cinematográficos. Tenemos el de Punch-Drunk Love (serie completa aquí):

Punch-Drunk Love

 

Más Cronenberg (ya posteé algunos con anterioridad):

Crash

 

Repulsión, de Polanski:

Repulsion

 

…y el de la (muy cuestionada) peli de Twin Peaks:

Twin Peaks - Fire walk with me

 

Misma peli, distinto país. Versión italiana, muy giallo, de Fuego camina conmigo. De si se trata de una versión oficial o un fanmade, no me pregunten:

fuoco cammina con me

 

Para versión personal, esta maravilla de cartel para Speed Racer elaborado por Ryan K.:

Ryan k - Speed Racer 

 

Siguiendo con las versiones, esta simple pero escalofriante propuesta desechada para El Exorcista:

The Exorcist

 

…y esta otra de Pacific Rim, rindiendo tributo a Tiburón:

Pacific Rim

 

Pasamos a películas en el horno, a puntito de ser estrenadas. El minimalísticamente explícito de Nymphomaniac, lo próximo de Von Trier:

nymphomaniac

 

…y el impactante trabajo de David Sánchez para La Tumba de Bruce Lee:

CMYK básico

 

Cerramos con metapóster, el que anuncia una exposición de carteles en St. Louis. Obra del colectivo Doe Eyed:

Doe Eyed

Cenizas

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Empezando  ya por el mismísimo texto de su contraportada, mucho se ha escrito sobre el melting pot referencial contenido en las páginas de “Cenizas”, lo último de Álvaro Ortiz. Es verdad que el tebeo supone una verdadera delicia para los que nos “formamos” en los 90 y alcanzamos la “madurez (sub)cultural” en los dosmiles: Lynch, los Coen, Tarantino, Guy Ritchie, Clowes, Pixies, ZZ Top, “Friends” y un largo etcétera están presentes de una manera u otra en esta obra.

Alvaro Ortiz - Cenizas

Pero hay una influencia pienso yo bastante importante para la elaboración de “Cenizas” en la que no se ha incidido lo suficiente: la de Chris Ware. No se si directa, inidirecta o inconscientemente, Ortiz ha tomado una serie de decisiones en cuanto a  modularidad de las viñetas y selección de paleta de colores con las que se gana, a mi parecer, el título de autor post-wareano. Aplicando, además, las enseñanzas del maestro de una manera muy diferente a Seth, el otro gran post-wareano al que sigo.

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A través de una retícula con una pequeña viñeta cuadrada como elemento “atómico”, Ortiz genera infinidad de diseños de página de gran belleza estética y alta claridad expositiva. Tanto es así que en menos de 200 páginas es capaz de contarnos la historia principal y un buen número de flashbacks y microhistorias complementarias, todo ello sin renunciar a secuencias de carácter, llamémosle, contemplativo ni a las splash pages, viñetones y portadillas que hagan falta. Todo un prodigio de buen hacer “escondido”. Wareano en el mejor y más complejo sentido del término.

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Pero mientras que recomendar a Ware a un no-lector de comics resultaría tan descabellado como iniciar a alguien en la lectura de novelas pasándole el “Ulisses” de Joyce, “Cenizas” resulta perfecta para el público general. Utiliza narrativa gráfica compleja, pero “entra” como la seda, con una historia que engancha, unos personajes entrañables y un universo lleno de referentes extratebeísticos. Un gran cómic para los que no leen cómics… y también para los que si los leen. ¡A regalarlo estas navidades!

Postdata 1: tanto “Cenizas” como “Dublinés” de Alfonso Zapico, último Premio Nacional de Cómic, son novelas gráficas “puras”. Tochales que lleva su tiempo hacer, que no salen prepublicados por capítulos en ninguna parte, y por tanto no generan beneficios hasta que están terminados. Ambas disfrutan ya de segundas ediciones y ambas han sido posibles gracias a la beca AlhóndigaKomik, que acaba de caer víctima de los recortes. Una partida cuasi-insignificante para las arcas públicas, pero que daba mucha vidilla al panorama contemporáneo del cómic español. Para saber más al respecto, les recomiendo lean esto.

Postdata 2: Durante la elaboración de “Cenizas”, Ortiz ha ido colgando una serie de eclécticas playlists complementarias al tebeo y dignas de ser escuchadas. Enlaces: I, II, III. Me quedo con la primera, esa inclusión de anbb le “sube el caché” para el que suscribe:

CENIZAS non original soundtrack by alvaro alvaro on Grooveshark

No cambies nunca

David Sánchez - No Cambies Nunca

En el post anterior hacía referencia al “rendimiento” que se le podía sacar a “3 Segundos” aludiendo a las relecturas necesarias para entrar en el juego que propone su autor en lo tocante a pillar todos los flecos de la historia. Con ello me viene a la cabeza otro libro digno de relectura provechosa, con menos ínfulas de grandeza que el de Mathieu pero de resultado artístico (aún) más satisfactorio. Se trata de “No cambies nunca” del gran David Sánchez.

David Sánchez - Portadas para Errata Naturae

El talento como ilustrador de Sánchez está fuera de toda duda. Sus portadas para la editorial Errata Naturae convierten a los libros que las portan en preciosos objetos que parecen estar llamándote desde los expositores de la librería para que te los lleves a casa. En su faceta de autor de cómics sorprendió con su ópera prima “Tú me has matado”, una perturbadora pieza de bizarre americana influenciada por los universos de David Lynch, Barry Gifford, Daniel Clowes o los Coen. Fue precisamente la sombra de esos grandes nombres la que eclipsó los hallazgos narrativos de Sánchez, proyectando sobre él una imagen de excepcional nuevo valor aún en proceso de búsqueda de voz propia.

David Sánchez - Tú me has matado

A estas alturas de la hipermodernidad ni que decir tiene que la  percepción de originalidad sobre un producto cultural se debe más a la cantidad, combinación y exoticidad de los referentes “elegidos” para crearlo que a una innovación, llamémosle pura, hoy día raramente alcanzable, pues ya se ha contado (casi) todo de (casi) todas las formas posibles. A lo mejor los referentes de “No cambies nunca” son más exóticos, más numerosos y/o han sido combinados con mayor audacia, a lo mejor su autor ha alcanzado esa enteléquica “voz propia”… no sé, pero de lo que no me cabe duda es que con su nueva obra, David Sánchez ha evolucionado a autor de primera fila en el excelentísimo panorama tebeístico patrio actual.

David Sánchez - No Cambies Nunca (2)

La sordidez infecta a la que nos tenía acostumbrados se convierte en sordidez antiséptica, higiénicamente malsana. Las mugrientas habitaciones de motel  se convierten en impolutas habitaciones de hospital y herméticos cubículos de experimentación, los desmembramientos en extirpaciones y la ciencia toma el testigo a la religión. Pese a este giro hacia un universo de tecnocrueldad estéticamente nítido, la historia se hace más borrosa, de una circularidad inabarcable,  que impulsa a la relectura compulsiva para intentar comprenderla completamente. Tengan cuidado, es una trampa, y cuando se den cuenta de ello, surgirá la verdadera infección, una infección en el inconsciente, donde todo quedará meridianamente claro, aunque crean lo contrario.

[Pueden leer las primeras páginas de “No cambies nunca” aquí.]

Signature Cup Coffee

Ya van 5 años sin novedades de David Lynch en el terreno del largometraje. Parece que el hombre anda más interesado en otros proyectos como su (horrible) aventura en la música electrónica y el lanzamiento de su marca de café Signature Cup Coffee.

Quién iba a decir que precisamente esa campaña de marketing nos iba a traer de vuela al mejor Lynch, con un spot/corto que no solo condensa lo mejor de su filmografía, sino que sigue desarrollando las opciones estilísticas abiertas en “Inland Empire”.  Este diálogo entre el propio Lynch y la cabeza de una Barbie lo tiene todo: surrealismo, nostalgia, romanticismo extremo, violencia y glamour brumoso. Todo con la máxima economía de medios:

Y a continuación otra pieza publicitaria, no tan lograda pero dotada de un sentido del humor netamente lynchano:

Balada Triste de Trompeta

Hace dos años daba a Álex de la Iglesia por perdido: Mainstreamizado a tope con la anodina “Los Crímenes de Oxford”, estrenando en televisión una serie con tan poca gracia como “Plutón B.R.B. Nero”, y rubricando su supuesto adocenamiento convertido en presidente de la Academia de Cine… ¡Que equivocado estaba!

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Porque “Balada Triste de Trompeta” no solo hace olvidar sus recientes traspiés creativos, sino que se trata de la obra más arriesgada y radical del director vasco. Como Suehiro Maruo, como Thomas Ott, como David Lynch en sus momentos más tétricos… de la Iglesia consigue destilar pura pesadilla, pero además lo hace tomando como base  lo peor del inconsciente colectivo “patrio”: guerra y posguerra, la sensación de derrota, circos en decadencia, payasos tristes, calles sucias y oscuras, bosques tétricos llenos de alimañas, cacerías, imaginería religiosa,  el Valle de los Caídos… todo se presenta en pantalla, reactivando en mayor o menor medida recuerdos insertados en el fondo de nuestras mentes, bien sea por que lo hemos vivido, porque nos lo han contado o simplemente porque el legado de aquellos tiempos sigue vivo, propagándose en los albores del siglo XXI.

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Hay quien critica a la película por las incoherencia del guión, por la falta de estructura, y yo digo: ¿Desde cuándo las pesadillas tienen estructura narrativa?. Haganme caso: “Balada Triste de Trompeta” marca un hito en la historia del cine español, y se convertirá en un cult classic a nivel planetario. Quien no acuda a verla antes de que la quiten de cartel, no podrá decir que “estuvo allí cuando ocurrió”.

P.D.: Ni que decir tiene que, de haberla visto antes, ahora estaría colocada en un buen puesto de mi Top 10 de 2010. Ahora ya está todo montado y no voy a ponerme a hacer cambios… Pero que conste.

Top30 (XIX): Carretera Perdida

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A nivel de popularidad, 2001 fue un buen año para David Lynch. “Mulholland Drive”, ese piloto de TV  rechazado por la ABC, retocado con fondos franceses y reconvertido a película lo puso en el candelero como no estaba desde los ya lejanos tiempos de Twin Peaks. Hasta una nominación al Oscar le concedieron.

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Lo que casi nadie sabía (ni sabe) es que “Mulholland Drive” es realmente una nueva versión (o autoplagio, poniéndose malvados) de su anterior película, la bastante desconocida entonces “Carretera Perdida”. La alucinada estructura de ambas, que bascula entre la abstacción y el onirismo, esconde el mismo concepto clave: Una persona que intenta fugarse de su realidad para acabar dándose de narices de nuevo con ella.

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“Carretera Perdida” fue mi vía de entrada al Universo Lynch. El film no me pareció  fácil en absoluto, vamos, que a la primera no me enteré de nada. Recuerdo haberla visto en el salón de la residencia de estudiantes en la que vivía, lleno a barrote. El público fue cayendo hasta que solo quedamos cuatro o cinco al finalizar la sesión. Acto seguido rebobinamos el VHS y vuelta a empezar. Fue la segunda de muchas veces más en días posteriores. Demostrado: A Lynch lo amas o pasas de él como de la mierda.

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Para el recuerdo queda la frase “Dick Laurent está muerto”, la casa ardiendo “al revés”, los coitus interruptus, las cintas de video, la aparición estelar de Marilyn Manson, la banda sonora de Bowie, Trent Reznor, Barry Adamson el propio Manson y los entonces cuasi-desconocidos Rammstein… Pero si me tengo que quedar con algo es con el muy pasado de rosca primer encuentro entre Fred y el “Hombre Misterioso”, que se le aparecía de vez en cuando para ponerle los pies en la  tierra:

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Semejante obsesión con una peli resulta desproporcionada desde mi actual punto de vista acerca del “consumo cultural”. Pero no me arrepiento, porque gracias a ella descubrí un montón de “otro cine” fuera de los parámetros más o menos mainstream en los que me movía. Realmente marcó mi vida, al menos cinematográficamente hablando.

Cuando el grupito de lynchófilos analizábamos la película como posesos, nos comíamos el coco separando lo que era real y lo que fantasía del prota. Con los años comprendí mejor la naturaleza de este tipo de films, que hay que concebir como experiencias audiovisuales al margen de las narrativas convencionales  y donde se debe dejar trabajar al inconsciente y la intuición. Vistos así son los más sencillos del mundo.

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En fin, en los doce años posteriores he visto películas igual de buenas o mejores, pero sé que nunca disfrutaré de ninguna con tanta intensidad como lo hice con “Carretera Perdida”.

Anteriormente en Top30:
Intro (qué es Top30)
Ulises 31
Los 4 Fantásticos
Secret Wars
Transformers
Batman y los Outsiders
Batmanía
Dragon Ball
Darkseed
Parque Jurásico
John Byrne’s Next Men
Trilogía Nikopol
La fOntana y la sOnda
12 Monos
Pulp Fiction
Wipeout
Brut Comix
La Casta de los Metabarones
Ænima

The Pervert’s Guide to Cinema

Se puede creer o no en el Psicoanalisis (personalmente, no me lo creo), pero lo que no se puede negar de esta doctrina es que ha dado muchísimo juego en la esfera del arte y la creatividad. A nivel autoral, muchos artistas la han acogido como base filosófica de su obra, pero también ha sido un fenómeno a nivel de interpretación: multitud de libros, pinturas o películas, independientemente de la idiosincrasia de sus autores, han sido analizadas desde el punto de vista psicoanalítico con resultados que oscilan entre la fascinación y el delirio.

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The Pervert’s Guide to Cinema” toma un buen puñado de grandes películas para no solo darnos su interpretación psicoanalítica, sino también para hacernos comprender la naturaleza de la forma artística más popular del mundo contemporaneo. Todo desde la mirada de un espectador de lujo, el mentalmente cachondísimo Slavoj Zizek, sociólogo, filósofo, psicoanalista …y candidato presidencial en sus ratos libres. 

Independientemente de su postura respecto a la obra de Freud, no dejen de echarle un vistazo a este documental. Seguro comprenderán mejor los mecanismos de percepción de la realidad asociados al séptimo arte y obtendrán curiosas interpretaciones de la obra de monstruos cinematográficos como Hitchcock, Lynch o los hermanos Marx, entre otros.

Meme: Bandas Sonoras no Originales

Via Kalimero, me apunto al meme con el confuso título “Bandas sonoras no originales”. Se trata de postear nuestras escenas cinematográficas musicales  favoritas que cumplan las siguientes reglas:

  1. La película no puede pertenecer al género musical.
  2. La canción tiene que ser cantada, bailada o escuchada por algún actor durante alguna escena de la película. La presencia de la canción en la escena tiene que ser significativa.
  3. La canción tiene que haber sido compuesta para la película o que con el tiempo se hayan identificado con ella de tal manera que en el subconsciente colectivo hayan quedado ligadas para siempre.

Allá van 5 buenas, por orden cronológico:

Eraserhead: In Heaven
Angustia existencial llevada al límite, porque “… in heaven, everything is fine”.

El 5º Elemento – “Diva Dance”
Excepcional montaje en paralelo.

Magnolia – “Wise up”
Original forma de catarsis colectiva.

Mulholland Dr. – “LLorando”
Lynch demostrándonos que todo es mentira.

Control – “Dead Souls”
Sam Riley dándolo todo para imitar los epilépticos movimientos de Ian Curtis.

Esto es todo. Siéntanse libres de propagar el meme.